LNB · 13 de Mayo de 2021
El capitán Mauro: un líder que marcó el camino
El capitán lo había avisado en la previa. "Habrá quinto juego", dijo, mandando un mensaje a todos. En la cancha lo validó: jugó aun con una lesión de ligamentos en el codo izquierdo y fue importante, en el juego y la mentalidad de un Quimsa que aún sueña.
Por Julián Mozo
“No tengo dudas de que vamos a ir a quinto partido”.
Mauro Cosolito no lo dudó ni un segundo en el streaming en vivo que Prensa AdC realiza antes de cada juego. Fue el mensaje del capitán en un momento de incertidumbre deportiva y anímica de Quimsa, tras perder dos partidos seguidos en la final. “San Lorenzo tomó la batuta pero ahora lo vamos a hacer nosotros. No tengo dudas que vamos a volver a ser nosotros. Responderemos…”, agregó el alero, quien nunca dejó de hablar en plural pese a que avisó que estaba en duda para el Juego 4. “Tengo comprometidos los ligamentos del codo y es algo operable. No debería jugar, pero soy bastante cabeza dura y lo voy a poner en problema a Seba. Quiero estar, aportar, sin ser un estorbo para el equipo”, avisó el santafesino, quien sorprendió a todos cuando entró al campo a los ocho minutos de juego.
Los santiagueños, hasta ahí, habían mostrado la misma determinación que Cosolito. Siguiendo el discurso de su líder emocional, había entrado a jugar una final. Pero no cualquiera. Con la espalda contra la pared, habían mostrado otra determinación, otra intensidad, otra agresividad. Por eso rasparon, discutieron, defendieron y estuvieron muy activos en el inicio para pasar a ganar 14-10 pese a tener un 30% de campo. Pero todo esto se potenció cuando ingresó Cosolito, quien hizo sentir su presencia desde el primer segundo, mostrando el animal competitivo que lleva adentro.
Mauro raspó, discutió con Penka Aguirre y metió un bombazo para el 27-18 a los 13 minutos. Así mostró el camino. Con juego pero, sobre todo, con enjundia, con mentalidad… También lo hizo con aliento a sus compañeros –sobre todo ante los errores- y hablando con los jueces. Al capitán no se le escapó nada. Y no escatimó esfuerzo físico. No pareció alguien con los ligamentos comprometidos… Su actitud potenció a los compañeros, que sintieron que se podía lo que su capitán había anunciado. Por momentos fue impactante verlo prodigarse en la cancha.
Un bombazo suyo sirvió para que Quimsa absorbiera mejor la reacción de San Lorenzo en el comienzo del tercer cuarto. Cuando el rival llegó a ponerse a uno, Mauro ingresó y clavó el triple para darle aire (58-52). Con él en campo, los santiagueños capearon mejor el temporal que el Ciclón desató en el campo, con otra intensidad. No estuvo solo. Su actitud contagió. Robinson volvió a meter dos bombazos y Romero, con sus caídas, lastimó en repetidas ocasiones para arrancar el último cuarto con ventaja de cinco. La escena se repitió, una y otra vez. El juego en pareja de Robinson y Romero fue devastador. Pero, claro, todo había arrancado en aquel mensaje de Cosolito. En los micrófonos y en la cancha. Como gran competidor que es. Como gran líder que es…
"Tengo un sueño, hasta jugué en la C y ahora estoy disfrutando esto. Quiero estar, quiero ganar, quiero ser campeón. No podía perderme el partido por eso", dijo, tras la batalla, mientras señalaba el codo y su sonrisa era más amplia como su cara...