Gimnasia y Esgrima

Comodoro Rivadavia (Chubut)

LNB · 06 de december de 2021

Gimnasia (CR)

Conocé el factor Barreiro: qué lo hace distinto y hasta dónde puede llegar

Dotado de características atléticas poco comunes en el biotipo del jugador argentino, el ala pivote se transformó en una de las sensaciones de la Liga y llegó a la Selección. El análisis.

Lo disfruta. Ama ese momento. Se predispone para lograr su cometido: no suelta a su defendido y con la mirada sigue el recorrido del balón. Y en cuanto nota que la pelota está en el aire rumbo al canasto, explota. Aprieta los dientes, toma impulso y vuela. El rebote tiene que ser suyo. Sí, es cierto que aprovecha sus piernas y envergadura para sacar provecho, pero emulando a Dennis Rodman, hay algo más. Existe ese deseo desenfrenado de ser el dueño exclusivo del rebote defensivo. Y sí, lo es. Agustín Barreiro sorprendió a muchos en el Súper 20 (fue subcampeón con Gimnasia). Pero ya ha dejado el factor asombro de lado. Ser doble figura en cada partido parece ser natural para él, hoy el máximo rebotero de la competencia con 10.6. Promedia tantos recobres como puntos (10.8), una verdadera rareza.
 
Aunque quedarse con esa virtud sabe a poco. Pipi es mucho más polivalente. Su capacidad para correr el campo como portador lo distingue. En épocas en las que atacar desde la defensa es oro puro, post robo o rebote, Barreiro empuja la bola a partir de un primer paso letal. Y con toda la cancha a su disposición, llega rápido y fuerte al aro rival. Uno de sus máximos progresos es en el juego sin pelota. En acciones de 5 contra 5, lee muy bien las puertas de atrás y los cortes al aro desde el lado débil. Y al igual que en el canasto propio, es un animal cargando el rebote ofensivo. Es el nacional que más segundas chance ofrece por juego (casi 3 de promedio).
 
¿Sus aspectos a mejorar? Varios. Ofensivamente, para definirse como perimetral (puede jugar de 4, pero no debería ser su fuerte sino un recurso), necesita tener un mejor manejo de la pelota, tanto en el dribling como en aspectos de técnica individual. Eso le permitirá no depender de atacar los contrapies desde el lado débil. Hoy los aleros deben jugar el pick and roll como lo hace Marcos Mata por ejemplo. Y Barreiro tiene que sumar tanto ese recurso como su lectura para pasar la bola cuando ataca el aro, pues suele hacerlo sólo para anotar. Esa misma lectura que necesita defensivamente, porque con energía reemplaza falta de comprensión (cuándo saltar, cuándo puntear, hasta dónde ayudar, cómo recuperar). El otro tema es el tiro. No sólo debe mejorar su 23.5% en triples sino su determinación. Muchas veces el juego le ofrece un lanzamiento a pie firme de 3 puntos que no toma por su afán de atacar el aro. Si no confía en su tiro, limitará muchísimo su crecimiento. 
 
Pero, por lo pronto, tras su regreso de España, donde jugó en la segunda división, Barreiro sorprendió a propios y extraños, situándose como un jugador disruptivo y dominante desde sus características. Y sin descuidar que tiene potencial aún mayor que le permite soñar con quedarse en la Selección, incluso cuando vuelvan los consagrados de la NBA y Europa.