La vuelta a los entrenamientos en El Templo del Rock se dio con modificaciones desde el trabajo físico: “hicimos una nivelación con aquellos jugadores que no tuvieron la posibilidad de completar un entrenamiento adecuado durante la cuarentena. A algunos les afectó más que a otros, porque pudieron retornar a sus casas. El confinamiento fue diferente en cada punto del país y Latinoamérica, y eso posibilitó a que un pequeño puñado tenga otras libertades para ejercitarse”, comentó Rafael Lúquez, preparador físico de Obras.

Tras la vuelta, el aumento de carga fue gradual para evitar lesiones o sobrecargas musculares. En ese sentido, se realizó una adaptación anatómica a la situación particular de cada jugador y se trabajó con estímulos técnicos y de fuerza. “Tuvimos una labor en conjunto con el cuerpo kinésico y médico para que los jugadores puedan tener el contacto con los elementos y el entorno con el mayor cuidado posible”, aportó Rafa.

EL TRABAJO FÍSICO DURANTE LA BURBUJA

Además, tras el anuncio del regreso de la Liga Nacional en su formato burbuja, el objetivo de competencia dio un giro. Es que, al tener un fixture de dobles jornadas, la prioridad será la recuperación sobre el aumento de capacidad física.

“Cambiarán los tiempos de recuperación e intentaremos que el jugador esté activo para la competencia. En cuanto a la preparación, el trabajo no se modifica. La competencia exige que el jugador esté lo más fresco posible para poder afrontar el calendario. Es así que lo que uno no hizo en este tiempo, no lo podrá hacer dentro de la burbuja. Por ende, los objetivos serán otros: no mejorar la capacidad sino recuperar y dejar al jugador en un equilibrio orgánico y hormonal para rendir en la competencia”, concluyó Luquez.

Este viernes 6 a las 21.30, por TyC Sports, Obras Basket abrirá la temporada 2020-21 ante San Lorenzo, en El Templo del Rock.

Informe: Prensa Obras

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