LNB · 04 de May de 2021

Quimsa · Quimsa · San Lorenzo

Opina Sucatzky: Vildoza-Aguirre vs Copello-Baralle, el análisis de los armadores

El ex jugador desmenuza al detalle el duelo de bases y se mete en el tema emocional que también juega en una instancia que define un título.

Por Facundo Sucatzky

Se viene una final impresionante, de difícil pronóstico, con dos equipos que tienen mucho potencial pero formas distintas de jugar y plantear los partidos. Y, dentro del duelo colectivo que será apasionante, habrá mini partidos que serán determinantes en el resultado de la serie. En mi caso, como ex base que jugó estas instancias trascendentes, me voy a centrar en los choques que habrá en la base. Por un lado tendremos a dos jugadores esenciales en San Lorenzo, como José Vildoza y Penka Aguirre, y del otro, en Quimsa, a dos armadores más clásicos que cumplen una función más acotada, aunque no por eso poco importante, como Nicolás Copello y Franco Baralle.

En el caso de los chicos de Quimsa, se trata de jugadores de rol, que cumplen una función determinada, cuya prioridad es hacer jugar, aunque tienen gol a pie firme. Ambos han hecho una tremenda temporada, siendo revelaciones por su gran regularidad y aportación en momentos determinantes del mejor equipo de la fase regular. Pero siempre desde su función, uno (Copello) más desde el pick and roll para tirar o generar y el otro (Baralle) desde el bloque directo, con buena mano de tres y hasta de distancia media. Con menos influencia en el juego que los bases de San Lorenzo, ambos probaron ser consistentes bajo presión, en la toma de decisiones y, además, demostrando que no se los puede dejar solos porque la meten... Está claro que nos les pesa jugar finales, porque ya lo han hecho y de buena manera.

San Lorenzo, para neutralizarlos, deberá presionarlos y desgastarlos, para que no piensen y tengan menos piernas en los cierres de partido. Quimsa se caracteriza por pasarse mucho la pelota y dar el pase extra, por eso será importante que el Ciclón haga una buena rotación para que los tiradores, como lo son Franco y Nicolás, no tiren con tiempo y a pie firme...

San Lorenzo, a diferencia de Quimsa, depende mucho de sus bases, en este caso de José y Penka, quienes tienen una gran importancia en todo lo que pasa en la cancha. Primero me voy a detener en lo bien que se han complementado, pese a que muchos podían pensar que esto podía no suceder por las características de ambos. Cuando José llegó a San Lorenzo, Penka era el dueño del equipo pero eso fue cambiando, sobre todo en esta temporada, más porque Aguirre se fue a México y José se quedó al mando. Además, como lo hemos visto en su nivel que lo llevó a la Selección, Vildoza dio un salto más de calidad y se transformó, para mí, en el mejor jugador de la temporada. Su nivel justificó esa confianza en él y Penka, al regresar, a partir de su madurez, entendió la situación y buscó la forma de complementarlo. Delegó juego y no le quitó nada a su compañero, dejándolo ser, pese a que él también necesita la pelota... Penka usó su inteligencia en pos del equipo, en pos del juego de José... Cedió protagonismo para que el equipo tenga armonía y Vildoza siga jugando igual. Penka sabe que debe darle la bola aunque tiene claro que hay momentos suyos de tomarla y distribuir juego al resto, sobre todo cuando hay compañeros que están pasando un buen pasaje de juego. Se notó, sobre todo en semi, cuando hubo momentos en los que José no estuvo bien y Aguirre le hizo llegar la pelota a otros que dieron un paso al frente.

En este sentido, creo que Vildoza debe mejorar el tema de la frustración, como le pasó en las semifinales. Durante al menos un juego y medio no se lo vio en el nivel que traía y ese sentimiento se lo transmitió a su cara, a su lenguaje corporal, y eso no puede pasar en una final. Uno se prepara para jugar siempre bien, pero a veces esto no pasa, no todos los partidos son como uno quiere. Hay que hacer borrón y cuenta nueva, más cuando el equipo depende tanto de vos. En el caso de San Lorenzo, necesita mucho de él, de su creatividad, de su desequilibrio, de sus puntos... Y necesitará a un mejor Vildoza del que vimos contra San Martín.

Lo bueno es que tiene al lado a Penka, jugador maduro que le da equilibrio al equipo. Es un gran defensor y un líder que sabe hacer jugar a sus compañeros, sabe cuando correr, penetrar, asistir o parar la pelota. José es súper ofensivo pero, como ya quedó claro, a medida que pasan las series de playoffs, los técnicos trabajan más sobre las grandes virtudes del rival y, en este caso, es natural que se focalicen en neutralizar a José, el arma principal ofensiva de San Lorenzo. Es el momento que surja el fuego interior para darle ese plus que necesita su equipo. Quimsa deberá intentar sacarles la pelota de sus manos, algo que es mucho más fácil decir que hacer. Deben hacerles sentir la presión, para que no entren en juego y resuelvan otros... En el caso de José tal vez mandarle doble marcajes para que no juegue los 1 vs 1 que tanto le gustan y así sacarle confianza, algo que hizo bien San Martín. A Penka lo mejor es desgastarlo, cansarlo, para que piense poco. Se pueden varias defensas, en el pick and roll y las rotaciones, para que no se acostumbre ni lea el juego.

Todo esto es la teoría, luego veremos qué pasa en la práctica, siempre mucho más difícil. Porque en la cancha todo es distinto. Lo bueno es que, ya a esa altura, los nervios ya se fueron. Este es el otro tema clave de unas finales. Porque si, en la otra columna hablamos de la diferencia entre la fase regular y los playoffs, ahora debemos mencionar la diferencia entre una serie de cuartos y una final. Hay un título en juego y todo se potencia: nervios, ansiedades, inseguridades... A veces ni siquiera podés dormir. El cuerpo y las ganas no te lo permiten. Me pasó varias veces. Pero, también es verdad, que al otro día corrés como si hubieses descansado toda la noche. Son las ganas, la motivación de jugar por algo tan grande. Que empiece ya esta final, hasta yo estoy ansioso y con mucha expectativa, y eso que hace 19 años que me fui de la Liga...

* Facundo Sucatzky es uno de los mejores jugadores de la historia de la Liga Nacional. Uno de los armadores top de siempre. Jugó 20 temporadas, siendo hasta la actualidad el líder en asistencias de todos los tiempos con 4080 en 839 partidos y habiendo logrado ser el mejor en ese departamento en diez temporadas seguidas (de 1994 a 2004). Fue campeón en la temporada 1994/95 con Independiente de General Pico, además de pasar por otros clubes como Atenas de Córdoba -ganó la Liga Sudamericana en 2004-; Libertad de Sunchales, Obras Sanitarias, Argentino de Junín, San Andrés, Independiente de Neuquén, Provincial de Rosario, Olimpia de Venado Tuerto, entre otros.

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