LNB · 22 de Junio de 2021

San Lorenzo

San Lorenzo campeón 2018: la última función de Deck en la Liga

Un dominante Tortu dejó su gran y última huella en nuestra competencia en la 2017/18, siendo el MVP de San Lorenzo en las Finales contra San Martín y ganando también previamente la Liga de las Américas. Números desorbitantes para el santiagueño, uno de los jugadores más dominantes de los últimos años.

Ni las lesiones pudieron opacar el rendimiento sublime de un Gabriel Deck consagratorio. Se cumple un nuevo aniversario del tercer título de la historia de San Lorenzo en la Liga Nacional, allá en aquel 22 de junio del 2018 en el que le ganó el sexto punto a San Martín de Corrientes para cerrar las finales por 4 a 2 con Tortu bañándose de MVP, brindando su último gran show en nuestra Liga, jugando su último partido en el ámbito local hasta hoy.

Ese año de Deck en la Liga aún resuena en todos nosotros, y es que fue hace tan poco que parecería haber sido ayer. Encontrarse noche tras noche con ese nivel tan dominante que solía demostrar representaba un menú atractivo e insoslayable para cualquier fanático. Jugaría su última temporada en aquel San Lorenzo que fue tricampeón nacional en la 2017/18, con un nivel superlativo, llegando a su mejor versión hasta entonces y antes de dar el salto a Europa para fichar por el Real Madrid, el escalón previo a su mudanza a la NBA y posterior debut con la camiseta de Oklahoma City Thunder Estábamos rendidos ante aquel chango de Colonia Dora formado en Quimsa, que brilló en la entidad santiagueña y terminó de explotar en Boedo donde jugó dos temporadas y en la última demostró que lo esperaba un futuro mucho más grande.

No fue algo casual su año de explosión. Su nivel ascendente año tras año fue tan notorio en esa 17/18, que dejó en claro ya haber pasado su techo en Argentina y desde tiempo antes de terminar la temporada se hablaba de su inminente salida de nuestra Liga. En la anterior campaña había sido también campeón apenas aterrizado en San Lorenzo con números bárbaros (17,9 puntos y 4,3 rebotes en la 2016/17), pero subió la apuesta y como eje central del equipo la rompió en la mencionada 17/18: 19,6 puntos (59% en dobles y 36% en triples), 6,1 rebotes, 2,4 asistencias y 32,6 minutos en 50 partidos. Todo lo fue gestando paso a paso, con la humildad que siempre lo caracterizó.

“Hay que ir por todo lo que se juega, nunca hay que relajarse. Este equipo me emociona porque sale a jugar siempre decidido y sin aflojar en ningún partido. San Lorenzo no tiene techo y creo que logramos algo demasiado grande. El MVP es sin dudas el equipo, y creo que sin ellos, mis compañeros, no podría haber logrado nada. Queríamos ganar todo lo que se nos pusiera en el camino, íbamos por todo y lo conseguimos. Me hubiese gustado despedirme en casa. Siempre voy a estar agradecido con los hinchas de San Lorenzo por el cariño que me dieron en este tiempo”, confesaba Deck tras ganar la Liga Nacional, emocionado hasta las lágrimas y sabiendo que su siguiente destino iba a ser el Real Madrid.

Cientas de aristas giran alrededor de aquella consagración de San Lorenzo en la 17/18. Venía de ser bicampeón con Lamas y para ese torneo había tomado el mando Gonzalo García con todo su prestigio, que a la postre se terminaría convirtiendo en el entrenador más ganador del club. Era el amanecer de su exitoso ciclo, e iba a contar con un Tortu fuera de serie.

Si bien Deck fue aquel gran estandarte, ese San Lorenzo estaba repleto de figuras con Penka Aguirre, Mata, Dar Tucker, Calfani, el cubano Javier Justiz, Sandes, José Vildoza y Safar. Plantel estelar por donde se lo mire, que ganó casi todo lo que jugó esa temporada. El único traspié que tuvo fue en el Súper 20, al principio de la temporada. Fueron los primeros 14 partidos del año y, donde más allá de tener un balance positivo, la realidad es que el equipo de García no logró quedarse con el título (terminó 3°).

Positivamente fue que, en pleno ascenso, llegó la hora de jugar Liga de las Américas y allí fue una aplanadora. Un total de 8 partidos en el plano internacional le alcanzarían al Ciclón para quedarse con ese gran y tan buscado anhelo de ser campeón continental por primera vez luego de ganarle en la definición al Mogi das Cruzes de Brasil por 79-71. Deck, encumbrado en su descollante nivel, brilló en la final de la LdA con 22 puntos y 10 rebotes para llevarse el MVP. En el global del certamen promediaría también números descomunales: 19,1 puntos, 5,0 rebotes y 2,6 asistencias.

“Estoy muy contento por una nueva consagración. Este título es especial para nosotros porque lo buscamos a lo largo de la temporada, sabíamos que éste era el objetivo más claro que teníamos y lo cumplimos jugando bien al básquet. Se complicó un poco, pero pudimos ganar la final para darle una alegría a toda la gente de San Lorenzo. Estamos contentos, pero ya pensamos en el tricampeonato de la Liga Nacional”, declaraba Deck minutos después de ser campeón de América. Ambicioso siempre, con hambre de más gloria.

En la Liga, San Lorenzo tuvo algunos contratiempos a causa de una serie de lesiones en sus figuras, con Deck sin poder escaparse a la enfermería azulgrana. Un desgarro en el gemelo izquierdo lo privó de varios partidos de la fase regular, pero eso no impidió que los de Boedo se hicieran con el 1 de la fase regular después de 38 cotejos (récord 30-8). En los playoffs tuvieron que combatir con dudas y un plantel reducido por las dolencias, mostrando cierta fragilidad que sus rivales intentaron aprovechar y con el santiagueño arrastrando también algunas molestias. “El cuerpo técnico y a los médicos me ayudaron a salir adelante. Eran instancias muy importantes para el club y por eso hice todo lo posible para recuperarme de la mejor manera. Después, cuando uno sale a la cancha se olvida de todo eso”, decía Deck sobre cómo combatió sus dolores.

A pesar de perder algún que otro partido, San Lorenzo pudo contra todos: Peñarol en el primer cruce (3-1), una serie de cuartos que no había arrancado bien ante Obras (3-1, perdiendo el primer partido en casa), emotivas semis ante Instituto que se definieron en un quinto y decisivo punto (3-2); y las Finales ante otro poderoso como San Martín. Ante los correntinos, tras ganar los primeros dos en casa (86-80 y 96-68), el Rojinegro igualó la serie en su estadio (80-79 y 91-74), pero el Ciclón ganó el quinto punto de local (77-60) y en el sexto partido terminó ganando el título, de visitante en el Fortín (72-56) y poniéndole el broche de oro a la serie (4-2). Deck arrojó números de 15,8 puntos y 8,1 rebotes en la serie final, únicamente en el segundo partido no fue figura y fue el máximo anotador en 3 de los 6 partidos.

Hasta Facundo Müller, entrenador en ese entonces de Instituto, dejó una recordada frase del predominio del santiagueño en un tiempo muerto de las semifinales donde pedía por la reacción defensiva de su equipo para detenerlo: "No podemos permitir que Deck la tire contra el tablero y la vaya a buscar él, como LeBron James... la tira contra el tablero y la va a buscar... basta de sus rebotes en ataque".

San Lorenzo tuvo momentos complejos y cada paso que dio no fue nada sencillo, pero siempre lo sacó adelante siempre que la defensa funcionó a tope. A nivel ofensivo siempre tuvo argumentos con Deck más allá de tener a Tucker y Justiz (acompañados por Penka, Mata y Safar) como bastiones de ataque. Terminó la temporada con 79 encuentros si sumamos todos los frentes en los que luchó, casi lo mismo que una fase regular de la NBA y entendiendo quizá por qué el plantel sintió el desgaste en el tramo final de la temporada.

¿Qué terminó pesando más en los momentos difíciles? La jerarquía de sus jugadores con un Tortu que más allá de no estar al 100% demostró ser el más dominante de la Liga con tan solo 23 años. Desde antes de los playoffs se hablaba de su contacto con la NBA (con Denver Nuggets), aunque fue Real Madrid quien terminó llevándoselo con un gran contrato. La emoción con la que vivió esta última temporada, siendo más consciente que todos que sería la última en nuestro país antes de dar un salto de categoría, se vivió a flor de piel.

Con Deck, siempre daba la sensación de que se podía ganar y así fue. La personalidad, categoría, potencia y calidad lo guiaron a ser el jugador más dominante de Argentina de los últimos años (fue MVP de las Finales LNB en 2017 y 2018, en la Supercopa 2018 y también en la ya nombrada LdA de ese 2018); pero también su humildad y sacrificio hacen que todavía se recuerde vívidamente aquella última función de su talento en nuestra preciada Liga Nacional.

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