Cuatro años pasaron en el Torneo Federal de Básquet (TFB) para que Villa Mitre lograra pegar el salto y llegar a la segunda categoría del básquet profesional en la escena nacional. El trabajo en equipo, el respeto hacia un proyecto que se sostuvo en el tiempo y el apoyo de la gente Tricolor, hicieron que hoy se viva un presente para celebrar.

Si bien, el simpatizante de Los Guerreros se había acostumbrado a ir al José Martínez a presenciar finales del Torneo Local de Primera División, el TFB llegó para que se comenzara a gestar una necesidad de trascendencia deportiva que se alimentó durante el paso de Villa Mitre en esta competencia.

Con un plantel compuesto por jugadores que sintieron la camiseta comandado por Ariel Ugolini, Los Guerreros trabajaron junto a dirigentes y cuerpo técnico para lograr el objetivo final. Con decisión, arrasando durante la Fase Regular e imponiéndose en los playoffs, Villa Mitre demostró ser un equipo que generaba peligro y se metía entre los más importantes a nivel nacional.

La prueba final para ascender fue ante Zárate Básquet. El Tricolor barrió la serie 3-0 y se hizo un lugar en la Liga Argentina con 20 puntos de Franco Amigo y 19 de Ramiro Heinrich. Así se concretaba el ascenso y se ganaba el pase a la final del TFB donde enfrentaría a Central Entrerriano.

Los Guerreros no pudieron contra los del norte y festejaron el ascenso y el subcampeonato recibidos con una caravana que los acompañó hasta la sede del club donde una multitud de hinchas de Los Guerreros esperaban para festejar con ellos en el Martínez.

Desde junio de este año y luego de aquel tiempo suplementario en Zárate en el que el equipo Tricolor comandado por Ariel Ugolini sellaba el ascenso a la Liga Nacional, se empezó a transitar un camino lleno de nuevos objetivos, desafíos y celebración por los logros obtenidos. Con una base sólida y sostenida, el plantel comenzó a transitar, por segunda vez en la historia, la segunda categoría del básquet profesional a nivel nacional.

En agosto, Lisandro “Lichi” de Tomasi se convertía en el entrenador tricolor luego de que Ariel Ugolini anunciara que, por cuestiones laborales, no podía seguir al frente del plantel. Con vistas al inicio de temporada, el 10 de septiembre, Los Guerreros comenzaban la pretemporada con la base de jugadores que había conseguido el ascenso y tres nuevos refuerzos: Kevin Zambrano (U23), Tomás Scarpaci (U23) y Facundo Escobar.

“Seamos conscientes y estemos preparados. Se viene una temporada larga y aunque no haya descensos, a nadie le gusta estar abajo. Nuestro objetivo será llegar lo más alto posible”, fue uno de los primeros mensajes que transmistió Lichi al plantel.

Con dos amistosos en el Martínez y la presencia en el cuadrangular de la ciudad de Viedma, Los Guerreros comenzaban a ganar roce y prepararse para lo que sería el debut en el Casanova -La Casa del Básquet- ante Del Progreso en el mes de Octubre.

El cambio de localía surgió luego de la inspección por parte de la organización de Liga Argentina quienes adelantaron que el Martínez debía sufrir muchos cambios pequeños para poder ser habilitado y albergar los partidos de Liga. Así, Los Guerreros comenzaban a pensar en jugar en un estadio lleno de historia para el básquet local y nacional.

Adaptándose a la categoría y su juego, Los Guerreros fueron ganando terreno y dieron pelea en todos los partidos demostrando actitud en cada uno de los partidos disputados. La cosecha fue de seis partidos ganados y seis perdidos.

Con dos partidos ganados y uno perdido, Villa Mitre ocupa el noveno lugar en la tabla de posiciones de la segunda fase de Liga Argentina esperando el próximo rival, Centro Español, partido que se disputará el 12 de enero en Monte Hermoso, lugar que servirá de localía durante los partidos que se jueguen en enero y febrero de 2020.

Informe: Prensa Villa Mitre