La llegada de Riachuelo a la máxima categoría revolucionó el básquet femenino de la provincia de La Rioja. Muchas deportistas encontraron en la casa eterna su gran oportunidad para lucirse ante el país. Jessica Vega es una de ellas y su carrera es una verdadera muestra de inspiración para las más pequeñas. 

 

Nació en la capital riojana y su familia está conformada por sus padres y sus cinco hermanos. Cuando tenía 12 años practicaba gimnasia artística en el centro deportivo DARD hasta que un día el destino conspiró para que sus intereses se vuelquen al básquet. "Un día que no tuve clase me fui afuera de la cancha, me senté a mirar, la profe me invitó a jugar y ahí me enamoré y comencé". 

 

 

Más tarde dejó atrás la gimnasia y continuó su camino en el Club Riojano en el cual compartía el gusto por la naranja con sus amigas. A los 14 un entrenador que la marcó en su vida, el mítico Rodney Young, la llevó a integrar el equipo de primera división en el Club Independiente.  "De la mano de él pude jugar Trasandinos durante varios años y ahí me quedé, participé en muchos torneos mientras entrenaba a su lado, incluso llegó a formar un equipo por mí en el Polideportivo Carlos Saúl Menem", recuerda Jessica con cariño.

 

Cuando El Eterno debutó en La Liga Femenina en la temporada 21/22, Jessica fue una de las primeras jugadoras en estar presente en el equipo, pero por cuestiones laborales no pudo entrar a la cancha. A pesar de eso, en la vida siempre hay revancha y su gran oportunidad llegó el fin de semana pasado, cuando el conjunto riojano se enfrentó a Ameghino de Córdoba. "Viví el debut con mucha ansiedad y nervios, sobre todo por estar en esta instancia cerca de la clasificación. Lo bueno fue poder jugar en casa y sentir el apoyo de la gente". 

 

 

Al repasar su historia y recorrido en el deporte se puede apreciar mucho más la importancia y el valor que tiene la presencia de Riachuelo en la categoría mayor. Jessica, además de jugar al básquet es empleada de comercio y por el tiempo que le demanda su trabajo muchas veces vio pasar de cerca oportunidades deportivas que tuvo que dejar ir. "Ahora estoy cumpliendo mi sueño de jugar en la liga, me perdí muchas propuestas, de la mano de mi entrenador, Rodney, estuve a un paso de ir a jugar a Estados Unidos".  

 

Hoy las posibilidades en la provincia son diferentes a las que había hasta hace unos años y por eso la jugadora puede demostrar sus habilidades basquetbolisticas en el ámbito profesional.  "El básquet femenino creció mucho, se ven nenas desde los 12 años que se quieren ir sumando gracias a las puertas que se abrieron con el club y La Liga Femenina", sostuvo. 

 

 

La ilusión de ser parte de la competencia se materializó para la deportista y hoy habla de sus expectativas para los próximos juegos que afrontará con el equipo: "Mis expectativas pasan por disfrutar lo que estoy viviendo en  este momento y espero llegar a lo más alto posible a nivel personal y grupal". 

 

El testimonio de Jessica inspira y permite soñar. Ahora, ella seguirá forjando su camino dentro de Las Eternas y Riachuelo continuará cultivando proyectos que fortalecerán cada vez más el deporte riojano.

 

Informe: Prensa Riachuelo