Liga Argentina · 23 de Marzo de 2024
Constancia y hambre de competencia, la receta de Ignacio Echevarría
Con cuarto de siglo Ignacio el "Melli" Echevarría, también conocido como el Tucu o simplemente Nacho, es jugador profesional e integrante de la plantilla del Atlético Echagüe Club. Dialogamos sobre su amor casi tardío por la naranja y sus raíces tucumanas.
"Mi nombre es Ignacio Echevarría, soy jugador profesional de básquet, estoy estudiando martillero público. Soy soltero y nací en San Miguel de Tucumán el cinco de diciembre de 1998". Así arranca el diálogo que compartiremos entre recuerdos y presente basquetbolístico. Desde el jardín de la República hasta Paraná con una pequeña escala en Tostado, Santa Fe; Ignacio se puso la número 12 del Negro y encuentro a encuentro, forma parte de la nómina titular.
Bueno mis primeros recuerdos con el básquet son cuando tenía seis o siete años. Fuimos a ver jugar a mi papá en el club Estudiantes. Yo no tenía nada que ver con el deporte en ese entonces, porque jugaba al fútbol en San Martín de Tucumán. Recién a los 14 años empecé a jugar, recién ahí llegaron mis primeros piques, y me encantó. Me llevó un amigo mío, un vecino; me dijo "vamos a probar básquet" y ahí en el San Martín empecé y quedé encantado. Aparte ya mi papá jugaba, así que creo que era un sueño pendiente que tenía él también.
— Hace poco pudimos verte jugando con tu hermano mellizo de rival ¿Cómo es enfrentarlo?
Y la verdad que algo loco tener tu hermano gemelo jugando en la misma categoría que vos, en otro equipo. Es loco pero lindo disfrutar ese enfrentamiento sano dentro de la cancha con él. Creo que muy pocos hermanos pueden disfrutar de esto y fue una sensación hermosa para nosotros; para toda mi familia, para mis amigos. Estoy muy contento también por el presente de él, muy feliz por sus logros.
— ¿Se extraña jugar juntos, crees que en un futuro se puede volver a dar en alguna cancha?
Sí, la verdad que se extraña mucho jugar con él porque imagínate que fueron 25 años juntos haciendo todo: colegio, amigos, club... separarnos fue difícil obviamente pero yo creo que era un punto ya de que en algún momento tenía que pasar. Claro que volvería a jugar juntos. Con él es un plus porque con una mirada o un gesto, ya sé lo que va a hacer, así que creo que con él dentro de la cancha es todo más fácil.
— ¿Cómo tomaron tus papás la decisión de ser basquetbolista profesional tanto vos como tu hermano? ¿Te hicieron algún pedido en particular, recomendación, te la dejaron fácil?
Mis papás nos apoyaron siempre al 100%. Yo salí a los 17 años en mi casa y siempre con el apoyo incondicional de los dos. Mis padres siempre nos impulsaban para ser mejores como jugadores y como personas también. La verdad que nos la dejaron fácil, solo nos piden que pongamos mucho esfuerzo, y la verdad es que estoy agradecidos por ellos.
— Contanos un poco sobre tu ciudad natal. Recuerdos, lugares a los que concurrías, cómo te iba en la escuela. Recuerdos "retro" de aquel Ignacio pequeño que fuiste en tu ciudad.
Se extraña ir a la plaza con los chicos, ir a la casa de mi abuela y pasar tiempo con ella. Un montón de otras cosas de Tucumán, más que nada la familia, los amigos, comer un sanguche de milanesa o ir al cerro San Javier juntos.
Un recuerdo retro que tengo de la escuela... bueno a mí en la escuela dentro de todo me iba bien pero no era tan inteligente. Entonces un día que estábamos en el curso con mi hermano, rindiendo química; yo no sabía nada y mi hermano se hizo pasar por mí. Dijeron "Ignacio Echevarría" y se levantó él y rindió por mí. Se sacó nueve y el profesor, hasta el día de hoy, nunca se dio cuenta.
— ¿Qué es lo que más se extraña de Tucumán?
Y lo que más se extraña de Tucumán son los amigos y la familia. También extraño las comidas, los sanguches de milanesas, la chilata, los panchuques. Se extraña el momento de estar en familia compartiendo un asado o juntarnos con los chicos en el club; se extraña mucho la vida del club de allá.
— ¿Qué tiene de especial el famoso sanguche de mila?
Y... el ritual, el cómo te lo hacen en Tucumán es lo mejor para mí. Te sentas en la barra y ves toda la preparación: mucha milanesa, la lechuga bien cortada (no como acá que te ponen una sola hoja grande y dos rodajas de tomate) Y el pan de allá es el más rico, se llama sanguchero y creo que es la única provincia que lo emplea. Los condimentos, lo picante le dan un toque único.
— ¿Qué haces para relajarte fuera de la cancha y desconectar del baloncesto?
Para desconectar a mí me gusta estar en mi casa, por ahí me junto con los chicos y vamos a tomar mates a la plaza o ir a caminar un poco. Ayuda a despejar la cabeza y sobre todo compartir con gente que me quiere.
— ¿Hay algún jugador o entrenador que te haya dejado una marca especial en tu carrera?
Me marcó mucho mi entrenador de mi club Estudiantes allá en Tucumán. Gustavo Gaete, el Tavo me ayudó muchísimo en lo que fue de cambiar la mentalidad para convertirme en profesional. Tengo una relación muy linda con él, fue uno de los mejores entrenadores que tuve y aprendí a cambiar mi pensamiento hacia el básquet y en todo mi proceso de los 15 a 17, 18. Fue muy importante en ese tiempo.
— ¿Qué cosas no pueden faltarle a un aspirante a jugador de básquet profesional? ¿Cuál de ellas pensas que has podido desarrollar mejor en este tiempo?
El hambre para competir y la constancia no pueden faltar para ser profesional y el querer mejorar como jugar todo el tiempo. Y la constancia es clave porque en este deporte tenes una alegría, al otro año te va mal, al otro lográs algo y así... sin constancia no llegás.
— ¿Cómo te preparas para los partidos?
Me gusta dormir mucho la siesta, una buena siesta de 3-4 horas. Para llegar bien al partido levantarme y comer algo tranquilo, un yogurt con cereales o algo similar. En el vestuario tenemos música que sirve para estar relajado y enfocado y luego, a la cancha para hacer unos tiros. Mucha focalización y la entrada en calor con todo el equipo.
— ¿Y qué te impulsa a seguir adelante cuando los resultados no se dan?
El apoyo de mi familia, y el querer ser mejor cada día. Esas son dos cosas que me ayudan a salir de resultados negativos. A veces se dan cuando tenes una mala racha o una mala noche. Al próximo partido trato de entregar más y aportar al equipo.
— ¿Cuál consideras que es tu mayor aporte en este plantel?
Yo considero que los rebotes defensivos y ofensivos, y el tiro de tres puntos es lo que más le puedo dar al equipo. Eso es lo que me caracteriza a mí y cortes al aro también.
— No han salido los resultados en la ruta, ¿por qué pensas que Echagüe no pudo todavía de visitante?
Y los resultados que no pudimos ganar de vista yo creo que sucedieron por algunos detalles que tuvimos y que nos costó cerrarlos. Perdimos algunos partidos por mucha diferencia, es verdad; pero en otros nos faltó muy poco para cerrarlos. Yo quiero que la gente esté tranquila y sepa que siempre todo el equipo sale a ganar en todos lados. Ojalá que se nos dé un partido de visitante; pero nosotros donde vamos competimos. Tenemos que seguir adelante con los entrenamientos y poniendo todo para no repetir errores del final y van a salir las cosas.
— Se vienen una doble fecha en casa, ¿cómo se preparan y cuál es tu opinión sobre el próximo rival?
Se viene una doble fecha muy dura. Nos estamos preparando de la mejor manera, físicamente y tácticamente también. Tuvimos casi dos semanas para preparar estos dos juegos. Y sobre los rivales tanto Independiente de Santiago como Montmartre de Catamarca son equipos duros, que están en mitad de tabla, que siempre compiten en todos lados donde van. Pero nosotros jugando un buen básquet y en equipo podemos quedarnos con los puntos en casa.
Echagüe tiene por delante dos partidos en el Estadio Luis Butta: el domingo 24 enfrenta a Montmartre de Catamarca