Liga Argentina · 08 de Abril de 2016
Hispano Americano y una linda acción solidaria
Los jugadores del equipo de Río Gallegos participaron de una acción solidaria junto con los chicos del comedor del Barrio San Benito de Río Gallegos.
Ganaron. Sí, ganaron antes de entrar a la cancha. Vencieron mucho antes de medirse ante un equipo, son los campeones sin la necesidad de levantar un trofeo, son afortunados, sin haber apostado a ningún número o haber sacado una rifa.
La sonrisa, la carcajada contagiosa, que silenciaba el picar de la pelota naranja emocionó todo el contorno del Tito Wilson, pintó la cancha, abrazó con fuerza la sonrisa del alma. Ver a los jugadores del plantel del Hispano Americano mezclados, disfrutando y compartiendo una actividad con los más de cincuenta chicos que concurren al comedor del Barrio San Benito, ubicado en la calle 21 equina 30 de Río Gallegos. Abierto con la lleve del corazón interminable de Juan Romero, esas personas silenciosas que hacen grande a una comunidad, una ciudad o un país. “Hace cuatro años que estamos con el comedor, la idea surgió por la necesidad que había en el barrio; vengo de una infancia con necesidades, arrancamos como veintiseis, después se fueron sumando chicos, con el comedor había una posibilidad de tener ayuda”, comentó Romero.
La tormenta en vez de empujarlo, lo levantó…
Pasa Terry Martin y lo saluda, le hace chistes, todo el plantel con el cuerpo técnico, se presentan ante unos niños atónitos sentados en el centro del gimnasio, sobre el escudo del Hispano Americano, desde un costado Juan los observa con los ojos vidriosos de la emoción, captura con su celular ese momento; el golpe en su vida, los obstáculos en su infancia, el manotazo duro de su niñez en vez de voltearlo lo levantó y le dio la fuerza para multiplicar sus manos para esta hermosa causa que llevó adelante junto a su familia, su mujer Fabiana y sus cuatro hijos, todos ayudan. “Hasta mi nene más pequeño Daniel, que tiene un año y medio”, sonrie y su historia lo fortalece para seguir empujando desde su inmensa generocidad: “soy de Santa Fé, de chico me fui a vivir a Buenos Aires, formé una familia, me separé y me vine a Río Gallegos, aquí conocí a la que hoy es mi mujer, pasé situaciones malas en Gallegos, sin trabajo, estuve al límite del hambre, después tuve la posibilidad de salir adelante nuevamente. Lo que hago es un agradecimiento a la vida, hay que ser agradecido”, afirma sin borrar la sonrisa de su rostro.
Sonrisas del alma
Después que se presentó cada jugador, comenzó a regarse de pelotas el rectángulo de juego, rostros iluminados picando sin destino ante la inmensidad de los gigantes comprometidos y disfrutando cada momento; chistes, quites de pelota, amagues, abrazos, emoción escondida en cada rostro, momento eterno para los niños y los grandes.
Pablo Fernández, queriendo quitarle a una hermosa nena que se aferraba a la pelota naranja sin querer soltarla. Sebastián Mignani, llevando de la mano un trencito hacia el centro del rectángulo del gimnasio. Chiqui Paredes, Gonzalo Torres, Fernándo Gutman corriendo, jugando, Bruno Oprandi, queriendo quitar a todo aquel que pasara cerca, todo un desafío para los pequeños, Andrés Capilla y Nico Kalalo, siendo protagonista de esta gran iniciativa.
José Luis García, explicando la actividad, el profe Damián Gallego mezclandose con los niños, Bernardo Murphy explicando, jugando, sonriendo… Todos fueron parte de algo muy lindo y sumaron un granito de arena pintar una realidad de otro color, más claro, más iluminado. “Tengo todos los días una linda devolución de afecto a todos los chicos, a veces estoy cansado porque esucho historias de mucho dolor, de violencia, de abusos… Estamos necesitando profesionales que se especialicen en violencia familiar”, destacó con un nudo en la garganta y el silencio hirió el pecho, por tal motivo destaca gestos como estos que tuvo el Hispano. “Estamos muy agradecidos por la invitación, fue una hermosa sorpresa, ellos están contentos, se les nota en la cara, son muy respetuosos… “, Juan se emociona, y después sonrie observando cada una de esas dulces sonrisas.
“Toda la colaboración es bienvenida, estamos dando ropa usada, el año pasado tuvimos la colaboración de profesionales médicos, cuando ves los rostros de los chicos te alimenta el corazón”, cerró una persona que dijo que se sentía pequeño cuando se fotografió junto a Terry Martin, pero que su corazón es tan inmenso que no se puede medir. “Me pareció muy buena esta iniciativa del Hispano, porque los chicos se olvidan de sus problemas, se distraen, el año pasado nos invitaron los del fútbol del Hispano y llevaron a los chicos a la cancha, comieron en el club, siempre el club está con nosotros y eso nunca se olvida”. Su historia no se tiene que olvidar y allí estuvo el Hispano diciendo presente, ganando el mejor partido: la alegría de esos niños no tiene precio.
Informe y Foto: Prensa Hispano Americano.