¡Qué tremendo partido! Arrancó el lunes a las 10 de la noche y terminó el martes a la una menos 20. Vale preguntarse cuánto tiempo pasará hasta que vuelva a darse otro juego así en el Paccagnella. Un partido que arrancó para el bostezo y finalizó con gente al borde del infarto. Un Rocamora que venía golpeado con cuatro caídas en fila y un Lanús con tres triunfos seguidos. El primer cuarto fue un fiasco, lo ganó el Rojo 18-9 con poquito; aunque, desde el principio, siempre estuvo adelante y defendiendo fuerte.

Arrancó el segundo y el Rojo se alejó por diez (20-10), pero con Gorosterrazú y Gago el Granate se puso a tiro (22-19). Rocamora bajó su nivel de efectividad y el partido se hizo más parejo. Verbauwede cerró el primer tiempo y se marcharon 33-26 al descanso. En el tercer cuarto quiso alejarse el equipo de Agustín Pujol pero Lanús mostró otra cara y el propio Gorosterrazú primero se encargó de igualar las acciones y más tarde de poner a su equipo por primera vez al frente (41-43). Rocamora contestó con una gran faena de Quigley y se marchó arriba 57-49.

En el último cuarto Catalín pudo haber puesto a Rocamora 10 puntos adelante pero falló el segundo libre (63-54) y Lanús le respondió con un parcial 11-0 para pasar adelante otra vez (63-64). A esa altura ya era un tremendo partido, de los que valen la pena pagar la entrada para ver. Rocamora no lo supo cerrar y el intratable Gorosterrazú clavó un bombazo para poner las cosas 73-73. Después, Gago anotó con bonus y los choferes de Lanús encendieron los motores del micro porque restaban segundos. A la vuelta del tiempo muerto Catalín la clavó de tres y hubo suplementario (76-76).

"Nos dieron una vida más...", le dijo Agustín Pujol a sus dirigidos. Y les pidió aprovecharla. De la mano de Britos, Lanús se puso cinco arriba (80-85) pero no lo definió. Creció la figura de Cavallín en Rocamora y cuando todo hizo pensar que el festejo era local Gorosterrazú clavó un triplazo para igualar nuevamente el tablero. Quedaron 90-90 y fueron a una segunda prórroga.

Rocamora, que perdió a Quigley por una lesión en el codo derecho –fue llevado del estadio en ambulancia- quedó en franca desventaja pero la salida de Gorosterrazú por faltas emparejó las cosas. Los últimos cinco minutos fueron decididamente infartantes. Rocamora llevó las riendas pero por poquito, Dasso e Impini fueron importantes al igual que Verbauwede que estuvo mejor desde la línea. Lo pudo haber cerrado Catalín pero falló dos libres y Lanús se puso ahí (103-100).

Si algo le faltaba al partido fue que, con un segundo y medio por jugar y Rocamora ganando por tres, la terna arbitral no se pusiera de acuerdo en que si una falta de Pascal sobre Britos fue de dos o tres lanzamientos. La fueron a revisar, tardaron bastante y finalmente fueron dos libres. El base metió el primero y tiró a errar el segundo pero el rebote no salió y por fin pudo festejar Rocamora (105-103).

Rocamora necesitaba el triunfo y lo consiguió. Con sufrimiento y agonía pero lo hizo, y ante un enorme rival, porque sin dudas Lanús será uno de los que esté en la pelea de arriba. No tuvo a Franco Ferraría por lesión, perdió a Quigley en el momento más caliente de la noche pero se repuso a las adversidades y ganó. En un partido tan largo hay que destacar también los 19  puntos de Verbauwde, los 18 de Dasso y los 17 de Catalín. Impini fue otro destacado con 12 puntos y 10 rebotes. Rocamora viajará ahora para enfrentar el jueves a Hispano Americano y, al regreso, tendrá el clásico contra Parque Sur. El próximo domingo en el Paccagnella.

Informe y fotos: Prensa Tomás de Rocamora