Arrollador arranque de Lanús en los playoffs
El Granate aplastó 110-72 a Quilmes de Mar del Plata, como local, en el primer punto de la serie de Cuartos de Final.
Aguardaba ese instante con ansías y finalmente disfrutó a pleno de ese escenario, de ese nervio tan único e indescriptible que son los playoffs. Lanús aterrizó en el puerto deseado de reinsertarse en la competencia, tras una espera de un mes, y estiró su estado de gracia.
El Granate no evidenció una pérdida de su ritmo, al contrario usufructuó de la energía contenida para estampar una performance descomunal al arrasar 110-72 a Quilmes de Mar del Plata en el juego inaugural de la llave de Cuartos de Final de la Conferencia Sur.
El elenco de Sebastián Saborido destrabó definitivamente el pleito con un tercer cuarto aniquilador (37-17) y principalmente por una efectividad sideral de tercera dimensión en toda la noche del 55% (16/29), que cristalizó con nueve manos anotadoras, para corroborar su variedad de recursos.
En una tarea colectiva sólida, e impecable, Lanús dispuso de actuaciones muy productivas como la de Ándres Lugli con 16 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes; además del aporte de Joaquín Ríos con 16 tantos (3/4 en triples) y 5 asistencias, así como Devonte Patterson con 16 unidades. En el rincón del Cervecero se destacó Lisandro Fernández al clavar 15 puntos (4/9 en triples).
La historia comenzó bajo el ritmo de Lanús, con su intensidad defensiva, para alimentar su fluidez en ataque, donde lastimó con las bombas (3/5). Con el corrimiento del campo como premisa, el dueño de casa cosechó una renta favorable 21-11, a falta de 2:20 minutos. En el visitante, Ruiz desniveló con sus penetraciones, además de la enjundia de Verbauwede, aunque no pudo evitar cerrar abajo 25-16.
En el segundo acto, el Cervecero se destapó con los triples (5/13) y principalmente un momento furioso de Fernández (9), por eso limó diferencias 32-25, a los tres minutos. Lugli (10) tomó las riendas de los avances, para orquestar diferentes caminos con sus puntos y también reparto del balón. Con el poder de gol afilado, el local estacionó en el entretiempo en ganancia 53-39.
Tras las charlas en vestuarios, Lanús regresó con una energía imparable y ejecutó un volumen de juego arrollador, con su arma predilecta en estado de ebullición: los triples (7/8). En dos minutos, el anfitrión estampó un parcial 11-3 y obligó al tiempo muerto del rival al escaparse 64-42. El Grana no aminoró su marcha, al contrario profundizó su dominio con una gama variedad de manos anotadoras y rompió definitivamente el partido al clausurar 90-56.
El último episodio estuvo absolutamente de más, dado que no había manera que Quilmes revirtiera la tendencia y pudiera limar semejante diferencia, aunque le imprimió esfuerzo. Lanús mantuvo el andamiaje aceitado y superó ampliamente la barrera de los cien puntos para iniciar la serie con un rendimiento descollante.
Informe y fotos: Prensa Lanús.