Cierre a todo trapo del mejor de la Sur: Lanús celebró con una fiesta en casa
El Granate derrotó 78-64 a Atlético Pilar para clavar la undécima victoria seguida y terminar con un récord tremendo de 25-7.
Demencial. Simplemente espectacular. No alcanzan las palabras para definir, y dimensionar, la producción brillante de Lanús en la Fase Regular, probablemente el cierre de una racha de once triunfos consecutivos permita graficar la performance del número uno de la Conferencia Sur.
El Granate afrontaba su último juego en casa, y vivió una noche acorde, con una atmósfera repleta de expectativa, mucho acompañamiento en las gradas y un recibimiento especial, con luces y lluvia de papelitos, lo que le aportó un simbolismo interesante, como un agasajo para el mejor equipo de la región en esta etapa.
Todo eso sobrevoló en el aire y gravitó en el rendimiento, porque el elenco de Sebastián Saborido tardó en entrar en ritmo, en su idiosincrasia habitual y sufrió el primer tiempo. Sin embargo, corrigió con unas ráfagas en el complemento, con uno de sus rasgos: la presión defensiva para correr el campo.
Con esta alegría, Lanús culminó su recorrido con una marca impresionante de 25-7 (78%), que se explica en un extendido de diecinueve triunfos en sus últimos veintiún cotejos. Así se aseguró definir todos los playoffs de la conferencia como local y aguardará rival en Cuartos de Final. Por su parte, el Rancho quedó con un registro 13-18 y se ubica en el decimocuarto lugar de la zona, por ahora en play-in.
En el plano individual, el elenco del sur del conurbano volvió a disfrutar de una tarea integral de Andrés Lugli con 11 puntos, 9 rebotes, 5 robos, 5 asistencias y 24 de valoración; secundado por las anotaciones de Devonte Patterson y Lucas Di Muccio, ambos con 17 unidades. En el rincón perdedor se destacó Lowery con 15 puntos y 13 rebotes.
El cotejo arrancó con un dueño de casa maniatado, sin fluidez, como sumido en las emociones de las expectativas del público y el marco. Empero, el trámite se caracterizó por la paridad, con un Atlético Pilar lastimando en la pintura con Lowery (6) y las acciones de Gamboa (5). El Granate padeció la puntería torcida de triples (0/5) y se abasteció con las caídas de Alorda (5). Así se clausuró 15-15.
En el segundo capítulo, la segunda unidad del local le dio un aire fresco y clavó un pasaje 9-3 para tomar la delantera 24-18, con dos bombas de Franchino (6). El ritmo mermó, con una baja de intensidad general de los dos contendientes, aunque Lanús se mantuvo arriba 30-25, con 4:40 en el reloj. Marcon (5) y Bravo (8) tomaron decisiones y el Rancho estampó un sprint de 9-2 para irse al entretiempo en ganancia 34-32, dentro de un contexto de exigua calidad ofensiva (41% de campo para el anfitrión y 42% para la visita).
Tras las charlas en vestuarios, el Rancho prolongó su momento positivo, en un panorama de desprolijidades, con muchos yerros (3/16 de cancha para la visita) y pérdidas, para mantener una ventaja 42-41 en el electrónico, con 3 minutos en el reloj. Patterson (8) cazó la lanza con sus decisiones personales y ayudó al anfitrión a construir un parcial 10-3 con el que le bajó la cortina al episodio 51-45.
En el último capítulo se concretó el mejor momento de Lanús, que activó con otra determinación, presionando a la bola en defensa para forzar recuperos y salir disparado en contraataque. Lugli distribuyó, Di Muccio (9) aceleró y todos se prestaron la bola para un arranque demoledor de 18-3, con el que sepultó a Pilar con ese resultado parcial 69-48, con 5:20 por jugar. Desde ese punto ya no hubo retorno para el visitante. El Granate soltó destellos, con maniobras atildadas y transitó sin sobresaltos a la victoria.
Informe y fotos: Prensa Lanús.