Liga Argentina · 10 de Mayo de 2019
"Ojalá sea recordado como un jugador que siempre dejó todo"
Es el deseo de Alejandro Pappalardi cuando se retire. El experimentado interno, referente de Platense y padre orgulloso, defiende los colores del club del que es hincha y escribe páginas importantes en la historia del Calamar. El presente del equipo, su pasión, sus anécdotas, hijos y más.
Por Lucas Leiva
Camina por los pasillos del club como si fuese su casa. Y es que en realidad claramente es su hogar, donde se siente cómodo y donde vive sus mayores alegrías. No cualquiera tiene la posibilidad, ese privilegio, esa chance de jugar en el equipo de sus amores, pero esa es una experiencia que puede tranquilamente contarla Alejandro Pappalardi, que está unido a Platense por uno de esos lazos inquebrantables.
El vínculo viene de siempre, porque el ala pivote de 2.02 metros y 38 años (nació 15 de julio en 1980 en Saavedra) tiene un amor incondicional por los colores de la entidad de Vicente López. Y como todo hincha, cada partido se vive de forma especial, cada alegría del club se festeja por duplicado y cada golpe también tiene un agregado. Al día de hoy, Platense vive un momento de ensueño, después de una brillante fase regular, actualmente transitando etapa de playoffs. Y Pappalardi es consciente del lugar donde se encuentra el equipo, y más allá de que todo es un proceso y hay que ir paso a paso, sueña en grande.
Pappalardi llegó a Platense en el 2014 y desde entonces no se fue más. Previamente formó una carrera ejemplar, pasando por Firmat, Sociedad Española, Huracán de Trelew y Atenas de Patagones. Reconocido por su enorme afecto al club, arribó para integrar el equipo del Calamar que participó del Torneo Federal 2014/15, logrando el ansiado ascenso a la segunda categoría. El equipo de ese año quedó en la historia, porque entró primero a los playoffs y se dieron cruces brillantes, como cuartos de final ante Unión Vecinal de La Plata (dando vuelta la llave en el Juego 5) y unas recordadas semifinales ante Temperley (emotiva victoria también en el quinto partido, por 77-75 y con un doble de Lucas Gornatti sobre la chicharra). Perdió la final ante Olimpo de Bahía Blanca, pero luego decretó su ascenso luego de que el equipo bahiense rechace la posibilidad de jugar el TNA.
Y desde el primer año que llegó a la segunda categoría, Platense demostró una solvencia importantísima para emerger como uno de los grandes animadores y candidatos de cada temporada. En 2015/16 alcanzó finales del Sur (perdió ante el posterior campeón Hispano Americano), en 2016/17 llegó a cuartos de final de conferencia (quedó eliminado ante Parque Sur) y en la pasada 2017/18 arribó nuevamente a finales del Sur (cayó ante Estudiantes). Ahora vuelve a ser protagonista, y en Vicente López sueñan con que este sea su esperado año.
Pappalardi no solamente fue testigo de todo este recorrido, sino que además fue y es un claro referente del básquet del Marrón en estos últimos años. En la actual temporada, es líder del equipo con promedios de 9.5 puntos (55.8% en dobles, 30.6% en triples y 64.6% en libres), 5.5 rebotes y 1.4 asistencias en 39 partidos (25.9 minutos por juego), y sigue tan vigente como siempre, aportando toda su experiencia y su habitual desequilibrio en la zona pintada.
La huella que está dejando Pappalardi en Platense es muy grande. El cariño constante que recibe del público tanto en los partidos como en la calle lo reconforta, le da valor a todo ese peso que tiene dentro del club, a la entrega que demuestra en cada pelota y a todo su sacrificio. Y si a esto le sumamos que sus hijos Gio y Thiago también podrían continuar su legado (ambos están dando sus primeros pasos en el básquet y el fútbol de Platense), sin dudas que el apellido Pappalardi tiene un lazo muy valioso en el club.
El Calamar viene de adjudicarse el mejor récord de toda la fase regular (el 1 no solo del Sur, sino también de la tabla general sumando la conferencia Norte), ganando ventaja de localía en cualquier serie que deba disputar en estos playoffs. Actualmente el equipo está cuartos de final del Sur de la Liga Argentina, en una llave que lo mide ante Rocamora. El interno habló de todo este presente positivo del equipo, pero también se refirió a lo que significa defender el club de sus amores, varias de las recordadas anécdotas que vivió en la institución y más, en una distendida charla a continuación.
- Hablame un poquito de cómo fue la temporada regular. Comenzaron con algunas dudas, pero cuando se acomodaron y reordenaron tuvieron un recorrido interesantísimo.
. Tuvimos una primera fase irregular, no nos encontrábamos, era muy difícil formar un equipo que juegue bien. No teníamos volumen de juego. Nos anotaban muy fácil, nosotros no anotábamos, ganábamos de local, perdíamos de visitante... éramos muy irregulares en todo sentido. A mediados de noviembre el equipo hizo un click, empezamos a jugar mejor, el Cholo metió un poco de mano en el sentido de cambiar sistemas, le dio otras rotaciones al equipo, y empezamos a ganar más. Cuando nos quisimos dar cuenta terminamos bien antes de las fiestas. Después volvimos bien, tuvimos racha creo que de 12 partidos ganados, nos tocó perder contra Del Progreso allá y nos trajimos dos partidos dificilísimos de Neuquén, y ahí pensamos que ya estábamos bien. Habíamos ganado en otras canchas muy difíciles como Chivilcoy, haciéndolo bien, por más de 20 puntos. Entonces nos dimos cuenta que era el momento para ver para qué estábamos. La idea primero era terminar primeros en nuestra zona, y después cuando nos notamos que podíamos finalizar primeros en el global nos pusimos de meta de eso, fijarnos también en la otra conferencia para ver si podíamos llevarnos el 1 del torneo. Por suerte se dio y gracias a Dios el equipo desde entonces viene jugando muy bien.
- Alejandro Vázquez (entrenador del equipo) siempre destacó el crecimiento que tuvo el equipo desde el juego colectivo como una de las claves más importantes, y vos también lo destacaste recién. ¿Dónde más estuvo la mejoría del equipo además de ese entendimiento?
. Y la realidad es que hay muchos puntos altos, no solo lo que el equipo creció en cuanto a colectivo sino también en cuanto a roles individuales. La llegada de Gastón (Essengue) también fue fundamental, porque nosotros necesitábamos de un 5 natural que le demos la pelota abajo del aro y resuelva. Gastón potenció más el equipo y lo hizo más largo, lo cual para nosotros fue determinante. Y a esto hay que sumarle que Juan Pablo Lugrin está teniendo una temporada terrible, era el tapado y hasta ahora viene teniendo un año bárbaro. Terminó siendo el jugador que cuando las cosas estaban mal, dio la cara y se mantuvo durante toda la liga muy parejo, y es uno de los puntos más altos del equipo junto con (Cédric) Blossom, Felipe (Pais) y (Lucas) Goldenberg, que suma lo suyo también.
- Hoy delante tienen a un duro rival como Rocamora. ¿Cómo encaran estos playoffs sin dejar que lo hecho previamente les haga volar la cabeza?
- En lo que va del año buscamos objetivos cortos y se fueron dando. Primero nos habíamos propuesto ganar el Súper 4, que tampoco era una prioridad porque ganarlo es muy difícil y después tenés que pensar en la chance de Liga Sudamericana... terminaba siendo un lío si después no lo podíamos reafirmar. La primera idea era ganar ese boleto al Súper 4 que no se dio, lo terminó ganando Rocamora en nuestra zona, que justamente es nuestro rival en esta serie. Por eso y por todo lo que hizo lo respetamos, porque además hizo una primera fase muy buena más allá de que después se cayó como pasó con varios equipos. Nosotros, como te dije antes, tuvimos una excelente fase, le encontramos a cada jugador su rol y eso se hizo más fácil para después volcarlo en el juego.
- ¿Y hasta dónde creés que pueda llegar Platense mostrando este nivel?
- ¿Hasta dónde nos vemos? Como dijo Gastón hace poco... ojalá ganemos todos los partidos de local y ahí tenés el resultado (risas). Ganando todos los partidos de local nos lleva hasta la final. Pero la verdad es que primero tenemos que pensar en esto de hoy, que es Rocamora, que es un rival difícil. Jugó muy bien el repechaje de hace unos días, nosotros hacía 20 días que no jugábamos antes de esta serie y se nos hizo y hará un poco más difícil volver a la gira esta de jugar tantos partidos seguidos después del parate donde solamente entrenábamos. Pero bueno, la idea es ganar todo y llegar primero a la final de Conferencia. Ojalá que este año se nos dé, sabemos que es muy difícil porque todos están muy bien armados, que cada equipo hizo su toquecito final para esta parte que queda de torneo, encontrar las fichas que les hacía falta y potenciarse. Como te decía, nuestra idea es ir serie por serie, ahora estamos pensando en Rocamora. Cualquiera le puede ganar a cualquiera por más que saliste primero, el octavo te puede ganar, se dio en un montón de playoffs y todo lo que hiciste durante el año se tiró a la basura porque te quedaste afuera en el primer corte. Por eso nosotros estamos tranquilos y pensamos primero en esto que es Rocamora, y así iremos paso a paso intentarnos meternos en ese lugar que queremos. Dos años no se nos dio contra un equipo que realmente fue muy bueno como Olavarría, y ojalá este año podamos llegar más lejos aún.
- Vos llegas a Platense para el año que terminan ascendiendo al TNA. Contame cómo fue ese momento, que seguramente debés recordar por todo lo que es el club para vos.
- Sí, volví a jugar en Buenos Aires en 2014, ya había hablado con el presidente Fernando (Wendt) un tiempo antes de que quería que venga al club, porque soy hincha de estos colores. Pero en ese entonces Platense estaba jugando el torneo de Capital y yo estaba jugando el TNA en esa época. Después me fui a Patagones un año y Platense logró el ascenso contra Hacoaj en cancha de River, y un día yendo a la cancha con mis hijos me agarra Fernando y me dice "ya estamos en el Federal, queremos que vuelvas, no podés decirnos que no". Yo ya había hablado con Atenas que es un club que quiero mucho, siempre que voy me tratan increíble, pero más allá de que me había comprometido con ellos la realidad es que extrañaba mucho a mis hijos, se me hacía muy difícil todo estando allá tan lejos, ellos empezaron el colegio con el más chiquito arrancando el jardín... y era muy difícil quedarme en un lugar tan lejos y no poder verlos. Eso giró la balanza para el otro lado, hablé con Fernando y le dije que sí, que tenía ganas de volver, les quedaba una ficha y fue en ese 2014 que viene a jugar acá a Platense.
- ¿Y cómo fue y es jugar en el club de tus amores? Porque más allá de que sos un profesional, debe tener muchísimos condimentos defender los colores de tu vida.
- Fue y es increíble jugar en el club del que soy hincha, en el que la gente me conoce desde que soy chico. La gente que me veía en la cancha no sabía que jugaba al básquet, no tenía idea, pero con el tiempo la gente se empezó a enganchar con el básquet, el equipo ayudaba porque jugaba bien y la cancha comenzó a llenarse siempre, partido contra Temperley de local, el Juego 5 de playoffs, 18 puntos abajo, nunca había visto tanta gente, no sé de dónde salió tanta... ese partido que ganamos con un doble de Lucas (Gornatti) fue consagratorio para todos, quedamos ahí en el recuerdo del club y yo tuve la posibilidad, por ser hincha del club y porque la gente me conocía, de que toda la gente tenga ese cariño especial conmigo. Como te decía, desde muy chico voy al club y nunca había podido jugar, el primer año que llego al equipo llegamos a una final contra Olimpo que lamentablemente perdimos porque ellos tuvieron una serie increíble jugando muy bien, siendo justos campeones, pero la gente se quedó muy contenta igual, con la actitud que mostró el equipo y yo soy un laburante, no me destaco en nada pero sumo en un montón de cosas, y para mí el reconocimiento de la gente es lo más lindo que tengo. La gente me dice "qué suerte que tenés, jugás en el club del que sos hincha", el plus ese que ponés de más sabiendo que defendés los colores del club y que vean tu entrega, con eso yo ya soy feliz. Que la gente vea que doy todo por la camisea, como la di en todos los clubes, pero que con Platense es especial porque tenés ese plus de hincha que decís "che, vamos, tenemos que dar la cara". Y soy muy agradecido por todo esto, la gente siempre me trató de diez, teniendo buenos o malos momentos siempre me apoyaron. En el barrio no se hablaba de básquet, yo vivo a 6 cuadras de la cancha y era siempre el fútbol, pero ahora ese apoyo es constante porque la gente se interesa y sigue al equipo, y eso a uno lo pone muy contento. Que el básquet del club haya progresado me pone muy feliz.
- Seguís muchísimo al club en todas sus disciplinas, pero sé que con el fútbol tenés una relación especial de ir siempre a la cancha a alentar al equipo. Deberás tener tus buenas anécdotas.
- Ahora no tanto, pero cuando era más chico me escapaba de mi casa (risas). A mi viejo no le gustaba mucho que vaya a la cancha, y antes como se podía ir de visitante me sumaba en los micros. Un día yendo a la cancha de All Boys lo veo a mi viejo en la puerta del trabajo, nosotros pasando con los micros de Platense y mi viejo gritándonos que cuando llegáramos a casa nos iba a matar por irnos sin decirle nada. Toda la gente de la cancha me conoce porque íbamos siempre, y cuando se enteraron que jugaba al básquet me cargaban y decían "ahí viene el chiquito". Nunca tuve un problema, la gente siempre me trató de diez. Ahora voy con mis hijos a la cancha y ahora vamos a platea, ya no voy más a la popular. Tengo muchas anécdotas de chicos, como escaparme de casa para ir a ver a Platense a Mendoza, que juegue un tiempo solo y que se suspensa porque se lesionó el juez de línea, y vos te hiciste un viaje de 20 horas para ir a ver un partido de fútbol de un tiempo solo, cosas que solamente nos pasaban a nosotros. También la final en Lanús contra Estudiantes de Caseros del año pasado cuando ascendimos al Nacional B, donde lo primero que me dicen es "no te quiero ver en la popular", pero no pude con mi genio y con el Cholo (Vázquez), Héctor y Facu Vázquez nos fuimos a la popular sin importar nada, no íbamos a ver el partido de Platense por ascender al Nacional B sentado en la platea. Pero como te digo, cosas de chicos, y ahora que uno que está más grande lo vive desde otro lado, con amigos que te deja la cancha. Me pone muy contento el presente que tiene el fútbol del club.
- No me quiero olvidar de una mención muy importante que decías, tus hijos, que están en el club y que incluso juegan al básquet siguiendo ese lazo sanguíneo dentro de Platense. ¿Qué te genera todo eso?
- Sinceramente nunca pensé que mis hijos se quieran volcar al básquet, porque del lado de la familia de mi mujer era muy del fútbol y no le daban mucha importancia al básquet. Pensé que me iban a salir futbolistas los dos. Pero de un día para el otro, en mi vuelta a Platense, el más grande de mis hijos me dice que quería ir a básquet, lo llevamos, le gustó y se enganchó. Y el más chiquitito, como veía que su hermano más grande lo hacía, también se metió a entrenar, de caradura, porque la edad no le daba todavía, recién este año creo que puede empezar pero hace como 3 años que está entrenando. Lo hacen bárbaro los dos. Me pone orgulloso, ver a mis hijos jugar con la camiseta de Platense es un sueño que siempre tuve y que ahora es una realidad. Ellos entrenan martes y jueves, vamos a los entrenamientos, a los partidos, hay días que nos cuesta levantarlos pero van contentos y jugan. El más grande me salió habilidoso (risas), un base con mucha lectura de juego y que prefiere que los compañeros anoten antes de tirar él; y el más chiquitito todo lo contrario, me salió un Harden, la tira todas, la revolea de cualquier lado, quiere hacer puntos. Me causan mucha gracia porque ninguno salió a mí, un rústico que tira de 3 y se pega abajo del aro (risas). Estoy contento porque ellos lo disfrutan, se divierten, tienen muchos amigos, todos los compañeros los quieren y a eso uno lo pone contento, que sus hijos sean queridos por sus compañeros y tengan tantos amigos. A mí me pone orgulloso y contento, ojalá que sigan por este camino, que se diviertan, y en el momento que tengan que decidir por qué hacer o si seguir con esto como una carrera van a tener mi apoyo, y sino también lo van a tener. Creo que son los dos muy independientes a la edad que tienen para decidir qué es lo que quieren. También juegan al fútbol así que están entre básquet y fútbol todo el día, haciendo deportes, y con la madre corriendo con ellos todo el día para llevarlos. Capaz que al básquet juegan en Platense pero en fútbol les toca jugar en Beccar o Martelli, y son horarios cruzados, y capaz que yo entreno, y entonces la madre los tiene que llevar a los dos lados, pero nos repartimos para que ellos cumplan con sus obligaciones.
- La realidad es que te has convertido en todo un ídolo dentro de Platense, un emblema por entrega pero también por estar muy asociado a los colores del club. Y en lo contemporáneo se asimila mucho a la huella que dejó Romani pero con vos siendo hoy vigente y toda esta posibilidad que existe de agigantar tu historia en el club. ¿Cómo tomás todo ese cariño de la gente?
- Me sorprende un montón. Nunca pensé que podía llegar a ser tan reconocido en el club, sabía que la gente me conocía pero no tanto. De pedirte una foto o un autógrafo, o cruzarte en la cancha a alguien y quedarte hablando de básquet con esa persona, saben qué el equipo juega, los nombres de los jugadores, cuándo jugamos... antes eso no pasaba en Platense, pero ahora con toda la prensa que tiene el club y la gente que está manejando el básquet todo eso se potenció un montón. Quizá no esté a la par del fútbol porque eso es lo principal en el club, pero lo que te puedo decir es que me siento muy querido por los hinchas. La palabra "ídolo" es muy grande, no sé si es para tanto, pero sé que soy uno de los más queridos del club. Soy una persona de perfil muy bajo, quizá me saludan y me da timidez. La gente piensa que como me ven en la cancha que protesto y me enojo, que siempre ando con cara mala, piensan que afuera también soy así pero nada que ver. Me da mucha timidez que me pidan una foto, más cuando estoy con mis nenes que me preguntan por qué la gente me pide fotos en la calle, ellos no lo entienden a eso y no saben que soy conocido, para ellos soy solo su papá. La verdad es que siempre voy a estar agradecido al club por todo lo que me dio. Ojalá que nos vaya bien, que podamos lograr todo lo que queremos, y si quedo en el recuerdo de la gente, porque quiero que me tengan con esa imagen de buena persona y de un jugador que siempre dejó todo. Vos hablabas de Nacho Romani, que siempre fue y hasta ahora que no está en el club es recordado como una gran referente y persona; y ojalá que a mí, el día que me toque ir, retirándome en Platense porque esa es mi idea, termine siendo reconocido como un jugador que siempre dejó todo, que es hincha y que siempre fue un jugador de rol humilde que trató de dejar todo para que su club esté lo más arriba posible.
Fotografías: archivo Prensa Platense Básquetbol