Las Finales de la Liga Argentina adquirieron un matiz de mayor dramatismo con la victoria de Villa Mitre, que se impuso 77-68 en el tercer round, para que la serie ahora la comande Unión por 2-1 y que se estire a un cuarto juego este viernes, a las 19, en Ferro.

El Tatengue no logró controlar la atmósfera como en los dos primeros pleitos, cayó en irregularidades en su faceta defensiva y sobre todo no pudo transitar el campo a alta velocidad, ni en el contragolpe ni en el ataque secundario. El Tricolor le frenó esa dinámica y lo llevó al terreno que más le conviene, la de un trámite más pausado, de menor cantidad de posesiones.

El experimentado Miguel Ísola, que atraviesa su décimotercera temporada en la Liga Argentina, aportó una buena cantidad de situaciones para Unión, con 9 puntos (2/5 en triples) y 4 rebotes en 18 minutos.

El salteño, que aparece en varios rubros históricos de la categoría como mayor cantidad de partidos disputados, detuvo su andar en el post partido y dialogó con las cámaras de Prensa AdC para compartir su visión de la derrota.

A la hora de bucear en los fundamentos del triunfo de Villa Mitre, Miguel explicó: “Lo teníamos, pero éramos conscientes que ellos iban a tener una reacción, que se pondrían más duros y eso es lo que pasó hoy”.

En cuanto a las falencias que incidieron en un rendimiento irregular del Tatengue, Ísola contó: “Erramos goles que veníamos metiendo, tuvimos muchas desconcentraciones defensivas, que es el tema que debemos corregir para el partido del viernes. No pudimos correr como nos gusta hacer”.

Con la mente enclavada en el próximo desafío, que le otorgará una nueva chance de concretar el ascenso, el interno exteriorizó: “Hay que corregir los rebotes y algunos puntos de desconcentración o por malas rotaciones. Además creo que deberíamos volver al ritmo de juego que tuvimos los dos primeros partidos”.

Ísola posee un largo recorrido, ya ha experimentado en carne propia el placer de abrazar la gloria cuando ascendió a la Liga Nacional en 2008/09 con Unión de Sunchales. El salteño procurará aportar su grano de arena para que el Tatengue sueñe en grande.