LNB · 05 de Julio de 2021
Gamboa vive un sueño: "Desde chico siempre quise jugar en Atenas"
Además de su ya muy conocida calidad y experiencia, el Tucu es un claro ejemplo del resultado que se consigue con mucho trabajo y esfuerzo. Será uno de los referentes de la versión 21/22 de Atenas, confesando su anhelo de hace muchos años por vestir la camiseta del histórico cordobés. Hoy cumplirá ese deseo.
La situación límite que vivió en la última Liga y esa historia reciente en la cual se acercó más al abismo que a la gloria, abre un panorama de reconstrucción para Atenas en la próxima temporada. El equipo cordobés, el más ganador de nuestra competición, salió al mercado pensando en la 2021/22 y con el fin de empezar a reencontrarse con su mejor versión inició el armado de un interesante plantel.
Todavía queda mucho por definir pero al menos las primeras pinceladas del cuadro comenzaron a verse. Con la contratación de Sebastián Saborido como nuevo entrenador, mantuvo a un par de buenos valores jóvenes de sus formativas, renovó con algunos jugadores que irrumpieron bien la Liga y demostraron estar a la altura, y además incorporó nombres de experiencia y jerarquía. En este último grupo, entre los fichajes destacados se encuentra Eduardo Gamboa.
El Tucu es uno de esos jugadores ya garantidos dentro de la categoría y será clave dentro de la nueva estructura del Griego. Viene de sostener un muy buen año en La Unión de Formosa (promedió 9,5 puntos, 3,4 rebotes y 3,4 asistencias en 27 minutos), pero su carrera en la elite se resume también con sus pasos por Estudiantes de Concordia y Boca.
En diálogo con Prensa AdC, el escolta hizo en referencia a su llegada a Atenas, desde Bragado, donde tiene su hogar y vive junto a su esposa Estefanía y sus hijos Morena y Gael, confesando que está viviendo algo soñado tras su incorporación a un histórico de la Liga. Un jugador de cientos de batallas, con un recorrido ejemplar y mucha lucha detrás, vigente como siempre con su calidad de juego y con una pasión tan intacta como desde el primer día que supo que esta iba a ser su vida, a base de mucho esfuerzo y trabajo.
- ¿Cómo se dio el vínculo con Atenas y qué pusiste en la balanza a la hora de decidirte?
- Se dio todo bastante rápido. Justo venía de dos semanas sin hablar con mi agente por una cuestión personal ya que mi nena se tuvo que operar de apendicitis y estuve alejado del teléfono porque mi cabeza estaba en ella. Ya cuando ella estuvo un poco mejor empecé a hablar con mi representante y me contó de esta propuesta de Atenas. Para serte sincero no lo dudé ni un segundo, porque en lo personal era algo que tenía pendiente desde hace mucho. Desde chico siempre quise jugar en Atenas y hoy poder vestir esa camiseta me pone muy contento. Me llega en un momento en el que me siento muy bien físicamente y estoy mucho más maduro. Sinceramente fue muy rápido.
- Un indicio que se está dando en este mercado de Atenas es que busca volver a sus bases, tratando de reconectarse con su gran historia y queriendo dejar atrás estos últimos años en los que los resultados deportivos no acompañaron mucho.
- Sí, si bien estas últimas temporadas no han sido de las mejores, es entendible porque priorizaron otras cosas, sin hacer ninguna locura y más con cómo venimos todos con el tema económico. Eso es muy loable, que se decidan ir por un proyecto donde quieren hacer su estadio, y hoy por suerte falta poco para terminar la cancha. En estos momentos tienen un poco más de presupuesto y se está armando un equipo con un poco más de experiencia, con jugadores que vienen de la Liga Argentina y con jóvenes de proyección. La verdad es que es un combo muy bueno, y todo eso se conjuga con lo que sabemos que es Atenas, un club muy importante, ultra ganador, por el cual pasaron entrenadores y jugadores de alto calibre.
- ¿Hay algo de ansiedad por todo lo que significa Atenas para vos?
- Estoy muy feliz, contento y ansioso sí (se ríe), porque ya quiero saber cuándo vamos a empezar. Ya se sabe la fecha en la que se va a jugar el Súper 20 y eso motiva un montón. Estoy muy feliz y soy un agradecido. Otra de las cosas que no me hicieron dudar fue que Seba Saborido en un par de oportunidades previas me quiso llevar a Sunchales y no se había podido dar hasta este momento en el que vamos a coincidir. Para mí es un elogio que confíen en mi trabajo, y no sólo lo digo por Seba sino también por Bruno y Felo Lábaque que también confiaron en mí e hicieron posible que hoy pueda ponerme la camiseta de Atenas. Estoy cumpliendo ese objetivo y sueño de chico porque siempre quise jugar en este club, tengo la suerte de hacerlo hoy. Estoy con la mayor de las expectativas y con muchas ganas de comenzar.
- Vos venís de una última temporada con La Unión donde, si bien no se dieron los resultados necesarios para clasificar a playoffs, pasaron por una temporada atípica con situaciones complicadas que tuvieron que surfear. Y no sólo lo digo desde lo pandémico o el formato de juego.
- Sí, el año pasado fue nuevo pero creo que para todos. Independientemente del formato y de haber jugado en burbujas, todos debemos ser agradecidos por el esfuerzo que hicieron los dirigentes y todos los actores para jugar una liga en el medio de la pandemia. Se sabe que hay mucha gente que no ha podido trabajar en esta época y nosotros pudimos hacerlo, pero como decís, eso no quita que haya sido una experiencia nueva para todos nosotros, exigente desde lo físico y lo mental. Por ahí nosotros no pudimos cumplir el objetivo con Formosa, pero es verdad que también nos pasaron muchas cosas durante la temporada. No son excusas pero nosotros nunca pudimos entrar a Formosa por un problema que tenía la provincia, entonces la pretemporada la hicimos en Buenos Aires, también después tuvimos muchos contagios por Covid-19, y a su vez algunos de nosotros tuvimos además problemas familiares. Fue un año diferente para todos pero lo importante es que se pudo jugar y terminar. Nos hubiese gustado clasificar a playoffs, pero aunque hicimos lo imposible no se pudo. Ahora eso ya está, doy vuelta de página y pongo mi cabeza 100% metida en Atenas, con entusiasmo y la mayor de las expectativas.
- Me decías que Seba Saborido ya te había querido dirigir en su momento y no se había dado. ¿Te resulta un mimo eso y que ahora, entendiendo la experiencia que tenés por todos estos años de Liga que llevás, te sumen a esta idea de levantarse que tiene Atenas?
- La verdad es que me cuesta mucho decir que soy un jugador experimentado y de muchos años en la categoría (se ríe), porque con la vorágine que vivimos y el paso de los años requiere un mayor trabajo mantenerse en la Liga. Y no te lo voy a negar: no es sencillo. Desde que debuté en la Liga, cada año que pasa le doy muchísimo valor a cada club que confió en mí. Con cada equipo con el que arreglaba iba avanzando, y obviamente uno se pone muy contento por todo lo que fue logrando. Es un esfuerzo muy grande el que uno hace y que está detrás de cada jugador. Es lindo recibir ese mimo que decís de la confianza que te dan los entrenadores, porque todo eso hace que a uno le den muchas más ganas de seguir trabajando y de mejorar. Uno sabe lo que puede dar y es lindo que del otro lado le reconozcan ese trabajo. Hoy me toca estar en un club como Atenas, y que Seba confíe en mi juego y lo que puedo dar es muy lindo.
- En ese esfuerzo que decís, hay mucho de ese detrás de escena que tiene la carrera de un pibe que se fue de casa muy chico en busca de hacer realidad sus sueños...
- Sí, yo me fui a los 16-17 años de Tucumán directamente a Puerto Madryn, sin haber viajado antes nunca a ningún otro lugar. El esfuerzo es muy grande, y si bien me cuesta hablar de mí y de la experiencia que pueda tener en la Liga, sí te digo que no es nada fácil sostenerse en este nivel. Me siento un privilegiado por estar en la Liga, por mantenerme durante varios años, sé que hay muchos jugadores que quisieran estar en este mismo lugar y por eso me siento un afortunado de poder jugarla.
- ¿Fue un sacrificio? Porque hay mucho que desde afuera uno no conoce tanto sobre cómo se dio todo.
- No, no creo que sea un sacrificio porque eso me parece que es otra cosa, pero sí existe un esfuerzo enorme por entrenar, y en algunos casos como el mío estar lejos de los viejos desde muy chico y verlos muy poco. De todas formas, yo siempre tuve en claro lo que quería para mi vida, y era esto.
- ¿Sos de hacer un poco esa mirada hacia atrás o cómo lo llevás en general?
- En esa vorágine en la que pasa el tiempo y uno no se da cuenta, creo que en algunos años cuando uno se retire va a pensar en todo ese camino recorrido. El tiempo pasa tan rápido que caigo ahora en este momento en el que me lo estás preguntando, porque empezás a ver un poco hacia atrás. La Liga Nacional es muy difícil, muy competitiva, cada año que pasa el básquet va evolucionando un montón y eso obliga a que uno constantemente se exija para ser un poco mejor cada día que pasa. Para mí sigue siendo muy lindo poder seguir acá y hoy me sigue generando la misma alegría desde el primer día que la estoy jugando, desde que me fui de Tucumán. Es muy satisfactorio y soy un agradecido por todo lo que vengo viviendo. En ese esfuerzo que te digo también me he perdido cumpleaños de mis viejos, amigos y demás, pero gracias a Dios tengo una familia hermosa que me acompaña a todas partes y me apoya en todo. No es fácil pero uno ama lo que hace, desde muy chico supe que quería hacer esto y creo que me hice un camino a base de trabajo y esfuerzo. Y sin dudas que seguiré así, porque cada año me motivo más y los desafíos me encantan, y esto que se viene con Atenas es muy lindo y me tiene muy entusiasmado.
Fotografías: Marcelo Endelli / Liga Nacional