El abanico de posibilidades sobre el rendimiento que se iba a ver en esta primera etapa del Súper 20 era amplio. Muy amplio. Pero con el pasar de los juegos se fue achicando el enfoque y de a poco luces indicadoras empezaron a hacer su trabajo y permitieron hacer análisis y, quizás, hasta sacar algunas conclusiones sobre lo visto. Y eso pasó en Atenas.

Una preparación tormentosa y la pérdida de 15 días de entrenamiento por todo lo que sucedió en el medio (ida y vuelta a La Rioja y parate por casos Covid), hacía que el foco estuviera puesto en cómo llegaría el Griego a este torneo, que es la antesala de la próxima edición de Liga Nacional. Y si la puntuación dependiera de tres colores a modo de semáforo, sin dudas el equipo se posaría sobre los impacientes últimos segundos del amarillo antes de pasar felizmente al verde.

El Verde tuvo una gran respuesta en la sede Córdoba, donde culminó con récord positivo de 3-2 (60%) que incluso podría haber sido mejor. De esto se desprende que el trabajo del cuerpo técnico en la búsqueda del funcionamiento individual y colectivo está aprobado. Y ni qué hablar de lo hecho por los jugadores, que estuvieron a la altura de las circunstancias y hasta lograron disimular la “ausencia” de fichas importantes dentro del plantel.

¿Ausencia de fichas importantes? Sí. Por una molestia en el sóleo de la pierna derecha, el cuerpo médico y técnico decidieron no arriesgar a Diego Gerbaudo, por lo que el base no estuvo presente en tres de los cinco encuentros. Además, aún resta una de las ficha mayores para terminar de armar el rompecabezas final. Sin contar el poco tiempo que tuvo de preparación con el equipo el rendidor Laureano Zalio, quien llegó para dar una mano en la pintura ante las bajas de Tomás Rossi, Kenny Hall y la demora en el arribo del dominicano José Familia.

Colectivamente el equipo demostró solidez (en defensa, con una media de 74.6 puntos, es la cuarta mejor defensa entre los 20 equipos) y también una unión de grupo que es clave y nunca figura en las estadísticas a la hora de ver números para realizar un análisis. Hay nivel individual, juventud con voluntad y mucho oficio y experiencia entre los referentes como para llevar adelante un equipo en pleno proceso de armado. Y esas cuatro patas de la mesa tienen nombre y apellido: el capitán Daniel Hure, el sub capitán Diego Gerbaudo, el Tucu Eduardo Gamboa y el pivote Omar Cantos. Claro, también hay que resaltar el as en la manga que tiene el equipo: Latraius Mosley.

Pero no son las únicas cartas del mazo con que cuenta el entrenador Sebastián Saborido para ganar cualquier partida. Sino que, sin darle una ubicación por delante ni por detrás de nadie, todos estuvieron a la altura de las circunstancias.

Augusto Alonso se adueñó del equipo en ausencia de Gerbaudo y hasta fue figura, tal cual lo hacía en aquel Libertad de Sunchales de la temporada pasada. No fue sorpresa. Gastón Córdoba y Máximo Araujo se pusieron varias veces la camiseta de “iniciales” para colaborar con gol y energía; Zalio debió bailar casi siempre con la más fea en la pintura y terminó con nota “sobresaliente”; Jonatan Basualdo no sólo le dio aire a Mosley, sino cualidades diferentes al juego cada vez que lo requirió, y respondió; Alejo Andrés asumió el compromiso de tomar la posta cada vez que se sentó Alonso, imprimió un estilo diferente y bajo su conducción el equipo respondió.

Los números del equipo

Puntos anotados: 76.6
Puntos permitidos: 74.6
Máximo anotador: Latraius Mosley (20.2 - máximo goleador del Súper20)
Eficiencia: Latraius Mosley (23.6 - mejor del torneo)
Rebotes: Latraius Mosley (6.4)
Asistencias: Eduardo Gamboa (3.4)
Recuperos: Latraius Mosley (2.4)
Minutos: Latraius Mosley (29.9)
Valoración: Latraius Mosley (23.6)

Informe: Prensa Atenas  Fotografías: Liga Nacional