Quimsa: principios de grandeza
Una nueva página se escribe en la historia del equipo santiagueño, por quinta vez accede a una final de La Liga Nacional. Continuidad y coherencia de una Fusión que supo conquistar América.
Las crisis son, por lo general, también oportunidades. Y así lo entendió el grupo de santiagueños que fundó la Asociación Atlética Quimsa en el año 1989, luego de unificar tres clubes que sufrían por entonces graves problemas económicos: Estudiantes Unidos, Santiago Básquetbol Club e Inti Club. Con su nombre derivado del quichua y un estadio remodelado gracias a la venta de los restantes dos predios, iniciaba el camino de uno de los mayores animadores que hoy tiene La Liga Nacional.
Actualmente hablamos de Quimsa como un referente del básquet argentino, donde han pasado enormes jugadores incluso con sus camisetas retiradas como Nicolás Aguirre, Fernando Small, el subcampeón mundial Gaby Deck o el mítico Miguel Cortijo (surgido de las inferiores del Inti Club). Pero no fue hasta 2006 que La Fusión alcanzó la máxima categoría, tras desempeñarse un tiempo en la antigua Liga B y conseguir con Marcelo Richotti como entrenador el ascenso desde el TNA al vencer a Obras Sanitarias.
Y así emprendería su viaje en la LNB, culminando noveno en su estreno y sorprendiendo al alcanzar las finales del año siguiente ante Libertad de Sunchales, con quien perdería 4-0. A pesar de la barrida, Quimsa comenzaba a pisar fuerte. Tan fuerte que en 2008 no sólo clasificó al Final Four de la Liga Sudamericana de Clubes, sino que cayó por sólo dos puntos en la definición ante Flamengo, equipo al que una década después devolvería gentilezas. Casi siempre, lo verdaderamente bueno, se hace esperar.
En 2009, se llevó primero la Copa Argentina de Básquet y más adelante se tomó revancha a nivel continental consagrándose ahora sí en el cuadrangular final de la Liga Sudamericana disputado en su propio recinto ante Libertad, Sionista y Minas de Brasil. Por el lado de La Liga, si bien cada temporada era protagonista, todavía no parecía ser suficiente para obtener su eterno anhelo.
Pero llegó el 2014, año en que Silvio Santander tuvo a disposición talentos como el del hijo pródigo de la provincia Penka Aguirre, Diego García y Juan Fernández Chávez, sumados a la base de Battle, Leo Mainoldi y el prometedor Deck, entre otros. Así, se llevó el Súper 8 ganándole nuevamente una final a Obras, concretó la histórica marca de 17 victorias consecutivas en fase regular (máxima de la Liga en todas sus ediciones) y completó la exigente tarea derrotando 4-2 a Gimnasia de Comodoro en la llave por el tan buscado título de La Liga.
En las siguientes tres temporadas el equipo sufrió bajas sensibles, cambios en el timón, y arrancó aquella complicada etapa quedando eliminado en triple empate de la Liga de las Américas 2016 y apenas jugando una serie de playoffs ante Regatas. Para la 2016/17, se produjo la llegada de Néstor “Che” García, pero esta vez los santiagueños no lograron siquiera acceder a playoffs, mientras que antes con Demti y después con el regreso de Santander caerían frente a Instituto en los cuartos de la 2017/18. Momento de barajar y repartir de nuevo.
En la 2018/19 volvió a festejar en el plano local al coronarse en el Súper 20, pero fue despedido por Ferro en los octavos del torneo. Al conocerse que Silvio Santander no continuaría en el cargo, la dirigencia apuntó a Sebastián González, el coach proveniente de San Martín de Corrientes que encadenaría extraordinarios pasajes al frente de La Fusión. Y el primero fue el más extraño y triste de todos: Quimsa lideraba la fase regular de la 2019/20, pero la pandemia hizo inevitable la cancelación del certamen.
Aunque tras la tormenta, llegó la hora de tocar con las manos uno de los cielos más claros de su historia: el 30 de octubre de 2020 se erigió como campeón de la Basketball Champions League Américas, consiguiendo su segundo trofeo internacional y ahora sí bajando a Flamengo, el Goliat brasilero que llegaba como favorito pero que sufriría en Montevideo la rebeldía del David santiagueño.
En las dos últimas ediciones de La Liga Nacional, el equipo todavía dirigido por González logró acceder a las finales, cayendo en ambas ocasiones en cinco juegos, ante el multicampeón San Lorenzo en 2021 y ante Instituto en 2022. Y este año, de la mano de un plantel que conservó su estructura -con un Eric Anderson MVP del pasado torneo que conserva un rol sobresaliente-, se reforzó con piezas claves y cambió la voz de mando con la contratación de Leandro Ramella, buscará sumar otra copa a sus vitrinas.
De esta manera, la entidad que participa junto a su vecino Olímpico de La Banda uno de los clásicos más apasionantes de nuestro básquet, ya se enfoca en una nueva serie de finales. Como en 2008 ante los sunchalenses, como en 2014 con los sureños, en 2021 frente a los de Boedo y en 2022 contra los cordobeses, en este 2023 la Fusión dice presente por quinta vez en el último peldaño de la escalera hacia la gloria nacional. Con ventaja de localía sobre Boca Juniors, y ya sea cerrando el cruce en el Estadio Ciudad de Santiago del Estero o robando algún juego en La Bombonerita como visitante, Quimsa sueña con conquistar el segundo título de Liga Nacional de su historia.
Prensa AdC