El ciclo de charlas del básquet argentina en Twitch tuvo como un invitado a Lucas Pérez. A horas de haber salvado la categoría, el base se unió a la transmisión y respondió todo tipo de preguntas, mostrando su experiencia, conocimientos, carisma y capacidad de análisis. 

 

 

En primer lugar, se refirió a lo que significa para él haber logrado el objetivo de la permanencia. “No hay que dramatizar tanto, nosotros sabíamos para que no habíamos armado. Cuando nos ponemos a analizar las cosas en frío, sabíamos que, si no éramos el presupuesto más bajo de la Liga, estábamos entre los últimos, por eso sabíamos de antemano que iba a ser duro todo el año. La idea era no estar abajo, habíamos arrancado muy bien, pero después el equipo tuvo un quiebre cuando volvimos del parate por las fiestas. La verdad que estuvimos muy mal y no logramos ganar, sobre todo de visitantes. Y eso nos condenó a jugar por la permanencia”, expresó el base rionegrino.   

 

“No hubo momentos críticos ni de quiebre y eso es lo que rescato del grupo porque los chicos seguían trabajando y el cuerpo técnico siempre trató de hacer algo. En ese sentido, el grupo estuvo 10 puntos y creo que se notó a diferencia de cómo había llegado Atenas a los playoffs”, añadió. 

 

Quizás los jóvenes no toman dimensión, pero para los más grandes del plantel o para el cuerpo técnico, Atenas es uno de los más grandes de la competencia. Yo crecí mirando a Marcelo o a Pichi ganando todo, jugando torneos internacionales, siendo el primer equipo argentino en ir a jugar un McDonald’s. Cuando nos tocó ir al Cerutti, entrar al Poli y ver todos esos banderines colgados, tienen un peso. Atenas es un histórico de la Liga y lejos el más ganador. 

Sí, en ese entonces era la camiseta más importante. Imagínate que Atenas fue el segundo equipo, junto con Boca, en tener Nike, entonces todos querían la camiseta del Griego. Me acuerdo que el otro conjunto que me encantaba era el de Topper. Fue el conjunto que todos queríamos de chicos; la camiseta de Marcelo y de Pichi. Por suerte tuve algunas. 

 

Tratamos de ir acompañando y aconsejando. Esto es un trabajo y por ahí uno exige y quiere que todo esté a la altura, pero después nos ponemos a hablar, a pensar en frío y caemos en que son chicos. Por ejemplo, Manu Rodríguez tiene 20 años y jugó una serie por la permanencia como un hombre. O sea, más allá de que Fede Marín fue clave en toda la serie con sus puntos, el quiebre del quinto partido fue ese click de dos o tres minutos de Manu en el último cuarto, donde defendió, tocó todas las pelotas reboteó y estuvo en todos lados. Y es el más chico del equipo, así que tiene un futuro increíble. También, en el entretiempo Fede Marín dijo unas palabras muy importantes al grupo. Pero obviamente hay que sacarle un poco de dramatismo porque no deja de ser un partido de básquet. Por suerte ganamos porque la verdad es que nos hubiese dolido muchísimo que San Lorenzo desaparezca de La Liga, no se lo merecía por todo lo que viene haciendo, pero si perdíamos y descendíamos tampoco es la muerte de nadie. No pasa nada, no somos ni siquiera esenciales.

Creo que la pandemia nos hizo tomar mucha conciencia de eso, no somos esenciales, no somos tan importantes como nos creemos y Fede en el vestuario dijo unas palabras muy lindas a los jóvenes para quitarle dramatismo porque no deja de ser un partido. Ellos están viviendo el sueño de cualquier pibe, Manu Rodríguez, Rutemberg, Lugo están viviendo sus sueños, recién están dando sus primeros pasos y en la cancha había 4000 personas alentándolos. Entonces, les dijo que tenían que disfrutar y esa fue la clave para soltarse y ganar. 

 

 

Hablo desde mi experiencia, sobre lo que a mí me pasó. La verdad es que disfruté muchísimo, en ningún momento estuve nervioso. Obvio que preocupado en algún pasaje, sobre todo en Atenas porque queríamos cerrar la serie en Córdoba. En el tercer partido no le encontramos la vuelta, entramos muy livianos y nos pasaron por arriba y en el cuarto, jugamos realmente bien y tuvimos el cierre ahí, pero no se dio. Pero vuelvo al principio, lo recontra disfruté, siempre haciendo hincapié en que no era lo que pensábamos al inicio de la temporada.

Por ahí me preguntaban qué cuesta más, jugar por el campeonato como tuve la suerte de hacer con Quimsa o el descenso. Cuando jugas por el campeonato hay nerviosismo porque queremos salir campeón, pero si perdemos está el premio consuelo de haber llegado hasta la final. La permanencia, en cambio, no tiene premio consuelo porque te vas de la categoría. Los chicos de Atenas estaban devastados, pero lo mismo, hay que quitarle un poco de dramatismo porque seguramente alguno de esos chicos el año que viene van a volver a jugar La Liga, no tengo dudas porque había muchos jugadores de calidad. 

 

El plantel nunca tuvo un problema con la gente que ha ido a la cancha. Lo mismo desde la dirigencia para con el equipo, por eso no tengo más que palabras de agradecimiento porque la verdad es que se manejaron muy humanamente, se preocuparon mucho más por la persona que por el jugador. En el club no nos faltó nada nada, es un placer ir y por eso estamos súper agradecidos porque todos fueron unos fenómenos. 

 

 

Hace 2 años que estoy en san Lorenzo y fui una sola vez a la cancha, pero estar adentro y escuchar en la entrada en calor como cantan, es increíble. 

 

Le pongo una fichita a Boca, viene de menos a más en la temporada y tiene un plantel con jugadores de mucha calidad. Pero si tengo que hacer un análisis en frío, creo que Instituto y Quimsa también están muy bien, son equipos largos y juegan muy bien, pero a Boca lo veo viendo bien, creciendo partido a partido, así que ni mi fichita va ahí.