¡Bienvenidos a La Liga Argentina!
Hay nuevas caras en la Liga Argentina. Ilusiones renovadas, en ascenso, historias desconocidas para muchos que comenzarán a hacerse un nombre. Como en cada campaña se suman entrenadores y jugadores a la segunda categoría nacional que luego se transforman en figuras. Racing de Chivilcoy y Central de Ceres concretaron el anhelo y sus entrenadores explican cómo lo lograron.
Por David Ferrara
Abrazos interminables, emoción al límite, recepciones multitudinarias. Los títulos, los ascensos, los festejos, tienen ese sabor a objetivo cumplido, pero a veces se viven con mayor intensidad dependiendo de la categoría y del camino recorrido. Racing de Chivilcoy y Central Argentino Olímpico de Ceres concretaron su arribo a la Liga Argentina, con méritos similares pero diferentes recorridos. El elenco bonaerense lo hizo con un plantel que generó ruido desde su concepción y supo manejar con suficiencia la presión de ser candidato hasta erigirse en equipo récord; mientras que los santafesinos tuvieron muy buenos resultados pero con el sello de un perfil más bajo para el mundo del básquet nacional. Eso sí, después tampoco perdonaron a la hora de la definición del Federal.
Los máximos responsables tácticos de las “caras nuevas” de La Liga Argentina develaron los detalles de la temporada de la consagración, esa que generó una revolución en sus ciudades y que los tiene ya preparando con ilusión lo que se vendrá en la segunda categoría nacional.
Diego D’Ambrosio era por los 90 un juvenil que jugaba en el equipo de toda su vida, Racing de Chivilcoy, y compartió la vivencia de los equipos que supieron estar en la segunda categoría nacional, por aquel entonces llamada Liga B y que justamente por esos años tomó el nombre de TNA.
Casi treinta años después, ya como un entrenador que supo vivir la experiencia de la segunda categoría nacional con San Lorenzo de Chivilcoy, D’Ambrosio vuelve a ser protagonista en la institución de sus amores, como si el destino tuviera planeado un hermoso obsequio.
Lo de Racing no fue casualidad, porque hay una apuesta firme desde la comisión, presidente y vice y una subcomisión de básquet muy fuerte, vital para el destino del equipo. Hubo una idea, un plan y una concreción. Con el plus de la campaña soñada.
“Como nos quedamos entre los ocho mejores en la pasada temporada pero nos faltó para estar en la definición del ascenso, para esta campaña apostamos a titulares fuertes en la categoría y sumamos para venir desde atrás a jugadores con muchas ganas e ímpetu, algunos jóvenes y otros con experiencia. Reforzamos en puestos clave y nos salió muy bien porque tuvimos un elenco muy compensado en experiencia y juventud, se armó un gran grupo. Queríamos pelear arriba y al quinto o sexto partido ya nos encontramos jugando muy bien, con mucha química, confianza, pasándonos la pelota bien”, explica D’Ambrosio, dueño de un récord muy difícil de igualar: “Explicar la racha (35 victorias seguidas hasta la final frente a Central de Ceres) es difícil y puede sonar arrogante. La verdad ni el tipo más optimista puede pensarlo. Se fue dando, y cuando conseguimos el récord de la Liga y la Liga Argentina nos tranquilizamos. Allí en playoffs tuvimos rivales muy duros, pero pudimos soportar la presión de la ciudad y de nosotros mismos y los ganamos”.
“Como entrenador cuando el equipo juega bien uno sólo quiere que se mantenga el rendimiento y le entra la duda de si no es perjudicial haber encontrado la química temprano en la campaña, pero en esta temporada nunca se aflojó. En el primer playoff con Pedro Echagüe sufrimos la ausencia de Carlos Paredes por lesión y ahí tuvimos dudas porque él es muy importante para nosotros, pero el equipo lo supo sacar adelante. Con Pérfora tuvimos un partido complicado como visitante, mientras que a Sportivo Las Parejas lo pasamos bien y ante River por allí nos costó un poco en los primeros tiempos. Pero en general lo del equipo fue muy sólido”, detalló el entrenador de un Racing que fue sensación en una categoría en las que las cosas nunca son sencillas.
El técnico también tiene una historia particular en su regreso, porque buscó contar una racha adversa de ascensos que no se concretaban: “Racing es el club de toda la vida. Volví como entrenador hace tres años para sumarnos a un proyecto que tenía ambiciones importantes y pudimos lograr el ascenso al Federal que era esquivo para el club. Tuvimos un año en el que nos fue muy bien y ahora logramos un sueño”.
“Nuestra ilusión y el plan a futuro se basa en aportes genuinas, auspiciantes privados y también en colaboración municipal. Ya se está trabajando en armar el nuevo proyecto para lo que viene, se ha generado mucha ilusión en la ciudad. Los dirigentes e integrantes de la subcomisión están en el día a día, son muy importantes y eso hace que la gente se contagie y que nosotros soñemos con más”.
Por su parte, Enrique Lancellotti, el rosarino que guía desde hace siete años los destinos del elenco negro y amarillo del norte santafesino, cuenta un poco de esta historia: “Es un orgullo en lo personal poder ascender con un club como Central de Ceres, que no es de los que tienen las cosas fáciles. No es broma, es un club de mucho sacrificio, de mucho trabajo, humildad. Cómo viajamos, cómo llegamos, cómo comemos, todo es motivo de sacrificio, pero con muchas ganas de los dirigentes que trabajan día a día para poder ayudarnos”.
“Es increíble lo que se vive cuando uno logra el objetivo. Hace unos días que disfrutamos una enorme alegría, aparecen amigos, jugadores, árbitros que te felicitan. Nos esperaron casi cinco mil personas en Ceres cuando llegamos tras ganar en Lanús y fue algo imposible de describir pero que jamás se va a borrar de mi memoria. Lo cuento y me emociono y lo puedo intentar poner en palabras, pero el sentimiento de lo que se vive va mucho más allá. Una cosa es vivirlo y otra es decirlo. Es una felicidad enorme”, se emociona Quique, quien sabe que Central va a cumplir su sueño de jugar Liga Argentina: “El club está analizando el futuro porque la Liga Argentina es una categoría muy importante. No vamos a hipotecar pero creo que el intento va a estar para hacer valer el sacrificio y desde allí veremos la adaptación a los requerimientos del certamen”.
Hubo momentos buenos y malos en la temporada, pero Central se mantuvo firme en la lucha por ser protagonista. Sin embargo, recién tomaron conciencia plena de sus chances en los playoffs. Al menos eso cree Lancellotti: “Cuando pasamos la serie ante Belgrano de San Nicolás nos dimos cuenta de que podíamos pelear por el ascenso. La gente de Ceres no está acostumbrada a cosas como las que pasaron con algunos hechos de violencia. Fue durísima y traumática, pero además en lo basquetbolístico enfrentamos a un equipo de un potencial enorme, creo que fue el rival más duro en el camino al ascenso. En quinto juego y perdiendo por 14 lo pudimos dar vuelta y ahí me parece que fue el quiebre en nuestra cabeza. La definición ante Lanús también era frente a un adversario que significa mucho a nivel nacional, con historia. Pero no nos superaba en las ganas que teníamos. Pudimos quedarnos con los primeros juegos y quedamos cerca, a un paso. En el tercer juego nos ganaron bien pero en el cuarto cambiamos sistemas de juego, fuimos con otra actitud, fue palo a palo como suelen ser los partidos de visitante cuando los querés ganar y pegamos en el momento justo”.
Si bien Santa Fe ha generado en las últimas campañas ascensos como los de Sportivo Las Parejas, Norte de Armstrong y este de Ceres, en la previa siempre corre en desventaja contra el poderío de algunos elencos de otras zonas que reciben apoyo gubernamental. Pero en esta temporada, al menos, no se notó: “Pensábamos que por una cuestión de presupuestos nos iba a costar igualar a las zonas de Entre Ríos y Corrientes, pero no sé por qué no pudieron llegar muchos de esos elencos a la etapa clave. Esta temporada la zona de Santa Fe fue muy competitiva, con Santa Paula, Atalaya, Sportivo Las Parejas, Huracán, y eso nos sirvió para llegar bien. Como estuvimos primeros en toda la fase regular no nos dimos cuenta de lo bueno que era, pero nos preparó bien, nos dio localía también al perder Tucumán BB en el primer cruce y en este torneo la localía es definitoria”.
Lancellotti llegó a Ceres por una situación de vida que lo golpeó. Entre su salida de Rosario Central y una situación de inseguridad en su ciudad, decidió mudarse a muchos kilómetros de distancia. “A mitad del 2010 me hizo muy mal cuando los dirigentes de Rosario Central, con mucho desagradecimiento, me echaron. El 28 de junio había salido campeón y el 30 me enteré por el diario que no seguía porque había cambiado la comisión directiva. Ahí surgió el contacto con Central de Ceres porque me daban la llave del básquet para ser coordinador general. Vino todo ligado a que en ese tiempo entraron a robar armados en mi casa y con mi familia vivimos una situación muy fea. Todo eso me empujó a tomar la decisión, vendí los emprendimientos que tenía en Rosario y el 7 de enero de 2011 me sumé. Ese año perdimos la final de la Rafaelina y desde allí ganamos dos torneos de la Rafaelina, cuatro del Noroeste, el ascenso del Provincial de Santa Fe al Federal y este sueño que es la Liga Argentina. También le agradezco mucho a mi familia acompañarme en esta apuesta”.
Desde esa zona de Santa Fe están saliendo muchos buenos valores jóvenes. Lancellotti analiza algunas razones: “Todos los equipos del Noroeste de Santa Fe apuestan e invierten en proyectos de inferiores y de primera. Apuestan a buenos entrenadores, tienen tiempo de cancha y juegan en los torneos provinciales en inferiores y en mayores todos tienen una competencia superior, ya sea la Copa Santa Fe o el Federal. Y los chicos tienen eso que se vivía en las ciudades más grandes hace tiempo. El chico agarra la pelota y no tiene tantas distracciones, se van a tirar al aro, invierte tiempo en el deporte, hacen esfuerzo para ello. No hay cantidad pero sí muchas ganas”.
*David Ferrara fue productor periodístico de las transmisiones televisivas del Torneo Nacional de Ascenso durante diez años. Jefe de Deportes del diario El Ciudadano de Rosario. Docente en Tea Rosario y en Ieserh Rosario. En Twitter @davidferrara35