Informes Especiales · 18 de Abril de 2020
Luz y Fuerza, un sello misionero en la 1994/95
Recordamos junto a Rubén Magnano, Alejandro Lotterio y Matías Tomatis, aquella temporada del 94/95 cuando el equipo eléctrico fue campeón del TNA y consiguió el ascenso a la Liga Nacional.
Por Lucas Leiva
El proyecto de Luz y Fuerza surgió un par de años antes de su gran consagración dentro de la historia de la Liga Nacional. Y sin dudas será uno de esos equipos que quedará en el recuerdo, por lo que cosechó, por la importancia que tuvo al representar a Misiones como provincia y por lo que posteriormente fue transmitiéndose de aquel equipo que quedó grabado en la memoria de todos.
Si bien sus inicios tuvieron origen en territorio local, como cada proyecto que comienza, posteriormente el equipo participó de los Argentino de Clubes y luego dio el salto de calidad, cuando en 1992 consigue el ascenso al TNA.
Así fue como participó de la temporada 1992/93, en el primer certamen, donde finalizó en el 10° lugar y después de caer ante Pico FC en el primer cruce de playoffs (3 a 2 en la reclasificación). Al año siguiente mejoró, terminó 6° y después de quedarse eliminado ante Siderca de Campana en cuartos de final (3 a 1). Hasta ese momento, el equipo era dirigido por Dante Collavino.
Llegó entonces un cambio desde la conducción técnica, con la llegada de Rubén Magnano al cargo. El cordobés ya venía de ser campeón con Atenas y era parte del cuerpo técnico de la selección argentina. Con todos esos pergaminos se dio una situación en la que terminó recalando en Luz y Fuerza.
"Habíamos campeonado con Atenas, luego, en ese momento yo era asistente de la selección y vamos a jugar el Mundial en Canadá, pero cuando regreso del viaje ya no tenía equipo. Estaba sin trabajo y aparece la posibilidad, con el mercado ya muy avanzado y casi cerrado, de irme al TNA a dirigir a Luz y Fuerza. Terminé cerrando de palabra en el aeropuerto, no había llegado a Córdoba y ya había confirmado que me iba a dirigir a Posadas", recuerda Magnano de su particular llegada al equipo.
Rubén ya venía de ser campeón con Atenas en la 1991/92 pero también con otros títulos como el Sudamericano de Clubes en 1993 y en 1994, también con el Griego. Tras lo previamente relatado, terminó con la posibilidad de dirigir al club misionero por dos años, uno en el TNA donde fue campeón y ascendido, y el otro ya en la elite, en la Liga Nacional. Luego volvería a Atenas.
"Fuimos con Ale Lotterio, y salimos campeones. Fue una temporada muy buena para el equipo. Al otro año estuvimos en la Liga Nacional después del ascenso que habíamos logrado en esa 1994/95, pero después el equipo tuvo algunos problemas y lamentablemente se desarmó todo", agrega el prestigioso entrenador multicampeón con Atenas y la selección.
Lotterio, un histórico en Barrio Parque, recuerda también aquel año que sigue latente en el recuerdo no solo del básquet misionero sino también de todos los que fueron parte de ese proceso.
"La verdad es que fue un gran año, se armó un gran equipo con muchos jugadores de experiencia para la categoría y con muchos jóvenes que nos llenaban de energía el equipo, todos jóvenes que a la postre nos dieron un resultado extraordinario", relata el entrenador, en aquel entonces, ayudante de Magnano.
"Cuando Rubén me habla por teléfono, él estaba en Canadá todavía, me dice 'mirá, preparate que nos vamos a Misiones, llego y en 5 días nos vamos'. Y bueno, obvio, encantado de la vida me iba pero atrás mío tenía a la familia. Ahí empezó el periplo mío para convencer a mi familia, mi señora y los chicos, de que nos íbamos a ir lejos. En ese momento para colmo nosotros nos habíamos mudado a una casa nueva, todavía nos faltaban algunas cosas por terminar, pero creo que la pasión y el básquet pueden más que eso. Lo decidimos muy simple y nos fuimos. Encaramos viaje con muchas preguntas también, porque no sabíamos nada ni teníamos mucha idea de con qué nos íbamos a encontrar cuando llegaramos (risas)", recuerda Lotterio sobre aquella anécdota de Magnano y cómo decidieron irse a Luz y Fuerza.
El equipo se armó con jugadores experimentados dentro de la categoría. Con Donald Jones como extranjero ya podíamos hacer una clara referencia de las pretensiones del equipo, sabiendo que el estadounidense venía de ganar todo en Atenas y que en el TNA ya había tenido experiencia la anterior campaña cuando salió campeón con Deportivo Valle Inferior (93/94), siendo el máximo anotador.
A un combo ya brillante con Magnano en la dirección técnica, Lotterio como asistente y Jones como jugador franquicia, se sumaron otros jugadores estrellas como Pablo Hoya y Fernando Posseto, más otros jóvenes muy importantes como Lauro Mercado, Gustavo Monella, un joven Matías Tomatis, Miguel Zandomeni, Carlos Fernando Rodriguez, Raúl Tarnowyk y Matías Caramuto.
"Me tocó la posibilidad de ir con Rubén Magnano, que fue mi técnico en inferiores de Atenas, a Luz y Fuerza de Misiones en 1994. La verdad es que tuvimos un gran año, ganamos casi todos los partidos, salimos campeones, ascendimos... y pensé "El TNA es una pavada, lo juego caminando (risas)", recuerda Tomatis, en lo que fue su primer año dentro de la categoría (luego terminaría siendo, incluso al día de hoy, el máximo anotador de la historia del TNA).
"Ese año en Luz y Fuerza fue increíble, teníamos un equipo tremendo, con jugadores de gran nivel y fue una temporada bisagra, porque me tuve que hacer grande a la fuerza. Me fui siendo chico todavía a Misiones, a mil y pico de kilómetros de mi casa. Cuando llegué a Luz y Fuerza, lo primero que nos dijo Rubén es 'acá van a ser uno más del equipo, van a tener las mismas obligaciones y los mismos derechos que los de primera'... y eso fue el clic en mi carrera, sabía que para que me vaya bien tenía que ponerme el overol", añade el sanfrancisqueño.
"Por suerte pudimos armar un gran equipo con el Nano Posseto, Lauro Mercado, Miguel Zandomeni, Pablo Hoya, Donald Jones, Gustavo Monella... después de los juveniles estaba Carlos Rodríguez que en ese momento estaba a préstamo de Peñarol, Matías Tomatis, Ayala un muchacho de misiones, de 3-4 estaba Tarnowyk, y Matías Caramuto que también ayudaba al equipo. Muy contento de toda esa experiencia y de cómo nos trataron allá, la pasamos muy bien ese tiempo en Posadas. Hicimos muchos amigos con los que al día de hoy todavía nos seguimos hablando, tanto Rubén como yo, con mucha gente de Misiones. Tuvimos un paso muy lindo", explica Lotterio sobre la conformación del plantel.
Tal es así que Luz y Fuerza arrancó la temporada sin encontrar aún su mejor versión pero de todas formas siendo siempre uno de los grandes animadores de aquella 1994/95. Pasó la primera fase como uno de los líderes de la zona junto con La Unión de Colón y Regatas Mendoza, y mientras que en la división sur nos íbamos a encontrar a un Obras candidato. La segunda fase, en el TNA 1, el equipo eléctrico se terminó de acomodar y fue dominante, perdiendo apenas un solo partido de esa segunda ronda y quedándose con el 1 de la regular.
"Comenzamos la temporada un poco irregulares pero con el transcurso del torneo fuimos creciendo. El torneo se hizo largo y muy duro, pero fuimos creciendo, mejorando. Se formó un gran grupo de trabajo de parte de todos los jugadores, así que eso nos permitió llegar al final de la temporada regular con el primer puesto. Pasamos a jugar playoffs, que fueron bastante duros pero pudimos sortear muy bien. No digo que fueron fáciles, pero llegamos bien a jugar la final del torneo contra Regatas de Mendoza que fue el otro equipo", rememora Lotterio.
Llegaron entonces los playoffs, con el plus de la ventaja de localía para los dirigidos por Magnano. Pasó Libertad de Sunchales en cuartos de final (3 a 0), luego se llevó una dura serie ante Obras en semis (3 a 1), para así terminar arribando a la gran final por el título y el ascenso contra Regatas Mendoza.
Serie apasionante contra los mendocinos, donde Luz y Fuerza consiguió adelantarse por 77-69 en el primer partido. Sorpresivamente, los misioneros resignaron su localía en el segundo encuentro, cayendo por 96-89. Con la llave igualada en 1, la historia cambió de escenario y todo parecía a favor de Regatas después de ganar el tercer compromiso de la final por 106-97. Sin embargo, Luz y Fuerza sacó adelante el cuarto partido, contra la espada y la pared, ganó con lo justo por 72-69 y obligó un quinto punto para definir todo.
"La serie la arrancamos de local y tuvimos la mala suerte de perder uno de esos primeros dos partidos. La serie había quedado 1 a 1, entonces fuimos a Mendoza a jugar el tercer juego, que perdimos, y eso nos dejó bastante incógnitas para ese cuarto partido porque ya no teníamos margen, no podíamos perder más. Pero igual nosotros teníamos confianza en el equipo, porque sabíamos lo que podía dar. Ese cuarto partido por suerte lo ganamos y volvimos a Posadas para jugar el quinto juego", repasa Alejandro.
El último partido fue una verdadera batalla. Ambos equipos se jugaban todo por el único y gran premio de la temporada: llevarse el título de la categoría y en consecuencia lograr el ascenso. Solo uno iba a poder conseguirlo, y terminó siendo Luz y Fuerza, después de una ardua disputa que no se definió hasta la última bola. Aquel 15 de junio de 1995, la noche de la consagración, quedó grabado a fuego.
"Me acuerdo que fue un partido bastante parejo y duro. Faltando unos 30 segundos íbamos ganando por 6 puntos creo, ya con el partido prácticamente liquidado. Entonces ellos atacaron, encestaron, recuperaron la pelota y volvieron a encestar con tiros libres incluidos... ahí ya se nos venía el mundo abajo (risas). Pero por suerte pudimos correr, y en esos instantes, ya quedando muy pocos segundos, hace una penetración creo que Carlos Rodríguez, tira, y el Nano Posseto cachetea el rebote y la pelota entra. Con eso ganamos el partido. Imaginate que con semejante cierre, la alegría, el alboroto de todos... fue una felicidad enorme", explica Lotterio desde una brillante claridad en su cabeza.
Así fue como Luz y Fuerza terminó bañándose con toda la gloria del título y el ascenso a la Liga Nacional. Terminaría luego jugando la temporada 95/96 en la elite con algunos de los nombres que campeonaron en el TNA (Posseto y Tarnowyk) más otros jugadores importantes de nuestra historia como el extranjero Jerome Mincy, Mario Milanesio, entre otros.
"Lo más importante creo que fue todo el desarrollo que hicimos en el trayecto de la preparación, de los juegos, y de llegar al final con esa historia que estamos contando. Fue un gran grupo de trabajo, con jugadores muy importantes que se han brindado para eso y que terminó con ese ascenso inolvidable. Tengo muy gratos recuerdos de ese equipo", dejó Lotterio como última reflexión de esa gran 1994/95 consagratoria para Luz y Fuerza.