Informes Especiales · 19 de Mayo de 2020

Julián Olmedo, liderazgo y recompensa al trabajo

Sin lugar a dudas que Julián Olmedo es uno de los referentes estadísticos y más ganadores de la historia de la categoría. Presencia top 3 en rubros como partidos, puntos, asistencias y robos; además de haber ascendido a la Liga Nacional en 4 oportunidades.

Por Lucas Leiva

Julián Olmedo sin dudas es uno de los referentes y abanderados que tiene la Liga Argentina dentro de su extensa y rica historia. Un jugador carismático que ha sabido trascender a través de los años, y que se fue transformando en una de esos emblemas que cuando uno trata de describirlo se le vienen a la memoria cualidades de un líder nato, desde la experiencia claro pero también desde la actitud, la garra, el corazón y obviamente la capacidad de juego (sobre todo en lo ofensivo) que pudo desplegar a lo largo de su carrera.

Desde esa actitud se fue construyendo un jugador que pasó de lucharla hasta el cansancio por conseguir esas alegrías deportivas, a un jugador ganador que se hizo un nombre dentro de la categoría, ganando 4 ascensos a la Liga Nacional y posicionándose en varios rubros estadísticos importantes a nivel histórico. Arrancó en River donde hizo todas las inferiores, aunque el salto lo dio en otro lado y el punto de maduración justo le llegó un poco más adelante.

Con esto hay que decir que debutó dentro de esta categoría en la temporada 1993/94 con Ateneo Popular de Versalles, donde se mantuvo varios años entre el tercer y segundo escalón (ascendió dos veces y bajó de la ex Liga B al TNA). Luego pasó por otros clubes como Universidad de Buenos Aires (96/97), Racing (97/98), Lanús (98/99 y 00/01), Quilmes (01/02 y 02/03) y Ferro (04/05), hasta que llegó su mejor etapa deportiva con Quimsa (05/06 ascenso), regreso a Lanús (07/08 ascenso), Ciudad de Bragado (09/10, uno de los mejores asistidores de esa temporada), San Martín de Corrientes (10/11 ascenso) y Argentino de Junín (11/12 ascenso).

En el medio de esta última parte más laureada a través de los objetivos planteados de ascender, tuvo su chance de jugar en la Liga Nacional durante tres temporadas: 03/04 con Ferro, 06/07 con Obras y 08/09 con Lanús. Tras el cuarto y último ascenso con Argentino, pasó a jugar en San Lorenzo de Chivilcoy la 2012/13, que sería su última temporada en el TNA. Luego jugó el Federal, con San Lorenzo de Almagro.

Todo esto arroja números que son contundentes desde la estadística, que seguramente no puede englobar todo lo que significó su carrera pero que obviamente son importantes porque lo colocan en un lugar de prestigio dentro del libro de récords. A saber, es el 3° máximo goleador de la historia de la categoría con 6598 puntos, 3° en mayor cantidad de partidos disputados con 536, 1° y líder en asistencias totales con 1715 pases de gol, y 1° también en recuperos con 807. Además, está dentro de los 7 jugadores que llegó a jugar 15 o más temporadas dentro de la categoría. Sin lugar a dudas, uno de los jugadores de mayor presencia dentro del top 10 histórico general.

En esto claro que hay que decir que, más allá de haberse retirado hace un par de años, sigue constantemente ligado al básquet con eventos, emprendimientos y cumpliendo labores de comunicación y prensa con 3x3 UCUWEB y en la Asociación de Jugadores (AdJ). Y en esta cuarentena, a través de este aislamiento social obligatorio que se vive en el país, sumó otro apartado más adentrándose en el mundo de los regalos deportivos desde mates o vasos personalizados, una idea joven pero que encara con entusiasmo.

- Siempre innovando alguna idea o proyecto, movilizándote en ese sentido de estar siempre activo y a su vez aprovechar todo lo que te dio el básquet un poco también por lo que fuiste cosechando en los años de tu carrera. Vi incluso que estabas con un emprendimiento de mates y vasos.
. Sí (risas). Mirá, lo que siempre tuve y hasta tengo claro al día de hoy es que cuando tengo que emprender algo debía ser vinculado a esto porque una de las cosas que tiene que hacer un deportista cuando se retira y demás es aprovechar un poco los contactos de su carrera, todo lo que generó a través de eso. Nosotros como jugadores de básquet conocemos un montón de personas y demás, y después queda en cada uno de cómo fue en su carrera y cómo fue en su vida sobre la respuesta que pueda tener. En ese sentido tiene un poco que ver con esto que decís. La realidad es que cuando arranqué este emprendimiento recibí unas respuestas muy lindas, que son gratificantes más allá de cómo después pueda ir o no ese emprendimiento o trabajo, pero sí de apoyo, de acompañamiento, de gente como Sergio Hernández, Campazzo, Nico Laprovittola, Pipa Gutiérrez... gente amiga que te da una mano y te empuja. Yo me retiré y siempre estuvo esa sensación de querer estar vinculado al básquet, quería y quiero seguir en el deporte, y afortunadamente lo pude hacer rápido. Distintas cosas deportivas que me permitieron seguir vinculado al día de hoy dentro del básquet y que realmente me gustan. Se fueron abriendo puertas, yo disfruto mucho estar haciendo cosas, estar dentro del deporte y del básquet. Así que bueno, ahora a todas estas cosas que vengo haciendo como los eventos o lo que hago en Sanlo, recién me mandé con este nuevo emprendimiento que decías. Ya veremos si es grande, chico o mediano, pero me viene muy bien para estar activo y buscándole además una vuelta económica.

- ¿Y ese vínculo de dejar la vida de jugador y pasar más a vivirlo desde otro plano cómo fue en tu caso? Porque hay personas a las que les cuesta despegarse, que extrañan ese ritmo, otros que dan vuelta de página rápido... vos seguiste y seguís ligado pero el lugar desde te ubicás es diferente.
. Lo fui llevando de a poco. Los últimos años ya estuve viviendo más cerca de casa y me fui viniendo más para estos lados a propósito. Tuve esa etapa en el final de mi carrera de ir moviéndome solo, teniendo a mi familia, por Junín, Corrientes, Chivilcoy, Bragado... salvo Corrientes que fue un tanto complicado en lo familiar porque era algo lejos, siempre elegí estar en lugares cerquita de casa. Para el ida y vuelta, para estar en contacto con familia, mis hijas eran chicas. Y después cuando decidí quedarme en Buenos Aires que terminé jugando con San Lorenzo el Torneo Federal, ya lo venía planeando. Ya me cansaba mucho entrenar, disfrutaba mucho los partidos, la competencia, pero ya la semana me costaba mucho, ya estaba necesitando. Cuando jugaba ya lo venía diciendo, que necesitaba hacer más actividades fuera de la parte deportiva, entonces como que todo ese proceso de dejar de jugar lo fui planeando y sintiendo. Y la verdad es que el día después del día en el que terminó el último partido en San Lorenzo, no es que haya dicho 'Chau, ya me retiré', sino que pensé en ir viendo cómo me sentía, recuerdo que fue un receso largo porque terminamos rápido, y la verdad es que después no me dieron más ganas de volver, no sentí más ganas de volver a entrenar, las ganas de hacer el esfuerzo por ponerme bien físicamente. A mí me gustaba competir y competí siempre, y al día de hoy me sigue gustando eso, y me gustaba jugar si estaba bien y para competir, para estar a medias no. Te soy sincero y no lo sentí como algo que me faltó, y es más, ya me parece que esa decisión se veía venir y llegó, decidí ya no jugar y decía que no porque he llegado a tener algún llamado. Lo sentí bien. Y al seguir vinculado en todo momento con el básquet, es como que de inmediato me siguieron y fueron pasando cosas re lindas, que tenían que ver con el básquet. Hacer un evento y que estén Manu Ginóbili, o Scola, o ir a una presentación, entonces como que seguí teniendo siempre ese contacto. No es que de un día para el otro pasé a trabajar en una oficina, 8 horas encerrado, en un banco; sino que sentí de inmediato que seguía vinculado al básquet, pero bueno, que ya no jugaba más. No extrañé. Te digo que pasaron algo de año y medio o dos que no fui a jugar al básquet, no por negado sino que no lo necesitaba. Después sí me enganché con mi hermano para jugar al Maxi en Morón, e íbamos a jugar o en Palermo o en Pinochos con la banda de amigos.

- Sin dudas es algo del tiempo y que uno lo va sintiendo. Hoy hablabas del tema de la familia y de cómo uno va eligiendo sus destinos en base a tratar de estar en mayor contacto, y por ejemplo días atrás el Bebo (Ceruti) contaba su experiencia de cómo armar su familia fue haciendo a su vez que cambie la óptica de muchas situaciones.
. Sin dudas, los chicos te cambian la visión totalmente. Te vas haciendo grande, te van cambiando los objetivos, las situaciones y demás. Lo que yo sí pasé a extrañar mucho fue la competencia, eso sí. A mí me gusta muchísimo competir, jugar, y esa adrenalina de una u otra forma la encontré en esto de los eventos. No sé, por ejemplo, el armado de un Juego de las Estrellas tiene de eso de que en la última semana es una locura y te genera una adrenalina bárbara; o un evento por ejemplo como la final de la Liga de las Américas que tiene eso también de adrenalina y los nervios mismos del momento. Uno como que va cambiando el enfoque, según las situaciones que se le van dando. Y después sí, cuando necesité competir y demás seguí jugando la liga de Morón, obviamente con otro tipo de exigencias y demás. Creo que en mi caso fui encontrando en otras actividades, vinculadas igual al básquet en general, esa adrenalina de ponerse objetivos, de organizar cosas que salgan bien. Son situaciones que también están muy buenas.

- Más allá de esto lindo que te genera la parte de ser competitivo, ¿te pasó esto quizá de hasta disfrutarlo más jugando en Morón con tal vez una menor exigencia?
. Sí, te pasa eso de que al final o cuando ya estás fuera de ese profesionalismo donde tenés que estar siempre buscando o cumpliendo objetivos, esto de volver a disfrutar de los amigos. Está bueno todo eso, pero siempre y cuando sea también dentro de un marco de competencia. Porque te digo la verdad, yo entraba a la cancha y me agarraba la misma bronca de siempre. Obviamente que la bronca te dura muchísimo menos, a la noche te vas a dormir quizá enbroncado si perdiste y al otro día ya está, los objetivos van para otro lado. Pero nosotros por ejemplo tuvimos la fortuna de salir campeones con Morón y la realidad es que fue hermoso, un momento re lindo, con amigos, con mi hermano Andrés... y la verdad es que lo disfruté un montón, no te digo como un ascenso pero sí fue hermoso.

- Imagino que perder un partido antes, época cuando tenías un partido nomás a la semana, digerir eso el fin de semana era difícil.
. Ni hablar, era durísimo, insportable (risas). Igual creo que eso también fue cambiando a lo largo de la carrera con esto de la maduración y entender un poco de qué va la cosa. Cuando sos más chico creés que se te cae el mundo y no querés que te hablen por dos días, que no querés saber absolutamente nada. Por ahí a veces me pasaba de que iban a verme mi familia que me siguieron siempre, íbamos a comer después del partido... y yo en algún momento era una persona que cuando perdía se quedaba quizá mirando el plato y nada más. Después, con el tiempo y con la familia, así como te decía un poco el Bebo, los chicos más que nada, te hacen ver que hay otras cosas. Que no podés meterte en tu mundo, en lo que te pasa a vos y nada más. Por más que lo recontra sientas y te duela, tenés que seguir, y la vida no se termina ahí en el partido. También es cierto que los sentimientos te llevan para otro lado, porque cuando tenés chicos pensás que el sostén familiar también puede tener que ver con cómo te va a vos. A mí por suerte la etapa en la que tuve a mi hijas fue en mi mejor momento.

- Quimsa, cuando arrancó todo ese proceso ganador.
. Exacto, cuando fui a Santiago del Estero con Quimsa fue, sí. Ahí viajo con mi hija Flopy teniendo seis meses nomás. Y a partir de ahí mi carrera se fue para arriba. Después llegó mi otra hija, y todos los ascensos fueron casi seguidos, en muy poquitos años. Coincidió sí con ese momento lindo de mi carrera donde estaban ya mis dos hijas.

- Quimsa en el 2006, Lanús a los dos años, y después llegan esos ascensos seguidos con San Martín y Argentino en 2011 y 2012.
. Claro, fue Quimsa, después un año en Liga Nacional con Obras que nos salvamos del descenso con Byron Wilson metiéndola contra Quilmes de Mar del Plata en el Once Unidos, luego Lanús que ascendimos, otro año más ahí ya en Liga Nacional, me voy a Bragado al año siguiente, después Corrientes y Argentino. Ahí sacamos la cuenta y son cuatro ascensos en siete temporadas creo, pero con dos jugando la Liga. Mi carrera fue algo particular en eso porque a la vez que jugaba también estudiaba, me recibí de Licenciado en Comunicación y lo que fue mi etapa de los 20 años hasta los 25-26 me quedé siempre en Buenos Aires porque estaba estudiando. Y se dio esto también de que tuve la posibilidad de tener buenos números, goleador en mis equipos y demás, pero sin poder llegar a estar en equipos buenos por así decirlo, sin yo poder transformarlos en buenos ni tampoco pegarla en equipos con pretensiones. Siempre estaba en mitad tabla, o peleando el descenso. Hasta que se dio esto de Quimsa que me llevó Marcelo Richotti porque habíamos jugado playoffs en contra cuando estaba en Ferro con D'Angelo, y todo cambió. Fue una apuesta, una apuesta muy grande porque, como te decía, tenía a mi hija casi recién nacida, fue la primera vez que toda la familia nos fuimos para afuera y también era realmente irse a un equipo para salir campeón, iba con ese objetivo. O sea, era la primera que me pasaba, Marcelo (Richotti) me llamó y me dijo "Julián, esto es para salir campeón y yo quiero que seas el base del equipo". Y bueno, fue una apuesta para ir y a partir de ahí, desde ese momento, mi carrera cambió; porque de ahí fui para Obras a jugar de base, en la A por ahí me costó un poco pero más o menos anduve; después Lanús hicimos un año tremendo y también ascendimos con Nico Lapro siendo muy pibito con 16 o 17 años; otro año más con Lanús pero ya en la A de nuevo; después Bragado con (Adrián) Capelli que hicimos un muy buen año también; San Martín de Corrientes con otro ascenso más siendo un equipo que lo venía buscando desde hace mucho tiempo, se quedaba pobre en la vereda siempre hasta que pudimos ascender cuando me tocó estar ese año; y después Argentino que sin dudas. fue increíble. Se dio todo muy rápido y en los últimos años de mi carrera, y los 10 años anteriores había ganado poco y nada salvo con Versalles cuando arrancamos que esa era otra historia.

- Esto de perseguir la zanahoria y siempre ir por un título o un ascenso, sin dudas que se convierte en una ambición que siempre uno va a ir por más una vez que prueba el gustito de festejar al final de temporada. En este caso, vos tenés algo muy particular que pocos jugadores lograron tantas veces.
. Sí, no tengas dudas que es increíble la sensación de conseguir ese objetivo de lograr un título o ascender, porque además en ese momento se te viene encima todo, todo el esfuerzo que hacés. Es inolvidable conseguirlo. Como te decía, yo venía de remarla muchísimo, era un jugador de mucho esfuerzo. Tenía cierto talento para algunas cosas sí, pero era un jugador de mucha más entrega, de empuje y de darle para adelante. De a poquito el tiempo hace que las cosas se vayan dando. En Ferro arranqué a jugar de base y le fui encontrando la vuelta al puesto porque antes era mucho más escolta, entonces como estas cosas también vas sumando otro tipo de experiencias y conocimientos. Después se transformó en esto de pasar a ser un jugador que era elegido para participar en equipos buenos, y eso fue lo que me cambió. A partir de lo de Quimsa en el TNA me convertí en un jugador que era mirado para equipos buenos o que querían ascender, equipos protagonistas. Eso fue lo que cambió mucho en mi carrera, porque antes era un jugador medio, que sabían lo que podía dar en la parte ofensiva sobre todo, pero hasta ese punto no había ganado demasiado. Entonces después de Quimsa se da lo de Lanús, donde más allá de tener un buen equipo no estaba pensado para ascender, y terminamos ascendiendo; y después en Bragado me pasó de llegar a semifinales; entonces me fui transformando de a poco en un jugador que estaba para los equipos de arriba que querían ser protagonistas. Ese fue el cambio más grande, me empezaron a buscar para eso y yo le encontré esa parte linda, una alegría que disfruté. Me gustó mucho competir, ascender y después querer buscar un nuevo ascenso en otro lado. No es una frase hecha, porque la realidad es que cuando ganás algo siempre querés ganar otra cosa más, seguir manteniéndote al menos entre los de arriba o seguir siendo protagonista entre los mejores, mirar la tabla desde arriba. Y esto te digo, a mí me pasó de que muchísimos años miré la tabla de abajo, entonces cuando me tocó el momento de disfrutar en la parte de arriba, de disfrutar pelear entre los candidatos y tener la presión de ganar, me encantó, la verdad es que me encantó y lo disfruté un montón. Afortunadamente también lo supe llevar muy bien, y se dieron varias cosas.

- ¿Cuánto te formó el carácter esto de ganar?
. Mucho. Sin dudas que vas cambiando mucho y vas aprendiendo a ganar. Es verdad que vas aprendiendo de otras cosas, como no volverte loco si perdés un partido que no estaba dentro de los cálculos, cómo se acomodan las cosas cuando están mal y cómo se aprovecha cuando el barco está bien. Vas aprendiendo mucho, aunque no significa que después vaya a salir todo bien. Te hace agarrarle el gusto, sin dudas, ganar es lo que más quiere un deportista. Yo tuve la suerte de que a partir de lo de Quimsa no tuve un golpe fuerte, más allá de que en Obras la peleamos porque era mi primera temporada en Liga A y era otra historia, después todo fue para arriba. Yo y todos los que estábamos ahí la verdad es que la peleamos mucho en la época de Versalles, ahí sí.

- Igual esto de jugar en la A te pasó en una época donde no era muy común que un jugador del ascenso pueda estar en Liga Nacional. En otro momento el salto era mucho más difícil darlo.
. Sí, eso también es verdad. No quiero quedar como un viejo hablando de que en mi época no se podía tanto (risas), pero sí creo que era un poco más difícil pasar del TNA a la Liga Nacional. El salto de calidad que había que hacer era mucho más fuerte. A mí me costó como les costó a varios jugadores, otros se adaptaron bien y quizá tenían otra capacidad. El año de Obras para mí fue difícil también porque todo tenía que ver, y a esto voy con que los años míos en la A tanto con Obras, Ferro y Lanús, fueron estando en equipos que estábamos complicados, donde estuvimos peleando por no descender. No estaba mal, la realidad es que en esos años estos equipos se habían armado para no bajar. Tal vez si me hubiese tocado alguna oportunidad de jugar en la A viniendo desde atrás en algún equipo bueno, lo hubiese vivido de otra forma, pero no lo sé. La realidad es que yo era un muy buen jugador del TNA y cuando tuve que jugar en la A fui un jugador normal. Me costó, el salto de calidad lo sentí y fue importante.

- No me olvido que hace un tiempo justificabas esto de estar en el top 10 de varios rubros de la historia del TNA con la mucha cantidad de partidos que tenés encima, de hecho sos el tercero que más jugó. ¿Te pusiste a pensar un poco lo que significa esto de estar entre los destacados dentro de tanta historia?
. Lo que pasa es que seguramente ahora vos estás contando lo bueno, que son la cantidad de partidos, de puntos, de asistencias, de robos y demás, pero te aviso que también estoy en la parte mala, en las pérdidas... creo que debo estar tercero en puntos, primero en recuperos y asistencias... pero si te ponés a ver las pérdidas también aparezco ahí (risas). En el TNA me pasó sí de por haber jugado mucho, porque por algo es también, no voy a decir que no. La verdad es que también al ser protagonista en muchos equipos, se daba esto de también tener muchos minutos en cancha y estaba anotado un poco en todos los rubros.

- Hablame un poco de lo que fue ese principio de todo en Versalles. Más allá de lo que significa para vos en ese comenzar, con tu carrera también termina adquiriendo una mayor trascendencia.
. Yo tenía claro que quería jugar al básquet desde siempre. Me pasó en cadetes jugando en River donde hice todas las inferiores, y eramos fanáticos, llevábamos las estadísticas de todos los partidos. Y cuando llegué a juveniles en River me dijeron que me podía quedar pero jugando poco. En ese momento me dije a mí mismo que no quería eso para mí, yo quería jugar, y sentía que debía irme a un lugar donde podía tener mayor protagonismo, donde pudiese mejorar y crecer. Ahí apareció Roberto Volpi, un gran entrenador que nos había tenido a todos en River, y nos ofreció a varios de los que estábamos en el club de irnos para Versalles, que estaba con una movida nueva. Y no dudé, por más que me quedaba más lejos de casa y era cambiar River por un equipo más de barrio, pero la verdad es que no dudé porque sabía que era algo que me iba a hacer bien. Con Versalles fueron años increíbles, tanto con Roberto Volpi como con Álvaro Castiñeira, y después con todo el grupo de amigos que mantengo desde siempre como Diego Brunetti, Marcos Alonso, mi hermano Andrés también jugaba ahí, Gustavo Lovera, y esa banda de amigos... ahí la remamos de a poco. Sabido es que Roberto Volpi y Álvaro son dos tipos con mucho empuje, y entonces pasó que un club de barrio que sueña con meterse en la Liga B en ese entonces lo consigue, y salir también campeón en la Liga B, pasar a jugar el TNA. Ahí fue como un subibaja, porque salíamos campeones de la Liga B, después caíamos en el TNA, volvíamos a la vez y de nuevo salíamos campeones, y se fueron dando varios años así. Tengo el recuerdo inclusive el día anterior de debutar en Liga B estar pintando la platea y los banquitos, en la noche previa, estar pintando las líneas de la cancha, aportando con algo. Lo que pasa es que era nuestro sueño, para nosotros con Versalles jugar en la Liga B era como jugar en el Madison Square Garden. Fue increíble, y todo empuje. Los viajes eran difíciles, pero le metíamos garra... era ese club de barrio de amigos que se dio la posibilidad de hacer realidad un sueño. Nos tocó momentos lindos para disfrutar claro, sorprendiendo a más de uno en el TNA, y el último año que nos fue bastante bien donde nos mantuvimos en mitad de tabla. Versalles es eso, esa garra, y dentro de ese grupo logramos muy buenas cosas, como ya te decía esos dos ascensos de Liga B a TNA y después estar establecidos. Fueron años muy buenos para todos, que a mí en lo personal me marcaron y me hicieron crecer mucho para todo lo que pasó luego en mi carrera, me dio un empuje muy importante para seguir jugando en el TNA. Sin esa parte no hubiese estado nada de lo otro.

- Me quedé pensando en esto de que decías de querer jugar y resignar quizá un lugar grande para irte a un club algo más humilde, y en ese sentido creo que también en el medio de River y Versalles hubo un año en Olivos.
. Sí, tenés razón, porque hubo un momento que en River llegó la limpieza porque, como suele pasar en los grandes equipos, iban un montón de pibes a probarse. Estábamos todos juntos desde mini y cuando llegamos al primer año de cadetes, a 4 o 5 que veníamos desde siempre nos dijeron que ya no iba más porque habían llegado otros mejores. Y esa fue otra decisión... ahí es donde uno ve que las decisiones van encolumnadas, porque me fui a Defensores de Olivos que era un nivel más de abajo pero yo siendo cadete jugaba en cadete, juvenil y en primera. Yo lo que quería era jugar, no quería pasármela viendo desde el banco, entonces eso fue algo que también fue importante. Y mirá que Defensores de Olivos era un club más de barrio todavía que Versalles. Fue un año, después volví a River para el segundo año en cadetes, y después a Versalles. Era muy fanático del básquet, desde chico era muy fanático, me gustaba mucho. Desde chico con un grupo de amigos llevábamos todas esas estadísticas y comprábamos la Solo Básquet, y todas las cosas que iba haciendo marcaban que quería ir para ese lado. Por eso Versalles también tiene que ver con todo esto, y a eso te sumo el tema del estudio que muchas veces se complicaba y demás, pero yo tenía claro que quería ir hasta donde pudiera con el básquet, eso sin dudas.

- Me animo a decirte que es el mensaje que estás dando, inconcientemente quizá, va mucho más allá del básquet inclusive. Y en tu caso, por toda la historia que tenés encima, con ese final feliz después de tanto pelearla, es mucho más gratificante porque hasta los resultados llegaron después de tantos años. En todo. ¿Te pusiste a pensarlo?
. Sí, y te digo que eso yo ya tengo eso como una forma de vida, esto de que más allá de las dificultades que se te pongan adelante lo importante es seguir y darle para adelante en lo que te gusta, en lo que te apasiona y te hace bien. Las cosas a veces pueden no salir bien, pero si te rendís es seguro que no vas a conseguir nada, entonces te queda seguir y seguir intentándolo. Y con el estudio me pasó varias veces que pensaba "Hasta acá llegué", porque tuve varias oportunidades de irme a jugar al interior y las dejé pasar hasta que terminé mi carrera. A eso lo tengo muy claro: es seguir adelante en todo momento. En eso fui muy tenaz siempre, y creo que el mensaje es como decís, porque en todo momento el esfuerzo que hice por jugar al básquet fue muy grande, por meterle más horas, por recibir un golpe pero no caerse, no por lesiones graves y demás pero sí de derrotas duras y de fracasos donde decís "¿Cuándo me va a venir una buena?"... pasaba el tiempo y las cosas seguían así. Pero en eso fui muy tenaz, siempre para adelante, yo lo quería y deseaba tanto que pensaba que en algún momento se iban a dar situaciones positivas, cosas buenas, y logros. Este es un deporte colectivo, vos podés andar muy bien pero no terminan de ser completas si no lográs el objetivo. Y eso me pasaba a mí también, porque jugaba en equipos en los que andaba bien, si mirás las estadísticas te va a decir que Olmedo hacía 20 o 22 puntos de promedio, pero el equipo iba flojo. Entonces esa es otra parte importante del aprendizaje, cuando cedés un poco y te das cuenta que hay cosas que no importan tanto. Hablando de esto me acuerdo de una situación que se dio en Quimsa de Santiago del Estero, donde yo tenía a Richotti y Cortijo como entrenadores (Richotti entrenador y Cortijo asistente), qué más quería yo para jugar de base, era una locura, un sueño, y me dije a mí mismo que si no aprendía de esa experiencia tenía que retirarme (risas). Si no aprendés con esos dos tipos... terribles. No me olvido más que hubo un partido que hice 2 puntos y 10 asistencias, y vino Marcelo (Richotti) y me dijo "Jugaste el mejor partido de la temporada". Yo me quedé como con esa sensación de pensar que "Sí, hice 10 asistencias pero solamente hice 2 puntitos... ¿te parece para tanto?". Y esas cosas con el paso del tiempo te sirven un montón, porque nosotros ganamos ese partido, habíamos jugado bárbaro, y más allá de los pocos puntos la realidad es que había podido ayudar a mi equipo a ganar.

- Ese es el aprendizaje.
. Seguro. Antes estaba en equipos donde necesitaba hacer 20 o 25 puntos para intentar ganar, y desde ahí ya no, desde esa segunda etapa que llamo yo de Quimsa en adelante. A veces el partido hacía que tuviese un poco más de protagonismo y a veces no tanto, pero me parece que ese es el aprendizaje que uno tiene con ganar. Y no hay nada más lindo que ganar y saber que todo tu esfuerzo sirvió para eso. Lograr títulos y ascensos es lo más lindo hablando de básquet, y ya te digo que también yendo al principio con Versalles cuando ganábamos Liga B y ascendíamos al TNA también fue increíble e inolvidable. La sensación es increíble sin dudas, deportivamente la sensación de ganar es indescriptible. La tenacidad es también parte de eso. Mirá cómo son las cosas de que más allá de después de lo de Versalles que es como si fuese un apartado especial, la realidad es que tuve una época de casi 10 años sin ganar cosas, peleándola, con equipos que iban y venían o andaban más o menos... pero hay que seguir, hay que seguir y seguir hasta que se te da, y en mi caso se dio en Quimsa. A partir de ahí empecé a encontrar el camino, se dio todo de forma distinta a cómo se venía dando. Entonces el mensaje me parece ser que por más que a veces las cosas no salgan tan bien o como las esperamos, tenés que seguir para adelante sin dudas que es la única forma en la que pueden resultar bien. Meterle cabeza, esfuerzo, dedicación, no hay que bajar los brazos, si jugaste un partido mal ya tenés que estar pensando al otro día qué hiciste mal y cómo mejorarlo, pero seguir y seguir. Si una temporada te fue mal pensar que a la próxima temporada te vaya bien, y aprender de todo eso. Eso lo tengo un poco hasta para la vida misma, esto de luchar y no rendirse nunca, y también el disfrutar ese proceso, y me parece que dentro del básquet me ayudó mucho eso.

 

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