Informes Especiales · 01 de Junio de 2020
Lucas Gornatti, la trascendencia aplicada a la conducción
Lucas Gornatti es uno de los lujos que nos ha dado la categoría a lo largo de su historia, habiendo jugado 15 temporadas en el TNA/Liga Argentina. Hoy coordinador del básquet de Oberá, el club al que más se identificó y donde construyó también una figura emblemática, aporta desde toda esa experiencia y jerarquía que siempre lo caracterizó.
Por Lucas Leiva
La trayectoria de Lucas Gornatti sin dudas es una de las más grandes y destacadas dentro de la historia de la Liga Argentina. Toda esa trayectoria de cerca de 20 años en el profesionalismo lo avalan, donde claro está que nuestra segunda división ha sido su gran nicho, ese lugar que acobijó para transformarse en uno de esos jugadores de jerarquía y brillo en más de una década.
El base, retirado hace apenas un año y hoy manteniéndose ligado a la actividad aunque de otro costado cumpliendo funciones directivas, es uno de esos jugadores que marcaron una época, uno de esos líderes, experimentados, con unas condiciones y unas capacidades de juego por demás interesantes, tanto así que en todos los clubes que defendió dejó gratos recuerdos.
Si bien surgió en el club Obras, a nuestra categoría la comenzó a transitar durante la temporada 2003/04, cuando vistió los colores de Echagüe de Paraná. Posteriormente pasó por Regatas San Nicolás, Olimpia de Venado Tuerto, Unión de Sunchales, San Martín de Corrientes, Asociación Italiana de Charata, La Unión de Colón y Platense, aunque sin dudas su registro más importante está en Misiones con Oberá Tenis Club.
En el Celeste y como jugador vivió un total de 5 temporadas, siendo la institución que más veces representó en su carrera, repartidas en tres ciclos. Jugó un total de 203 partidos en el equipo misionero, uno de los jugadores que más oportunidades vistió esta camiseta, llegando a completar 1925 puntos (9,5 de promedio), 442 rebotes (2,2 de promedio) y 432 asistencias (2,1 de promedio).
Pero la historia de Gornatti va mucho más allá de Oberá, claro está. Si bien pasó varias temporadas allí, contabiliza un total de 15 temporadas dentro de la división, algo que pocos jugadores han podido lograr hasta ahora dentro de la historia. De hecho está dentro del Top 10 en cuanto a años jugados en la categoría, quedándose a dos de igualar el récord (17 temporadas, de Javier Ledesma).
Promedió un total de 10,3 puntos, 2,3 rebotes y 2,1 asistencias en 24,3 minutos a lo largo de su carrera en TNA/Liga Argentina, habiendo jugado un total de 473 partidos. Además, también hay que tener en cuenta que acá no estamos contabilizando lo que fueron sus años en Obras, donde llegó a jugar en la elite de Liga Nacional durante tres temporadas (1999/00, 2001/02 y 2002/03). También tiene paso por el Torneo Federal, en equipos como Tokio Posadas o Atlético Saladas.
Hoy, tras el retiro de la actividad como jugador, Gornatti pasó a ser el Coordinador de Básquet de OTC, manteniéndose ligado no solo al básquet sino también a una institución con la que tanto se han nutrido mutuamente. Parte de su función, desde la estructura deportiva, ya ha visto grandes y gratos resultados con un equipo que a nivel logros organizó y se quedó con el título del Súper 4 de la Liga Argentina en febrero de este año. Pero los desafíos van más allá de eso, fortaleciendo las categorías inferiores, fomentando el femenino y buscando esto del crecimiento constante y a grandes pasos que va realizando una institución modelo dentro de la Liga Nacional.
- Nuevos roles en esta situación de pasar de tu faceta como jugador a verlo desde otra perspectiva ahora, con decisiones, más desde lo directivo y con toda una transición mediante. ¿Cómo la venís llevando?
. En algún costó pero sobre todo previo a la decisión. En esto de decir dejo de jugar para agarrar un laburo lindo, que a cualquier deportista que quiere seguir vinculado le gustaría tener, porque aparte es un trabajo que no solamente te permite transitarlo sino que además intentar crecer dentro del rol, con todo esto que pasa con reclutar jugadores, estar metido en la parte profesional del club, la parte formativa. Lo bueno es que te vinculas con muchas edades diferentes, algo que me venía pasando mucho como jugador, tenés que actuar para que uno sea cada día mejor y al mismo tiempo tenés que entender y enseñar ciertas cosas. Era una responsabilidad hermosa esa, este es un laburo hermoso. Me costó antes de decidir, pero una vez que lo hice realmente empecé a disfrutarlo y la verdad es que es hermoso. Tengo ganas de ir a trabajar, ganas de pensar ideas, de plasmar esas ideas porque esa es otra parte buena del club ya que no solo estamos pensando ideas sino que además las llevamos a cabo, que es una parte difícil. Lo que es el año del equipo profesional realmente era muy bueno, creo que tuvimos una prueba de fuego con el Súper 4. Al margen de la parte deportiva, todo lo que fue la parte de estructura, de la gente trabajando detrás de un equipo profesional, y de un club con básquetbol profesional, en ese sentido pusimos la vara alta y creo que cumplimos. Se vio una linda imagen que después se coronó con el campeonato también, pero todo venía encajando, encadenándose y funcionando como se debe, creciendo día a día, intentando que los chicos jóvenes se puedan meter en esa dinámica de entender que todos los días se puede ser mejor. Es un desafío lindo, y eso hoy me permite disfrutar y no extrañar nada de jugar. La verdad es que todo me termina de cerrar cuando a partir de febrero arranco a dirigir también, entonces no solo es la coordinación general del club sino que además estoy dirigiendo dos categorías, entonces puedo cerrar todo lo que me gusta hacer dentro de un club. Lo estoy haciendo y me pone realmente feliz.
- ¿Te sorprendió todo esto que fue pasando desde el crecimiento del club de la mano con tus labores? Porque se da también un año, parte de esa gran apuesta de Oberá de ir por más, donde se da todo, desde el Súper 4, un proyecto para con los más chicos, la apuesta al femenino incluso, y demás cosas de la institución que también te fueron empujando en una catarata de situaciones que tuviste que resolver y se fueron sorteando muy bien.
. Sí, la verdad es que aprendí un montón de cosas. A muchas les tenía miedo, pero la verdad es que me di cuenta que las podía manejar sin problemas. En un principio me costó pero después las acomodé, y realmente hoy me dan la posibilidad de poder actuar con total naturalidad, obviamente con errores y aciertos, pero sí con decisión, entendiendo que es preferible hacer y no quedar con las ganas. Por suerte el club, al margen del crecimiento, está pasando por un momento donde el equipo de personas que tiene la camiseta puesta y que obviamente está atrás de todo este crecimiento. Y cuando es así, la verdad es que es todo mucho más armonioso, se hace más llevadero, es todo mucho más fácil. Es mucho más fácil venir a laburar, y es lo que me pasa desde hace casi un año, desde los 10 meses que estoy en este puesto, y todo el tiempo con situaciones y vivencias nuevas que en algún punto el básquet me las dio desde otro lugar. Hoy teniendo que tomar otras decisiones, teniendo que charlar cosas que antes uno las comentaba y nada más, pero que hoy además de comentarlas hay ciertas situaciones que tenés que ejecutarlas y hacerlas bien. En ese sentido la realidad es que el crecimiento individual y por suerte el colectivo es bastante grande.
- ¿Encontrás una diferencia grande entre lo que te pasaba como jugador y lo que te pasa hoy como coordinador? ¿Cambiaron algunas cosas de esa visión y ese pensamiento o en cierto modo las reafirmaste con la transición?
. No, de las dos formas. Hay cosas que naturalmente las puedo manejar sin problemas porque las he vivido como jugador y hay cosas que no, que cuestan, que hay que estar, que hay que encontrarle la vuelta, que hay que saber cómo abarcar diferentes situaciones desde otro lugar. Obviamente como jugador tenía una visión más allá del jugador, eso de ver otras cosas que les pasa a muchos jugadores. En algún estaba buenísimo verlo como jugador pero en otros puntos es un error verlo como jugador. Es difícil a veces encontrar ese equilibrio de hacer todo lo justo y necesario que requiere la carrera que uno está ejerciendo, pero en definitiva hoy siguen habiendo cosas que naturalmente suceden y cosas que pueden costar un poquito más pero que en definitiva es todo parte de lo mismo. Pasa mucho también por la confianza que tiene uno para hacer, por presupuestar el error, saber que hay cosas de tu trabajo que nunca antes habías hecho en tu vida y que te podés equivocar, aceptarlo. Y cuando uno lo acepta de entrada, el golpe no es tan duro. Lo bueno es que todo el tiempo, mientras uno gana la experiencia y mejora en esas cosas, hay otras situaciones que puedo potenciar, que ya las venía haciendo, que las venía haciendo bien y que hoy las puedo hacer mucho mejor claro. Hasta el día de hoy toda esta experiencia con este rol de coordinador me permite seguir evolucionando y mejorar, y eso está buenísimo.
- El hilo de la charla me obliga. ¿Cómo ves ese potencial de Oberá como institución? Porque se ha convertido en una de esas instituciones modelo, casos rápidos que se me vienen a la cabeza con ejemplos de infraestructura como San Isidro o Ameghino.
. Estoy realmente sorprendido. Estoy sorprendido por las ganas de ser mejor, veo a una institución que quiere estar un escalón más arriba y que está preparando todo para que ojalá algún día suceder... y si no sucede, dejar cosas. Dejar cosas al misionero, dejar cosas a un club, algo que hacía muchos años que no sucedía. En esta cuarentena se llevaron a cabo ideas, no solamente se pensaron, y hoy tenemos la suerte de recibir a nuestros chicos nuevamente con infraestructura nueva dentro del club. Y esas cosas realmente me sorprendieron que se hayan podido plasmar. Ojalá que esto después venga de la mano con una mejora de nivel, eso ya será una circunstancia, pero en definitiva que la vara esté cada vez más alta. Justo lo hablaba con los entrenadores que tengo a cargo, los de minibásquet y U13, y la charla que tenemos seguido es "muchachos, acá no solamente hay que cuidar el trabajo del día a día sino también potenciarlo porque tenemos que estar a la altura y esto sigue". No es hacer un buen torneo y nada más. Esto lo hablé con el presidente cuando llegué, que de nada sirve hacer el boom de un año y que de golpe les pase como a tantos equipos que a los dos años no podían sostener un proyecto por la poca sustentabilidad. Me parece que el hecho de poder sostener las instituciones deportivas en el tiempo es el verdadero objetivo que debe movilizar a todas las personas que se quieran acercar para dar una mano al club. En ese sentido hay una frase de Magnano que la hice propia, que es 'el club es la célula más importante de la sociedad', y eso lo comparto plenamente. Yo me crié en un club y quiero que mi hija pueda tener la vida de club, la familia... es súper sano eso, y peleo para que así suceda. Mientras esté en esto voy a hacer todo el esfuerzo posible.
- Me ponía a pensar esto de tener 20 años en el profesionalismo, con todo lo que significan 15 años en esta categoría y 3 más de Liga con Obras... son muchos años de carrera y una vigencia que estuvo en todo momento.
. Desde los 17, más un par de equipos del Torneo Federal en los que estuve ahí por el medio, aunque claro que son muchos años dentro de la Liga Argentina. En total son 20 años de carrera redondos y obviamente eso el cuerpo te lo hace sentir (risas). La realidad es que yo no gané nada como jugador, muchas veces estuve muy cerca de llegar a la A, en algún momento fue un karma para mí pero después entendí que mi verdadero éxito fue el haberme sostenido durante tanto tiempo. Poder mantenerse realmente es muy complicado y complejo, es vivir 15-18 años de incertidumbre cada 10 meses, lesiones y cosas así... es vivir todas esas otras cosas no tan buenas que tiene el deporte durante mucho tiempo, cuando el común de mucha de la gente que uno conoce por mucho menos no lo bancaría ni 2 minutos. Y cuando vi eso, entendí que el éxito mío estuvo en esto de sostenerme. También es cierto que yo amaba y amo el básquet, lo que creo que es un plus a la hora de sostenerse. Es distinto amarlo que tomárselo como un trabajo, y creo que eso me dio esa oportunidad de sostenerme y tener la mentalidad por sobre todas las cosas. Y uno de mis desafíos en esta faceta en la que estoy trabajando es forjarles esa cabeza a los chicos jóvenes, enseñarles que esa mentalidad que te hace ser distinto, te hace ser diferente, la gente misma te valora diferente. Después podrás ser un buen o mal jugador, pero si tenés fortaleza mental y consistencia tenés una ventaja por sobre el resto, así que en ese sentido estoy bastante ocupado en poder transmitir eso. La verdad es que con respecto a los años a veces te cae toda esa ficha estadística del tiempo que llevas compitiendo. En la última parte de mi carrera en algún momento me puse a pensar "Si meto un par de triples más puedo llegar a ganarme un lugar en una estadística histórica..." pero la verdad es que esos pensamientos duraban muy poco. Tenía que tener muy metida la cabeza en ganar el próximo partido o en llegar físicamente óptimo para poder jugar, porque la realidad es que el juego cambió mucho desde que empecé hasta que me retiré, entonces era todo el tiempo tratar de reinventarme y de estar a la altura física, porque en la parte final de una carrera el condicionamiento siempre es esa parte física y tratar de que responda, de que se sostenga para que puedas seguir jugando. La realidad es que podría haber jugado un par de años más, es cierto, pero las circunstancias de la vida y la familia, de poder estar hoy con mi mujer y mi hija acá, hicieron que pese más el poder estar cerca de ellos que seguir una carrera que en 1 o 2 años más no sabía cuánto me iba a cambiar, porque sentía que ya había vivido casi todo como jugador. Entonces desde esa parte profesional decidí con la posibilidad que me surgió acá, seguir ligado y ayudar pero desde otros lugares.
- Más allá de ese amor, que se transmite también por un tema de familia y que claramente es un impulso enorme, ¿Cómo se mantiene el estímulo?
. Mirá, el estímulo cuando uno estaba soltero era clarísimo, siempre era buscar cómo estar en un lugar mejor, desde un mejor equipo o cómo mejorar de un día para el otro. A partir de que uno tiene familia es clave la aceptación y el acompañamiento de esa gente que está siempre con vos, esa familia que te empuja y te lleva en las buenas y en las malas como para que todo esto continúe. El estilo de vida no me puedo quejar, porque yo realmente hoy termino mi carrera profesional y tengo que seguir laburando, eso siempre lo supe y estuvo clarísimo, pero pude vivir de lo que me gustaba. Y eso es lo que más me dejó el básquet, poder vivir de lo que me gusta y de lo que amo... creería que no sé si podría hacer algo que no gustase, por más que me dé dinero. Yo soy feliz haciendo lo que me gusta y lo que amo, que es el básquet, y realmente quiero apuntarle a esto por el resto de mi vida para poder disfrutar. Ganar un poquito más o un poquito menos no creo que me mejore la felicidad si no hago lo que realmente me apasiona.
- En algún momento dijiste esto de no tomarlo tanto como un trabajo.
. Yo creo mucho en una palabra que es equilibrio. Por momentos en esta carrera pasás por diferentes situaciones en las que vas detectando cuándo tenés que tener mucho amor y mucha pasión, y en qué otras situaciones tenés que tomártelo como un laburo. Si no te armás un poco esa estructura, me parece que solamente desde el amor no te termina de cerrar. Termina siendo después un sistema de uno como para poder sostenerlo durante mucho tiempo. Obviamente también considero que tuve una ventaja importante, y es que mi viejo pudo contarme mucho desde muy chico de un montón de problemáticas y de cosas lindas y malas que me podían suceder. Hoy por ejemplo, muchas de las cosas que me pasan con chicos de 15 o 16 años que juegan bien pero que todavía no saben si realmente quieren dedicarse a ser jugadores profesionales, es tener una charla individual con cada uno de ellos y plantearles los dos escenarios. Yo al chico no le quiero plantear solamente la parte buena, sino plantear las dos partes, tanto la buena como así también la mala. "Te va a pasar esto que está buenísimo pero también esto otro, que es una parte dura y en la que tenés que tener fortalezas para superarlo"... y que ellos tengan la convicción de que cuando deban tomar la decisión de ser jugadores profesionales no se tenga que transformar en un sacrificio, porque si se transforma en un sacrificio entonces la decisión está mal tomada. El sacrificio de última lo tendrás antes de tomar la decisión, en esa lucha interna de pensar hacia dónde vas, si estudias, laburas, si vas de lleno con todo a esto... obviamente que hoy hay muchas más facilidades y podés hacer las dos cosas también, tanto estudiar como jugar. Pero a mí me interesa esto de contarle todo al chico, para hacerlos pensar en todo lo que pueden vivir y los que les va a tocar. Es un poco hacerlos pensar, que traten de ver todo, mostrarles varios caminos, de mostrarles lo bueno y lo malo para que cuando decidan lo hagan lo mejor posible.
- Es una prueba de fuego para saber que cuando decidan lo van a hacer totalmente convencidos, sin guiarse solo por las luces.
. Exactamente. Es que me parece que es clave eso. La determinación a la hora de decidir dedicarse en esto es clave. Si un chico no lo entiende así, y empieza a divagar pensando que físicamente es bueno y que por eso toma tal camino, después esas cosas se notan mucho porque se vuelve inconsistente.
- Me quiero remontar un poco en el tiempo para irme a esa época donde todo empezó. No sé cuánto pensabas de chico, desde Obras por ejemplo, que podías llegar a fabricar toda una carrera tan grande como la que terminaste teniendo.
. No me quiero olvidar que todo arrancó en Buchardo, en Náutico, a 5 cuadras de Obras. Un lugar que me dio también muchísima gente que amaba el básquet, con los mellis Raffaelli, después cruzándomelo a Bernardo Murphy que fue quien me termina llevando a Obras. Toda gente muy apasionada al básquet, mis amigos del día a día y hasta hoy salieron de aquella época, de cuando tenía 6 años. Después haber pasado a Obras fue algo increíble, porque fue toda la etapa secundaria, recibiendo en el José Ingenieros, mi familia apoyándome al 100%, mi vieja mudándose conmigo para cerca de Obras porque nosotros estábamos en San Martín y nos fuimos cerca del club. El apoyo era constante, ese apoyo fue de lleno siempre para que intentase ser jugador y por suerte era algo que tenía en claro desde muy chico. La verdad es que Obras me dio colegio, comida, me ayudó, me potenció y pasé años increíbles. Te hablo de la época de Obras de cuando se compartían todos los deportes dentro del club. Y después en la última etapa de ya rozar la Liga, aprendí y disfruté mucho de la experiencia de los compañeros que tuve como Lázaro Borrell, Eduardo Dominé, Paco Festa, Pablo Prigioni que venía de Belgrano de San Nicolás, Roberto Gabini... muchos jugadores, unos muñecos tremendos, unos monstruos físicamente y jugando. Me acuerdo que en uno de mis primeros entrenamientos con la Liga tenía a Pablo Prigioni y Cristian Aragona como bases (risas). Tuve la suerte de aprender mucho de ellos. Me acuerdo que Prigioni en su última etapa robaba pelotas como me las robaba a mí hace 20 años atrás, son cosas tremendas... alguna que otra vez he robado pelotas por haberlo visto a Pablo (risas). Compartimos una temporada con Prigioni, uno aprende de todas esas cosas, aprende de los vestuarios de gente importante, y obviamente las cosas buenas y malas te dejan enseñanza, estoy convencido de eso. No solamente tenés que quedarte con lo bueno sino también con lo malo, para saber qué harías y qué no. En ese sentido pasaron varios entrenadores como Vecchio o el Tola Cadillac, varios técnicos que me hicieron aprender mucho. Me acuerdo incluso de una pretemporada que habíamos hecho en Carlos Paz que fue tremenda, y justo los otros días buscando algunos papeles viejos encuentro una foto mía que me había sacado Marcelo Figueras para Olé, en una fecha que habíamos jugado solamente Obras y Ferro, entonces toda la página era para ese partido. Ese recorte del diario lo había guardado mi vieja, y la verdad es que eso también me hizo recordar un poco esa hermosa época. Me egresé en Obras, muchos amigos, muchos años. Creo también que fue un error haberme ido, por esas cosas que le pasan a uno de pendejo. Recuerdo que el Tola me había dicho que no me quería y como un tonto me enojé y me pedí el pase, cuando tendría que haber dejado el pase ahí, irme a préstamo a otro lado y al año siguiente volver a Obras. Sin ir más lejos a los dos años jugando con Regatas de San Nicolás me enfrento con Obras, que había bajado al TNA... son errores de juventud que en su momento lo manejé mal, pero que a su vez me hicieron aprender de esos errores para no volver a cometerlos más. Muchas veces acá en el club, en Oberá, me pasa también con los jóvenes de ahora que cuando quieren irse a buscar minutos en otros equipos les digo que dejen el pase acá, que no se vayan por un capricho como me pasó a mí, porque quizá el día de mañana pueden volver a jugar acá, a su ciudad y provincia. En ese sentido agradezco que yo haya pasado por esa situación con Obras, porque más allá de que fue un error haberme ido, hoy se los puedo transmitir a los pibes desde lo que aprendí con esa situación. Obras fue increíble, siete años muy pero muy intensos y lindos.
- Hoy decías que desde muy chico tu familia te acompañó y apoyó esa posibilidad de ser jugador. ¿Hubo algún momento en el que te diste cuenta que querías dedicarte a esto profesionalmente o se fue dando de forma más natural?
. Me parece que se dio de forma natural. Ya lo tenía muy claro desde muy chico, ya desde minibásquet sentía que lo hacía medianamente bien, que estaba un escalón arriba de la media de los demás. Cuando me voy a Obras que me reclutan fue a los 14 años, muy chico, y ya en ese momento sabía que tenía la responsabilidad de ser mejor porque sentía que me jugaba la comida y el colegio. Pensaba "evidentemente acá están viendo algo en mí" y naturalmente sentía que lo tenía que hacer bien. También en esos años me tocó estar siempre en la selección de Capital mientras hacía las inferiores en Obras, y eso obviamente también me ayudaba y empujaba, situaciones que me hacían ver que era el camino correcto. Después ya cuando pasé a entrenar con la Liga todo eso se convirtió en una adrenalina tremenda, y así se fueron dando todos esos pasos. En esto que te decía último muchas veces no puedo creer cómo los pibes de hoy no valoran eso de entrenar con los equipos de Liga, o no se dan cuenta, como que los chicos jóvenes no se dan cuenta del significado que tiene entrenar o rozarte con los equipos de liga. Yo me comprometo para que los chicos lo vean, para tener la energía correcta porque es un desafío muy grande y lindo. Hoy incluso en el decir, a la hora de hablar, porque ya no puedo más demostrarlo con el físico, entonces es importante elegir las palabras correctas en el momento adecuado para entrar a esas cabezas, y en definitiva transmitirles de manera general estas cosas que lo marcan a uno, saber lo que es entrenar fuerte y entrenar con un equipo de elite. Después obviamente hay muchos casilleros que tienen que llenar, pero desde mi punto de vista es súper importante en mi trabajo del día a día cómo convencer y hacerles ver a los más jóvenes todas estas cosas.
- Más allá de Obras y aprovechando este momento particular que para muchos da pie a una reflexión y vistazo atrás, ¿Qué te pasa cuando hacés esa retrospectiva por tantos lugares como Echagüe, San Nicolás, Olimpia, Sunchales, Corrientes y tantos otros?
. La verdad es que fueron buenos años, sobre todo años ganadores y muchos de esos que nombraste estando arriba, con mucho aprendizaje y también mucho de esto de golpearse contra la pared que te ayuda a crecer. Disfruté la época de Corrientes y tantos otros. A mí me pasaba algo al principio de mi carrera que pasaba de equipo a equipo de un año a otro, y eso no me terminaba de cerrar del todo. Más allá de que siempre era por mejoras en el contrato y mejores equipos, sentía esta necesidad de poder repetir. Repetir porque creo que eso habla de que te vuelven a elegir, y es un poco lo que hablábamos antes de mantenerse, que es más difícil que llegar. Por suerte sobre el final de la temporada eso de mantenerme lo pude hacer, y sin ir más lejos acá en el club jugué cinco temporadas. Todos los lugares por los que pasé me dejaron un muy lindo recuerdo, pudo haber alguno que otro donde algunos inconvenientes hicieron que fuese algo cuesta arriba todo, pero hubo una época donde la Liga Argentina era muy dura y con excelentes extranjeros, con equipos muy fuertes. En ese sentido, cuando uno hace un vistazo y vuelta atrás, la sensación es muy buena porque realmente el nivel era muy bravo. Había muchos extranjeros de la A que eran cortados y como estaban en el país bajaban al TNA y no los podías defender, y muchos jugadores de rol de la A que cumplían un papel en la A que les sentaba bien pero que cuando bajaban al TNA y tenían que tener más protagonismo no podían hacerlo. Llenos de esos casos, y la verdad es que son cosas que lo hacen sentir a uno que hubo un momento que pudo jugar a buen nivel y que lo valoro mucho.
- Es esto de trascender, justamente lo que te pasó con tu carrera.
. Lo único que me quedó, por así decirlo, como una espina, fue haber podido jugar como mayor en la A considerando que varios años creo haber tenido el nivel como para hacerlo. Pero bueno, evidentemente había algo ahí por lo que no se podía dar. Hoy en día, y como se está dando todo donde creo que hay más oportunidades, si hubiera nacido un par de años más tarde hubiera tenido muchas más chances de haber llegado a la A y sostenerme, pero se dio así y obviamente que todo el recorrido que hice de todas formas lo valoro muchísimo. Fueron siete temporadas seguidas de pelear el ascenso, de jugar una final por ascender, y eso también estuvo muy bueno. Me acuerdo por ejemplo que en mi último año en Obras jugué semifinales de la Liga Nacional defendiendo a Pichi Campana sin entender nada, o jugar una semifinal de Liga contra Atenas con 10 minutos de promedio... pero bueno, sirve también para buscarle un poquito más el motivo, y si no lo encontrás aceptar que es así pero ayudar a que otro el día de mañana a poder encontrar esos motivos.
- Quizá hoy en tu función es ahí donde uno siente que vuelca su experiencia, sentirse realizado en haber dado ese mensaje que tal vez a ese chico le ayudó a cambiar de chip para llegar.
. Sí, sin dudas que sí. Ojalá que lo pueda lograr. Por lo menos desde el intento voy a darlo todo, siempre con el máximo posible.