Informes Especiales · 03 de Junio de 2020
#LadoB Mikulas: universidad, básquet, familia y futuro
Amena charla con Gabo Mikulas donde repasamos lo que ha sido su experiencia universitaria en Estados Unidos, su carrera profesional, el básquet y lo que piensa sobre su retiro, planificando hacia cómo se ve en el futuro.
Por Lucas Leiva
No caben dudas que Gabriel Mikulas es uno de los nombres más ilustres que ha tenido la Liga Argentina de Básquet en este último tiempo. Un jugador que lleva encima una trayectoria tremenda, de los más prestigiosos que ha dado nuestra competición y con un recorrido ejemplar que jerarquizó el certamen. Defendió los colores de Barrio Parque en las últimas temporadas, pero sin dudas toda esa exquisita experiencia más mucho más allá que el Verde del Sur.
Gabo comenzó a picar una pelota de básquet en Matienzo, club histórico de su Córdoba natal. Como juvenil tuvo paso por Independiente de General Pico, llegando a debutar en la Liga Nacional de Básquet en la 1997/98 y jugando tres temporadas dentro de dicha institución. Luego dio el salto a Estados Unidos tras firmar con los East Carolina Pirates de la NCAA, donde además de jugar tuvo una formación académica a través de sus estudios universitarios. Allí, en tierras norteamericanas, en los 4 años de la NCAA, se recibió como Contador.
Mikulas luego formó una brillante trayectoria de regreso a Argentina, pasado por Atenas de Córdoba, Peñarol de Mar del Plata, un paso por el Racing Basket Antwerp de la Liga de Bélgica, Quimsa de Santiago del Estero, Boca Juniors, La Unión de Formosa, Libertad de Sunchales, Sionista de Paraná, Atenas nuevamente, Salta Basket, y Barrio Parque. Los últimos años, más allá de ese paso por Los Infernales de Salta, se mantuvo cerca de sus afectos en su ciudad.
El ala pivote de 2,03 metros cumplió 39 años el pasado 3 de enero. Detrás de toda esta carrera también hay que recordar que tuvo paso por la selección argentina, siempre dentro del radar por ser un jugador dueño de una regularidad envidiable, excelente movimiento de pies cerca del aro (una especialidad) y además también hay que mencionar que fue el MVP de la Liga Nacional en el 2007 con Peñarol (ese año ganó por ejemplo el Súper 8 del 2006, también con el club marplatense). Jugó 705 partidos en la elite, con 8.131 puntos en 18 temporadas; y toda esta calidad la volcó en nuestra segunda categoría durante estos últimos años.
Nos sentamos con el histórico Mikulas para hablar de su formación académica y su planes a futuro respecto a su carrera universitaria, sus posibilidades en un determinado plazo y demás escenarios que pueden planteársele. Sin embargo, surgió una charla que más allá de la importancia que le ha dado a sus estudios en toda su vida y lo presente que está en su cotidianeidad, también encontramos ese otro costado de un jugador que cada vez se siente más cerca del retiro y que con esta pandemia que nos afecta a nivel mundial piensa hasta complicado volver a las canchas.
No lo descarta del todo, pero sí entiende que la reacondicionar el físico nuevamente puede ser una misión difícil de conseguir. Aún así confiesa que le gustaría hacerlo jugando, más allá del contexto del cual es conciente. Mientras tanto, disfruta de su familia, ese cable a tierra y esa conexión cálida y sincera de todos los días, con su esposa e hija, y pasando estos últimos días en los alrededores de Carlos Paz, en las sierras, donde se encuentran sus padres.
- Vos te vas a estudiar a la universidad y surge esto de la contaduría. Contame un poco cómo fue ese proceso.
. Ya de chico mis padres siempre me insistían y no lo negociaban (risas). Para ellos el estudio era fundamental, siempre hicieron mucho hincapié en eso, que me vaya muy bien en el colegio y que siga una carrera universitaria. Me pasó entonces que me fui a La Pampa a jugar a Independiente y se me iba a hacer difícil poder estudiar jugando a nivel profesional en esa época, porque hay que decir que en ese momento todavía no había muchas carreras a distancia ni tampoco estaba el tema de internet, nada de eso. Entonces era muy difícil esa época, en el 96-97 poder cursar algo a distancia. Me surgió entonces la oportunidad de irme a Estados Unidos, me fueron llenando un poco la cabeza de cómo se manejaban allá y de cómo tenía que hacer para ir. Me gustó la idea por eso, porque me iba a dar la posibilidad de jugar y estudiar, que era lo que quería hacer. Eso me llevó a tomar la decisión de irme a East Carolina. Después allá las universidades tienen un sistema educativo por ahí diferente al nuestro, no tenés que realmente decidirte por una carrera hasta después del primer año. El primer año sería como un estudio general, donde tenés materias de todo tipo, sí te dan la posibilidad de elegir por ejemplo dos materias de ciencias, una materia de música, una de educación física, y después dentro de eso tenés otras opciones donde vas eligiendo si querés historia de la música, música contemporánea, y así. Está bueno eso, porque te ayuda a no tener que decidirte ya qué carrera seguir apenas llegues, sino que te da un tiempo para poder explorar varias opciones. Si bien yo ya sabía que quería algo relacionado a la parte de negocios, para el lado comercial. Acá había ido a un colegio que estaba más en el área comercial, entonces ya tenía una buena base y después cuando me fui a Estados Unidos después del primer año noté que cada vez me decidía más por la contaduría. También me gustaba lo que era Comercio Exterior, pero me decidí por Contador porque me pareció que iba a ser más fácil trasladándolo acá. En algún momento Comercio Exterior era una opción, aunque al final desistí de esa carrera porque te exigían hacer un semestre en otro país, y yo no lo iba a poder hacer porque la temporada de básquet abarca los dos semestres. A esto había que sumarle que era una carrera más difícil de seguir si acá tenía que rendir alguna equivalencia y hasta ejercer. Eso me solucionó un poco también el dilema que tenía por decidir alguna de las dos carreras, y ahí terminé de elegir contaduría. Siempre me había gustado esa carrera, así que terminé yendo por lo que tanto me gustaba.
- En algún punto toda esta situación que planteabas cambió notoriamente. Hoy esa posibilidad de hacer una carrera a distancia ofrece más abanicos, además de que no contabas en ese entonces con las herramientas de hoy. No sé cómo te repartías en ese entonces.
. El básquet es demandante, eso está claro, uno tiene que invertir mucho tiempo y energía para hacer una carrera profesional. Pero a su vez también te deja bastante tiempo libre como para poder, no sé si trabajar de otra cosa porque me parece que los tiempos ya serían distintos y hay una variable en el día a día, pero sí uno se puede acomodar para hacer una carrera. En los años 90 como te decía la posibilidad de seguir una carrera universitaria era otra, tenías que estar en la ciudad donde estaba la universidad, porque había opciones a distancia pero eran pocas, como así también las opciones para rendir y demás, tenía que coincidir justo que no sea cuando tenías un viaje o un partido. En General Pico pasaba en ese entonces que tenía muy poquitas carreras, entonces si tenía que viajar a otra ciudad para rendir iba a ser mucho más complicado. Ahora, con las universidades privadas que ya tienen varias sedes en el país se te facilita todo un poco más, podés elegir cuándo rendir, en qué fecha, dónde... y ni hablar que ahora de la comunicación, internet mismo, está todo mucho más avanzado y ayuda.
- ¿Te ves en algún futuro ejerciendo?
. Mirá, me gusta lo que estudié, la contaduría, pero también tengo claro que no va a ser fácil ejercer. La realidad es que me recibí hace mucho, y tampoco tengo nada de experiencia laboral, entonces para conseguir trabajo no va a ser fácil. Mi señora es de Estados Unidos y quiere que nos vayamos a vivir allá porque la oferta de trabajo realmente es muy buena, salvo ahora con esta pandemia que hubo cantidad de despidos y problemas económicos. Pero una vez que se acomode todo esto, Estados Unidos estaba en un 3% de desempleo, y creo que hay mejores posibilidades de conseguir trabajo allá que acá, además tendría que revalidar materias acá y sería algo más complicado. Sí me interesaría y poder trabajar de esto en un futuro, pero también sé que no va a ser fácil, tendría que arrancar un poco de cero, ir de vuelta refrescando todo eso que aprendí hace varios años y viendo qué opciones de trabajo pueda haber para mí.
- ¿Futuro con el básquet?
. Pienso que cerca del básquet, en el sentido de ser entrenador o representante no, no son cosas que me atraigan. Sí me gustaría estar ligado al básquet de otra forma, quizá en un club de acá o en alguna universidad o staff de Estados Unidos, estar en la parte más administrativa, en una entidad pero teniendo otro enfoque.
- Bueno, desde ese lado un poco es cierto porque me quedó una frase que Leo Gutiérrez nos dijo en un Instagram Live, explicando que el tiempo que demanda ser entrenador obviamente tenía muchísimo más desgaste que en su faceta de jugador. Seguramente en ese sentido, conociéndote un poco, no apuntarías tanto a un cargo así.
. Lo que te dijo Leo es muy cierto. Ser entrenador y de vuelta comenzar a viajar, días lejos de la ciudad, lejos de la familia y seguir haciendo mudanzas de ciudades en ciudades, con la familia, los chicos, los perros (risas)... yo no me veo haciendo eso. La carrera del jugador es desgastante en ese sentido y seguir haciéndolo como jugador y agregarle otras presiones, más trabajo que tenés que hacer, más cosas que tenés que ir pensando y arreglando, no me atraería. Tampoco creo tener la personalidad para ser entrenador. Quizá el día de mañana lo pensaría un poco ser trabajar con chicos más chicos, entrenarlos, darles algunos fundamentos y técnica, eso podría ser porque es lindo estar ligado y transmitir lo que uno aprendió. Lo que sí no me veo es como entrenador de un equipo profesional, con todo lo que eso implica, lo mismo que ser representante porque eso me demandaría muchos viajes, lejos de la familia, también con presiones y negociando por ahí con gente conocida que son amigos o jugadores y por ahí esa relación cambia... entonces deja de ser lo mismo y cambia el vínculo, por eso tampoco me atrae mucho esa área.
- Bueno, en ese sentido siempre fuiste un jugador muy familiero así que imagino un poco cómo viene la mano. ¿Pudiste disfrutar un poco más de la familia y tu círculo en este último tiempo que te radicaste en Córdoba?
. Totalmente, y era mi anhelo. Después de tantos años estar jugando fuera de Córdoba quería volver. Gracias a Dios se dio, pude jugar tres temporadas en Atenas y después casi tres más en Barrio Parque. La verdad es que fue muy lindo, hacía varios años que no jugaba acá, y pasar a tener a mi familia y amigos en la tribuna fue algo muy lindo. Ese apoyo que siempre estuvo y está se hizo mucho más presente en estos años, y pude disfrutar los últimos partidos junto a ellos. Todos estos años fueron muy lindos, comencé en Córdoba muy chico y poder pasar los últimos años volviendo acá era algo que quería hacer.
- Suena un poco a ciclo cerrado, pero confío que no va a ser así.
. (Risas) La verdad es que no lo sé. No sé porque va a costar arrancar de vuelta después de tanto tiempo parado con esta pandemia y con la incertidumbre que hay por la temporada que viene. Va a ser difícil. Sinceramente me encantaría y hasta me hubiese encantado despedirme jugando, pero si se da así tampoco me voy a quejar porque la verdad es que he disfrutado estos muchísimos años que he estado jugando y desarrollando una carrera que me ha dado grandísimas satisfacciones. Soy un agradecido porque he tenido pocas lesiones, pude sacar provecho de cada equipo y pude disfrutarlo mucho. Jugar otro año más sería lindo y no lo descarto, pero lo veo muy difícil por todo esto que te decía.
- En algún punto está esto de rejuvenecerte constantemente en estos últimos años con el hecho de volver a casa, a tu Córdoba querida. Reconectarte con esto que hablábamos de la familia, tus viejos, los amigos, te ha hasta renovado para seguir en este último tiempo.
. Ni hablar. El jugador no solo implica la parte física y técnica, sino que también la parte mental también es importantísima en el desarrollo de jugador y en esto de poder aplicarlo dentro de la cancha. Creo que cuando uno se siente cómodo, tranquilo y sentir ese apoyo y cariño sea de amigos o familiares, después eso termina traduciéndose también dentro de la cancha. A uno lo afecta mucho todo ese entorno, sobre todo en los momentos difíciles, de lesiones o de angustia, tener esa contención, poder ir a la casa de alguien como por ejemplo me pasó ahora a mí que me vine para las sierras a la casa de mis viejos, tener esa forma de poder apoyarse, descargarse y demás, todo eso ayuda al rendimiento de uno. Sinceramente pasé unos últimos años muy lindos en Atenas y en Barrio Parque, y creo que tuvo que ver el factor de estar tranquilo en la ciudad de uno, cerca de toda esta gente. También demás está decirlo que uno se motiva hasta mucho más teniendo ese entorno íntimo cerca, cuando veo que están en la tribuna y fueron a verme obviamente uno va a querer jugar mucho mejor, hacer mejor las cosas y salir exitoso. Obviamente todo se transforma en positivo, en una motivación hasta para ir a entrenar, rendir y cuidarse. Con el paso de los años sabe que el físico cuesta un poco más, entonces uno trata de tomar todos los recaudos y cuidarse para después poder demostrar en la cancha que uno puede seguir ayudando al equipo.
- Para cerrar y volviendo al punto de partida de la charla... pienso esto de cómo te preparaste desde tan joven, más allá de que obviamente después formaste toda una trayectoria tremenda con el básquet a nivel profesional, formando parte de equipos históricos, selección... como que en algún punto si todo esto tan lindo que fuiste forjando desde tu carrera no se podía dar, en algún punto también tenías una especie de resguardo incluso con algo que tanto te gusta como esta parte de la contaduría.
. Sin dudas. Uno nunca sabe cuánto puede durar la carrera de uno y hasta quizá tu carrera se termina antes de tiempo por alguna lesión dura como han habido varios casos así. Quizá al poder estudiar, tener un título o hacer algún curso, son cosas que te facilitan mucho a la transición laboral si tenés que trabajar en algo que no sea el básquet. Te da un arma que es muy importante. Y si vos tenés la suerte de hacer una carrera muy larga, puede ser larga pero a su vez es corta porque cuando terminás de jugar tenés que seguir, esa vida deportiva tiene una fecha de vencimiento. Máximo uno puede jugar hasta los 40 años aproximadamente, pero después te quedan muchos años por delante y por ahí son pocos los jugadores que pueden salvarse por así decirlo sin necesitar trabajar después de retirarse. Me parece también que el ser humano necesita ocupar su mente en algo, tener motivaciones, buscar crecer y tener objetivos, y el estudio o ya tener una formación son cosas que nos hacen bien después del retiro. Las armas que te da el estudio son realmente buenas y necesarias pero no solamente después del retiro, sino también durante la carrera basquetbolística. Gracias a poder haber ido a una universidad en Estados Unidos aprendí a hacer mucho más hincapié en la formación del jugador sino también en la persona en sí, se trabaja mucho en la responsabilidad, la puntualidad, la concentración, la capacidad de atención y recepción, y sin dudas que el estudio te enseña todo eso también. Eso uno después lo vuelca y traduce dentro de la cancha, poder por ejemplo estar concentrado en los 40 minutos de un partido, la puntualidad para llegar a un entrenamiento, la responsabilidad de prestar atención a las indicaciones del plan de juego de tu entrenador para después poder llevar a cabo su idea dentro de la cancha, y la parte de decisión también, porque el básquet es un deporte donde tenés que tomar decisiones en fracciones de segundos, y creo que esa capacidad para resolver una situación contra un rival enfrente también te la da tener una buena capacidad intelectual. Son todos aspectos que desde el estudio y la formación uno lo aplica dentro de una cancha de básquet. Y yendo más atrás de eso, yo sino fuese por mis padres que me exigían de cierta forma ir a estudiar inglés cuando era chico, y la verdad que a mí no me gustaba tanto porque en esa edad solo quería jugar al básquet y juntarme con mis amigos, y era algo que gracias a ellos que nunca me negociaron esa parte después pude estudiar en Estados Unidos y recibirme, y poder adquirir todos estos aspectos que recién hablábamos. Es toda una cadena, que va desde que uno es chico, desde el entorno familiar donde a uno lo van formando y acompañando, y después todo se va desencadenando y va apuntalándolo no solo en su carrera deportiva sino también para toda su vida.