Informes Especiales · 23 de Junio de 2020
Joaquín Ríos, la apuesta que se convirtió en revelación
El escolta rosarino fue una de las apuestas de Gimnasia de La Plata en la pasada 2019/20 y le salió redondo. El pibe de 24 años brilló con 16,0 puntos de promedio, destacándose como uno de los jóvenes de mejor aparición en la temporada y liderando desde su juego. La historia de su decisión de irse de Rosario en busca de un sueño para explotar en la segunda categoría.
Por Lucas Leiva
Recapitulando la temporada 2019/20 podemos encontrar una serie de protagonistas destacados dentro de la reciente edición de la Liga Argentina, actores que estuvieron en los grandes planos por sus desequilibrantes desempeños, algunos revelándose, otros sosteniendo y otros más elevando rendimientos que ya venían siendo por más que distinguidos y respetados.
Dentro de ese grupo de jugadores que podríamos denominar como revelaciones, sin dudas que uno de los primeros nombres que se nos vienen a la cabeza es el de Joaquín Ríos. El rosarino es uno de los jóvenes que con sus rendimientos logró ser una muy grata sorpresa en la última liga, mostrándose como una de las banderas de su equipo, Gimnasia de La Plata, de forma simultánea en la que desarrolló su temporada debut dentro de la categoría.
Con 24 años (nació el 19 de noviembre de 1995), el escolta atravesó un año con muchos cambios y expectativas. Podría decirse que lo que para cualquier otro sería una campaña de transición ya que dio un salto de categoría, lo excelente que disimuló eso y la rápida adaptación que tuvo hicieron que esa transición sea prácticamente invisible. Brilló, terminó con números espectaculares para un debutante y fue una de las figuras más importantes que tuvo el Lobo durante los meses de competencia.
Ríos venía de jugar Liga Provincial en Rosario con El Tala, el club que adoptó como segunda casa, aunque también había tenido una experiencia interesante en el Torneo Federal con Atalaya, equipo con el que promedió 16,2 tantos por encuentro durante la 2018/19. Ahí es donde se produce su chance de saltar a la Liga Argentina, torneo que pisaría por primera vez y de la mano de Gimnasia. El resultado fue fantástico: 16,0 puntos, 4,2 rebotes, 3,4 asistencias, 1,8 robos y 34,0 minutos por noche (presente en los 33 partidos del elenco tripero en la 19/20, no se perdió ninguno). ¿Le costó en el cambio? Para nada, en absoluto.
"Estoy en Rosario, disfrutando de la familia que uno durante la temporada no puede estar y no la puede ver, disfrutando de los amigos, y ahora que habilitaron los gimnasios hace dos semanas estoy yendo al gimnasio y también habilitaron para que podamos salir a correr. Así que estoy poniéndome en forma después de estar prácticamente 3 meses parado, entrenando en casa que no es lo mismo que hacerlo en un gimnasio o en otro lado, y esperando que habiliten las canchas de básquet acá en Rosario para ver si podemos ir a tirar al aro, estoy esperando que El Tala envíe protocolo así veo si puedo ir. Mi preparador físico que es Gastón Amione me manda las rutinas para el gimnasio y salir a correr, y mientras tanto disfrutando y esperando qué hacer, viendo dónde iré a jugar, esperando ver qué ofertas llegan y en ese momento se analizarán para tomar una decisión", comienza explicando Ríos sobre su actualidad en el medio de la emergencia sanitaria.
Pero la historia de los cambios que tuvo Joaquín en este último año va un poco más allá de lo deportivo. Y es que en lo que fue toda una apuesta, Ríos tuvo que hacer algunas otras modificaciones en su vida, como el dejar su trabajo de 4 años en una empresa para mudarse a La Plata con el sueño del profesionalismo, lejos también de sus familiares y amigos, esos pilares en los que siempre se apoyó y apoya. Más allá de la situación sanitaria que interrumpió todas las actividades, claro está que la apuesta del joven rosarino valió la pena y no estuvo errada.
"Fue una temporada rara en lo personal, porque el dejar un trabajo de 4 años, dejar un club como es El Tala en el cual jugué 4 años también ahí y uno como que ahí ya tiene a sus amigos más que sus compañeros, después también pasar por Atalaya fue algo muy lindo y ahí es como que se me abren las puertas para lo que es la Liga ahora. Al principio no sabía qué hacer porque era como dejar todo y apostar a algo que no sabía qué me podía esperarme y ser. Pero tuve la suerte que mis viejos y mis amigos me apoyaron en esto, también el dueño del laburo se lo tomó muy bien, y hasta él me dijo que más allá de que me iban a extrañar mucho el básquet es lo que quiero y me gusta, que tenía que hacer lo que me gusta y que el día de mañana tenía las puertas abiertas por si quería volver. Y eso también fue un empujón para tomar la decisión y dedicarme al básquet, a ser jugador profesional".
Si bien empezó a dar sus primeros pasos deportivamente en el club Fisherton, el rosarino terminó de desarrollarse por completo en El Tala. Allí, su entrenador Gustavo Lalima, de reconocida experiencia por haber pasado por instituciones como Newell's, Sportsmen y con recorrido incluso internacional en sus recordados años por España (Valencia, Santa Pola, Ibiza, entre otros), también lo ayudó a convencerse de tomar la oferta de trepar a la Liga Argentina para mostrar su talento. Lalima fue y es una referencia vital para el joven escolta.
"Antes de tomar esa decisión me junté a tomar un café con el técnico de El Tala, Gustavo Lalima. Me dijo que aproveche estas oportunidades, que acá la gente me iba a bancar, tanto el club como el trabajo. 'Andá y demostrales a la gente lo que podés dar como jugador, no desaproveches la oportunidad', me dijo. Y eso me influyó mucho en la decisión que tomé. Para mí el Tete es el mejor técnico en mi corta carrera, es una persona a la que tengo muy en cuenta su punto de vista y opiniones, estuvo mucho en el exterior, hace 10 años que está en El Tala y para mí es un placer que me haya dirigido".
Como lo explica el propio jugador líneas atrás, Atalaya de Rosario, uno de los siempre buenos animadores que tiene el Torneo Federal, tuvo una importante incidencia para a posterior catapultarse a esta realidad. La realidad es que no se imaginaba tener el salto a la segunda división que terminó teniendo, y eso sirvió para posteriormente potenciarse y confirmar que estaba en un nivel acorde y productivo para la Liga Argentina. La referencia de otros rosarinos de elite, como justamente los que menciona a continuación, también le dieron cierto indicio de que el salto a la Liga iba a ser bueno.
"Después de la Liga Provincial y al jugar un Federal, quise ver de qué se trataba, quería probar. Al jugarlo, donde también tuve la suerte de que Mariano (Junco) y los chicos del equipo se portaron de diez conmigo, el club Atalaya también, fueron pasando los partidos y me acomodé dentro del equipo. Cuando pasó, volví a El Tala y dije 'Listo, ya está, ya jugué un Federal', pensé en que se terminaba esa parte por así decirlo como profesional y ya me dedicaba más a trabajar y en el medio jugar. Es lo que tenía pensado. Pero pasaron los días, me llegó la oferta de Gimnasia y la tomé pensando qué podía llegar a pasar".
"También el hecho de jugar en contra de Rodrigo Sánchez, Pablo Fernández, Omar Cantón y demás, al jugar con ellos en las selecciones, como que ya tenía una visión de lo que podía llegar a ser la Liga Argentina. Así que cuando tomé la decisión y llegué a la Liga, me pareció que todos somos más o menos iguales, que sí hay jugadores que sobresalen más, pero dentro de eso la temporada que tuve en Gimnasia la encaré pensando que todos podemos ganarnos entre todos y que todos somos iguales".
Ríos se ganó una muy positiva imagen dentro de la Liga Argentina a raíz de sus grandes actuaciones. Fue el octavo jugador que más puntos totales marcó en la pasada campaña (528 en 33 partidos), y dentro de Gimnasia fue el segundo máximo anotador detrás de otro punto altísimo como Pablo Alderete (16,9 para el ex Parque Sur, y los ya mencionados 16,0 para Ríos).
Quedó 7° en robos dentro de la 19/20 con 1,8 por partido, y 8° en promedio de triples convertidos (2,4 por partido, contabilizando un total de 79 y siendo el jugador que más tiros anotó desde el perímetro junto con Patricio Rodríguez y Federico Grenni. Además, sus 34,0 minutos promedio por noche lo transformaron en el 7° jugador de toda la Liga con mejor media de tiempo en cancha.
¿Motivos? Si bien Ríos menciona que todo este productivo año se dio por una serie de situaciones que pudieron jugarle a favor; como que el plantel tripero arrancó el año con varios lesionados y que eso le dio mayores posibilidades de mostrarse desde el arranque; o que también haya sido clave para su adaptación rápida el padrinazgo de un referente absoluto como Ezequiel Dentis, también rosarino y con años de experiencia en este nivel (tampoco hay que dejar de lado a Nicolás Gianella, el líder); la realidad es que una gran parte también dependió de sus propias capacidades de demostrar estar a la altura. No defraudó en absoluto para el entrenador Mauro Tartaglia, que confió en sus habilidades y Joaquín estuvo preparado para explotar su mejor versión.
"Fue un año muy lindo el que vengo de vivir en Gimnasia. Tuvimos un arranque no muy bueno en el juego porque tuvimos muchos lesionados, pero cuando el equipo se recuperó, cuando volvieron todos y se sumó también el americano, creo que eramos un equipo que podíamos dar pelea y tranquilamente estar dentro de los primeros 4. La temporada no se puedo terminar, pero dentro de todo creo que dejamos muy bien a Gimnasia, posicionado muy alto. La pasé muy bien, fue una temporada muy linda. Me hizo bien la llegada de (Ezequiel) Dentis, que es un tipazo, un crack como persona. Me apegué tanto a él como a Nico Gianella que son los jugadores más experimentados y además son quienes amoldaron el grupo para que el equipo se acomode realmente muy bien".
"Hubo varios chicos que se lesionaron en el principio de la temporada, y eso también influyó desde lo personal. Bolling se lesionó y no arrancó la temporada, y tanto Dentis como Nico Gianella también, y ahí fue cuando pensé que era el momento de demostrar lo que podía hacer. Creo que esa situación me sirvió para madurar también como jugador. Como equipo no nos fue bien porque no ganamos muchos partidos en esa primera fase, pero después cuando el equipo volvió a estar completo nos acomodamos. Pero en lo individual puede decirse que esa situación del principio de la temporada me permitió demostrarle a la gente y a mí mismo de lo que soy capaz. Obviamente que quiero seguir creciendo en esto, y me estoy entrenando todos los días para el día de mañana, donde me toque jugar, pueda demostrarle a la gente de lo que soy capaz".