Informes Especiales · 15 de Julio de 2020
Lautaro Fraga, la transformación del cerebro de Ameghino
El base de Ameghino viene de sosteniendo un nivel brillante en estos años, producto de un proceso de maduración y un clic que realizó desde lo deportivo. A los 28 años, está en el mejor momento de su carrera y se refirió a los ajustes que hizo para gozar de este presente.
Por Lucas Leiva
Lautaro Fraga es uno de esos jugadores que en los últimos años ha dado un salto de calidad tan importante como determinante, un golpe de timón que lo transformó al día de la fecha en uno de los dominantes dentro de su puesto y uno de los más requeridos dentro de la Liga Argentina. Sin dudas, el de Moreno atraviesa el mejor momento de su carrera, algo que es consecuencia de una serie de cambios y ajustes que pudo incorporar desde lo personal. Un ejemplo de que el trabajo y el sacrificio siempre rinden sus frutos.
El base viene de realizar una muy productiva 2019/20 defendiendo los colores de Ameghino de Villa María, club con el que hace un par de días renovó contrato pensando en la próxima temporada. En el León, Fraga logró asentar su rendimiento y subió la vara, algo que había dado grandes muestras en la campaña predecesora cuando militó las filas de Deportivo Norte. No obstante, esa curva ascendente que viene teniendo el jugador de 28 años (nació el 22 de enero de 1992) tuvo que tomar una pausa obligada a causa del periodo de inactividad deportiva por la situación de emergencia sanitaria de público conocimiento,
"Apenas vine de Villa María estuve en mi casa guardado sin salir dos meses enteros. Por suerte mi casa es grande y los espacios son amplios, vivo con mis viejos y mi hermana más chica. Eso en el primer tiempo se hizo muy llevadero porque también estábamos con la duda de si era solo un tiempito y volvíamos, de hecho dejé casi todo en Villa María y cuando me vine fue con un par de bolsos pensando que en unos días volvía. Como todos, en este momento que vivimos uno pasa por periodos donde está arriba pero también abajo", cuenta el propio Fraga sobre lo que fue y viene siendo la realidad que se atraviesa a raíz de la pandemia mundial.
Viene de tener una gran 2019/20 en el León de Villa María.
De todas formas, esto no le impide al base bonaerense ver la muy buena campaña que venía redondeando su equipo en la 19/20. Ameghino venía ubicado en el 7° lugar de la muy competitiva Conferencia Norte, con un equilibrio de 9 victorias en 18 presentaciones. Más allá del mencionado posicionamiento, también hay que remarcar que los cordobeses tenían entre uno y dos partidos menos que sus rivales más cercanos en la tabla, por lo que a priori estaba con chances de escalar más lugares.
"Nos costó encontrarnos un poco en la primera fase, pero justo nos sucedió todo esto en el momento que estábamos en plena levantada. Nos tocó esa rachita que ganamos seis partidos seguidos, en enero, cuando por ejemplo le ganamos a Barrio Parque en su cancha, y a San Isidro también en su cancha, jugando un básquet hermoso. Teníamos muchísima confianza, porque entrábamos en la cancha y estábamos convencidos de que íbamos a ganar. Cuando tenés esa sensación es algo hermoso. No importa si estás 10 abajo en un momento o si llegás a un final cerrado, algo te dice que ese partido vas a ganarlo".
Lautaro comenzó a hacer sus primeros pasos con el básquet en un club tan tradicional como Los Indios de Moreno, su segunda casa, generador de grandes estrellas (Eric Flor, Flor Chagas, entre otros jóvenes tuvieron sus inicios allí). De allí saltó a Obras para terminar de formarse, teniendo algunos minutos incluso en la rotación del equipo rockero de la Liga Nacional, aunque disminuida por su corta edad.
Con Los Indios, su cuna y el club de su barrio.
Del equipo capitalino se trasladó entonces al TNA, donde debutó en la categoría jugando para Alvear de Villa Ángela en la 2012/13. Luego recaló en el Torneo Federal, con pasos por Atlético Tala y San Lorenzo de Chivilcoy. Volvió a la elite para formar parte de las filas de La Unión de Formosa en la 15/16, y luego regresaría al tercer escalón para jugar por segunda vez con Atlético Tala.
Para la 2017/18 conseguiría sumarse a la Liga Argentina fichando para La Unión de Colón, y al siguiente año comenzaría una fuerte transformación en base a su desarrollo y maduración como jugador llegando a Norte en la 18/19. Allí, en los Tigres de Armstrong, consiguió tener una temporada superadora, explosiva, donde se sintió cómodo para posicionarse como uno de los jugadores top del equipo santafesino. Esto le permitió mudarse a Villa María en la 19/20, confirmando su gran nivel en Ameghino y convirtiéndose en uno de los jugadores más determinantes que tuvo la última temporada.
Como se explicó previamente, hasta ahora la última temporada en Liga Nacional para Fraga fue en La Unión de Formosa para la 2015/16, año donde aquel equipo dirigido en ese entonces por Guillermo Narvarte había arribado a las Finales de La Liga. Los formoseños perdieron ante San Lorenzo en esa definición, en lo que fue el primer título para los de Boedo, sin embargo tanto para el equipo como para Lautaro fue un año importante (el de Moreno promedió 7,3 minutos como ficha U23). Dentro de las múltiples vivencias, el base recuerda una de las anécdotas de aquella campaña referidas a su fuerte inclinación al trabajo y el entrenarse constantemente.
"En ese tiempo con La Unión, yo siempre me iba a entrenar antes para hacer fundamentos, dribbling y esas cosas... todos los días... no es que iba a picar la pelota sino que hacía una rutina intensa. Después en los entrenamientos había veces que me costaba, que llegaba medio fatigado. Y Guille (Narvarte) un día se me acercó y me dijo que quería que yo esté bien, al 100%, en los entrenamientos, entonces me pidió que no me canse en esa hora antes que todos los días hacía. Me tuvo que decir él que pare, solo no me había dado cuenta".
Jugó la 2015/16 con La Unión de Formosa, equipo con el que llegó a las Finales de La Liga (foto: La Liga Contenidos)
Pero su cambio no viene desde La Unión de Formosa, sino que tendríamos que venirnos un poco más adelante en el tiempo para ello. Desde las sensaciones de Lautaro, el más indicado en poder describir su propia transformación, el clic fue a partir de su llegada a Norte para la 18/19, donde disparó su nivel a un importante escalón gracias a algunos cambios de hábito, la confianza y la libertad en su juego que le brindaron desde el club.
"Para mí el mayor cambio fue hace muy poco, en Norte. Si bien con La Unión tuve la posibilidad de volver al TNA, sumar minutos y todo, fue una temporada aceptable. Ya cuando me voy a Norte sentí que volví a ser yo. Lo que fue el equipo, el entrenador Alejandro Cupulutti y su cuerpo técnico, la forma de jugar de Norte. Me sentí pleno y libre, y eso, de jugar tan libre, ser vos y encima rendir, fue un clic en lo deportivo. Después en lo extradeportivo, respecto a conducta, cuidados, hábitos, alimentación, también lo terminé de afianzar en Norte porque teníamos nutricionista por ejemplo y ahí ya teníamos avalado qué comer y cuándo. En ese momento empecé a tomar habítos nuevos, viendo lo que me hacía bien, y ya este último año en Ameghino lo terminé de afianzar".
Tendiendo a no conformarse y buscando la superación constante, Fraga confiesa que más allá de saber que hoy se encuentra en su mejor momento deportivo también le hubiese llegado a este punto de maduración mucho antes, un cambio de cabeza que claramente le permitió hacer algunos buenos ajustes pero que resultaron claves para esta actualidad que vive.
Resumiéndolo un poco en números; de aquel año en La Unión durante la 2017/18 donde promedió 9,4 puntos, 1,6 rebotes y 1,9 asistencias en 23,2 minutos, pasó a tener en la 18/19 un importantísimo rendimiento con Norte donde sobresalió con cifras magníficas de 15,3 puntos, 2,2 rebotes y 4,2 asistencias en 32,8 minutos. La confirmación vino este último periodo en Ameghino, sosteniéndose con dominantes 11,0 puntos, 2,8 rebotes y 6,5 asistencias en 31,7 minutos.
"Me costó darme cuenta de las cosas a rajatabla y de forma tan estricta, a los 27 años me llegó (risas), pero sinceramente hoy siento que estoy en mi mejor momento. Para ser sincero, me hubiese gustado tener esta visión, este panorama y esta seriedad en todo sentido hace 8 años, pero no me arrepiento de nada y si tenía que suceder así no pasa nada. La parte de entrenar y de hacer básquetbol, la dedicación para entrenar y exigirme siempre al máximo, es algo que tuve desde muy chico y por suerte la sigo teniendo. Es parte de mi vida, de mi forma de ser y del compromiso con el que me tomo el básquet. Como decía, hoy siento que agarro todas las características buenas de un deportista profesional, las tengo bien claras y además las disfruto. No es que sufro entrenar o con las comidas, sino que lo disfruto muchísimo, y así por supuesto que se hace muy llevadero. Pienso que el cambio fuerte fue en Norte, en Ameghino seguí cambiando más aún y la realidad es que hoy me siento pleno".
En Norte de Armstrong tuvo un salto de calidad notorio.
Parte de esta transformación de Lautaro también tiene que ver con cómo cambió su función dentro de la cancha. Si bien el cambio lo empezó a hacer hace dos años jugando más como escolta en Armstrong, la realidad es que la búsqueda del jugador también pasaba por tener mayores responsabilidades en el puesto del base. Allí, en el medio de esa mutación, apareció Ameghino, que le ofreció ser el armador titular del equipo. Todo encajó desde un principio en Villa María, porque tanto el León como Fraga querían exactamente lo mismo, y ahí fue la decisión fue más fácil de tomar.
El propio jugador relata los objetivos con los que llegó a Ameghino, su necesidad que se acopló a la perfección con lo que buscó desde el primer momento el entrenador Pablo Castro, y su gratitud al club cordobés del cual ya tenía grandes referencias que terminó confirmando con las gratas vivencias que presenció en la pasada 19/20.
"Me fui a Ameghino a buscar consolidarme en la posición de base, para ya en un futuro ser un verdadero 1. Obviamente que me gusta también jugar de 2, pero yo quería ser 1 y este último año fui a buscar eso. En Norte era más un 2, compartíamos la base con Rodrigo (Gallegos) pero él tomaba más tiempo en la posición del 1, terminábamos formando una doble base bastante picante. Este año la idea con Martín Budding (su representante) fue la consolidación como base, Ameghino fue el primero que se ofreció que me quería y encima para jugar de 1".
"Me habían contado antes de ir cómo era y cómo se manejaba el club, pero la verdad es que vivirlo fue tremendo, me sorprendieron. ¿Quién te da un bono de fin de año? Nadie... después cómo no vas a rendir en la cancha, si lo único de lo que tenés que ocuparte es en jugar. Me llamaban, me estaban ofreciendo un buen contrato, era lo que yo buscaba y quería, tenía desde siempre muy buenas referencias del club y me hablaron maravillas... entonces ni lo dudé, fui por eso. Creo que fue la mejor decisión que pude haber tomado tanto el año pasado como este año. No dudo que fueron las mejores decisiones que tomé, el año pasado porque al final de la temporada los números lo demostraron, siento que he tenido muy buenos partidos con gran nivel y confianza; y mi idea para este año fue que apenas comenzó a transcurrir la temporada ya me querían renovar de vuelta".
Con 6,5 asistencias por juego, fue el segundo mejor asistidor de la Liga Argentina 2019/20 (foto: Agos Molina para Prensa Ameghino).
Sobre lo que hace unos pocos días llevó a su renovación con el León pensando en la temporada 2020/21, a Lautaro simplemente le alcanzó con entablar charlas tanto con Pablo Giraudo (dirigente y Director General del proyecto basquetbolístico de Ameghino) como así también con su técnico Pablo Castro. La planificación del club, esa línea de trabajo que ha estado desarrollando en estos últimos años a través de su serio proyecto y el ambicioso objetivo de ir por todo buscando ascender a la Liga Nacional, terminaron de convencer al base para poner la firma y seguir vistiendo los colores del club de cara a lo que viene.
"El llamado llegó rápido, tanto del dirigente Pablo Giraudo como del entrenador Pablo Castro que me dijo que quería que fuese yo quien comande el equipo, porque le gustó mucho cómo había jugado esta última temporada, el carácter y demás. Me dijo que el objetivo es ascender, y que quería que yo fuese el base del equipo... ¿Cómo voy a decirle que no a eso?... antes estaba en la duda de si esperar o no algo de Liga, pero cuando me ofrecieron renovar en Ameghino ni lo dudé. Me ofrecieron buscar el ascenso con un equipazo, y quiero ser yo el que ascienda. Así que fue simple, porque encima venía de vivir un año hermoso, donde tuve buenos números y me sentí el dueño del equipo dentro de la cancha, teniendo la llave para hacer y deshacer... ¿Qué más puedo pedir? Encima con una ciudad linda, la gente agradable, un muy buen equipo... no lo pensé más y cerré".
Así, con ilusiones renovadas y la ambición de ir por todo en la próxima temporada, Fraga continúa dando sólidos pasos en su carrera. Más allá de que bajo su óptica pudo haber tenido una explosión algo tardía, sin dudas el salto de calidad que viene atravesando es más que interesante y no es casualidad que se haya convertido en uno de los jugadores de mayor peso dentro de la competición. Está claro que es causalidad, apoyada en su incansable trabajo diario desde siempre y ese chip metal que supo desarrollar a tiempo para estar hoy en un gran presente.