Informes Especiales · 27 de Julio de 2020
Argentino y un título glorioso en la temporada 2009/10
Recordamos uno de los años más importantes en la historia del Turco de Junín, cuando logró no solo el ascenso a la Liga Nacional sino también el título de la segunda categoría en la 09/10. Las voces de Pablo Espinoza, Santiago Scala, Santiago González y Luciano Tantos.
Por Lucas Leiva
La temporada 2009/10 de la Liga Argentina quedará marcada como la campaña del título y ascenso de Argentino de Junín. Sería la segunda vez que el Turco tendría una campaña promocionándose a la A, recordando que siete años atrás lo había conseguido por primera vez, en el 2003. En aquel entonces se mantuvo durante tres temporadas en la máxima división, para descender al segundo escalón en 2006. Pero desde allí comenzaría la operación retorno, paso a paso para concretar la vuelta de un histórico al lugar al que pertenece: la elite.
Por eso, para empezar a contar lo que fue aquella histórica 2009/10, hay que irnos un poco más atrás en el tiempo, recordando el paso a paso de un Argentino que siempre tuvo un peso muy fuerte dentro del TNA/Liga Argentina, protagonizando campañas excelentes, en algunas llegando más lejos que en otras peros siendo un constante animador del certamen. Así nos vamos a lo que fue su primera campaña tras bajar de la A, y el recorrido hasta llegar a ese año memorable donde arrasó.
La 06/07 fue para reacomodarse en la categoría, y en un equipo que entró a playoffs (puntero del TNA 2) pero que cayó en el primer cruce de reclasificación ante Española de Charata por 3 a 1. El equipo había comenzado con Javier Bianchelli al mando pero luego fue sustituido por Alejandro Paquito Álvarez, teniendo algunos jugadores destacados como Josi Gil, Fede Sureda o Lucas Bianco, entre otros.
Luego llegó la 07/08, teniendo algunos juveniles hoy reconocidos por ser figuras en la Liga Nacional. De este último grupo destacamos a un muy pequeño Pablo Espinoza y Enzo Caferatta, completando el grupo de jugadores con Josi Gil, Pablo Martínez, Ariel Pau y Martín Pasquinelli. Allí, con algunos cambios de entrenadores donde Héctor Santini fue quien quedó hasta el final del año, alcanzó las semifinales de la temporada en un cruce que definía un boleto por el ascenso, aunque no pudo ante Lanús y terminó cayendo 3 a 0 con desventaja de localía.
Para la 08/09, se mantuvieron algunas piezas del equipo anterior donde destacamos nuevamente a Pablo Espinoza. Llegaron otros jugadores que con el tiempo también serían importantes dentro de la historia, como Selem Safar, Jonatan Slider, Fede Aguerre, Sureda y Juan de Dios Cansina, donde también empezó a tener minutos un surgido del club como lo es Santiago Scala. El equipo hizo una buena campaña, de menos a más, terminando líder en el TNA 2 para luego caer en el primer cruce de playoffs contra Belgrano de San Nicolás, en reclasificación y por 3 a 1.
Así llegamos a la emblemática 2009/10, que se construyó con el cambio de entrenador, algo que si bien no fue el primer movimiento del club terminaría siendo fundamental. La dirigencia contrató entonces a José Cottonaro, santafesino que en ese entonces venía de dirigir a Española de Charata y Alma Juniors de Esperanza. Acompañado en su cuerpo técnico por Raúl Scaglione (asistente) y Julián Aiub (PF), la llegada de Cottonaro fue clave, pero también hay que destacar que en el Turco ya había empezado a formarse el plantel con un par de fichajes y renovaciones.
Cottonaro fue vital desde el manejo del grupo en todo sentido. Y es que en su forma de juego, donde Argentino se sintió muy cómodo jugando un básquet que se fue afianzando cada vez más desde la defensa, la rotación fue determinante y prácticamente los jugadores promediaron 15 minutos cada uno por noche. Eso permitió que siempre se sostenga una fuerte intensidad, repartiendo roles claros, jugando un goleo bajo pero siendo una muralla en el aro propio. Costaría algunos partidos demostrar la verdadera forma de este equipo, pero con el paso de los partidos se convertiría en un serio candidato.
Párrafo aparte para uno de los aspectos importantes por los que también fue especial ese año. Y es que Argentino se trasladaría a jugar en el Fortín de las Morochas en esa 09/10, teniendo en cuenta que años anteriores venía ejerciendo localía en la Cúpula de la Sociedad Rural. Ese año comenzó con varias refacciones, con muchísimo trabajo de la dirigencia por volver a su barrio y por todo un grupo de personas que pujó para que ese anhelo termine concretándose. Más allá del ascenso, la realidad es que aquella campaña también quedó marcada por este evento importante para la historia de la institución.
Volviendo al armado del equipo, en primera medida se dio la continuidad de jugadores como Pablo Espinoza y Selem Safar (de lo mejor del equipo, goleador con 14,1 puntos por partido en aquella temporada), mientras que otro de los pibes del club que empezó a sumar muchos más minutos fue Santiago Scala, en aquel entonces una de las fichas juveniles del equipo y que ya venía de bastante rodaje también en la temporada anterior.
Espinoza en uno de los partidos de fase regular ante 9 de Julio de Río Tercero.
Pablo Espinoza fue fundamental, siendo otro de los máximos exponentes ofensivos del Turco con 11,9 puntos y 7,7 rebotes en 27,0 minutos. El chaqueño es casi un juninense por adopción, y es que allí fue donde prácticamente se terminó formando como profesional, siendo Argentino el club donde estuvo por 8 años, desde 2003 hasta el 2011.
"Al principio no habíamos arrancado bien, no veníamos aceitados y la continuidad de Cotto quizá llegó a estar un poco complicada en un momento, pero igual teníamos un equipo con muchos jugadores buenos con Javi Ceci, Bertucelli, Pasquinelli, Pablo Martínez, Santi González... jugadores que ya habían jugado en la categoría. Después veníamos un par de jugadores más chicos como Selem, el Panda y yo, que recién estábamos arrancando esto de ser jugadores profesionales y buscábamos sumar minutos en cancha. Tener a José Cotto como entrenador nos ayudó mucho porque tanto dentro como fuera de la cancha unía al grupo, a los dirigentes y a los sponsors inclusive (risas). Fue fundamental eso para tener el equipo que tuvimos", rememora Pablo sobre el grupo de aquel año.
Santiago Scala también fue determinante, porque si bien ya había demostrado sus grandes condiciones en la temporada anterior, en esa 09/10 podría decirse que terminó explotando. Hoy con 29 años podemos encontrarnos con uno de los mejores bases que tiene la Liga Nacional, pero para todo este presente hizo falta un pasado, y la mirada hacia atrás para el Panda es desde esos orígenes en Argentino de Junín, su casa, y un año fantástico donde brilló con 8,9 puntos y 1,8 asistencias en 27,7 minutos.
"Fue un año increíble tanto adentro como afuera de la cancha, fue algo único para mí y a medida que más pasa el tiempo va teniendo más valor. Fue un año donde volvimos a nuestra cancha, nuestro barrio, nuestra esencia... después de varios años de mudarnos a la cúpula de sociedad rural de Junín. La dirigencia decidió volver al barrio con todo el esfuerzo que eso conlleva, eran entrenamientos entre polvo y hasta algunos escombros a veces (risas)".
Scala junto a Pasquinelli en los festejos tras el título y ascenso (foto: Diario Democracia).
A su vez, el primer refuerzo confirmado para Argentino fue Santiago González, que venía de jugar Liga Nacional con El Nacional de Monte Hermoso. Para el pivote, uno de los históricos jugadores de la categoría, sería el primero de los cuatro ascensos que conseguiría al día de hoy en su exitosa carrera, por eso, fue uno de los que inicia recordando lo que fue aquella inolvidable campaña en el Turco con su regreso al barrio.
"Si bien teníamos un equipo largo donde se mezclaba experiencia, donde había muchos chicos que hoy tienen muchísima experiencia y jerarquía en la Liga Nacional como Santi Scala, Selem Safar y Pablito Espinoza. Estábamos muy bien armados en los puestos de la base, de los aleros y los pivotes. Teníamos un americano que se acopló muy bien. Llegué a un lugar como el básquet de Junín donde desde antes ya todos me hablaban sobre cómo se respiraba y vivía, con la fervorosidad, entusiasmo en las calles y día a día... todo como algo muy colorido y muy lindo. El barrio estaba bastante convulsionado porque después de mucho tiempo volvían a llevar al Barrio de las Morochas el estadio que estaba en la sociedad rural, donde hicieron las veces de local cuando estaban en Liga Nacional y los años de TNA siguientes".
"Recuerdo que volver al barrio fue la primera movida de esa temporada, el club invirtió mucho esfuerzo y plata, se veía trabajando a los hinchas trabajando, clavando maderas y pintando... algo que me sorprendió para muy bien porque eran chicos que lo hacían realmente por amor al club. Nunca había visto algo así, yo venía de jugar Liga Nacional y encontrarme con eso fue sorprendente, por ese tan fuerte amor al club que vi, algo totalmente diferente. Había mucho entusiasmo de que se vuelva a jugar en esa cancha, donde hicimos toda una fortaleza y no perdimos ningún partido de local. Eso fue importantísimo, porque quizá jugábamos con 1500 personas pero parecía que había 10 mil, era un aliento constante".
González, que en aquel entonces tenía 25 años, promedió una campaña interesante en aquel Argentino con números de 4,2 puntos y 3,7 rebotes en 14,7 minutos por noche (jugó 36 partidos). Pero no fue el único que formó parte del plantel junto a los juveniles mencionados, sino que desde ahí el equipo fue construyéndose con otros jugadores que terminaron siendo también importantes dentro del grupo.
Se fueron sumando otras piezas, teniendo en cuenta que llegaron Javier Ceci proveniente de Oberá TC; más Lucas Bertucelli y Luciano Tantos, ambos desde Alma Juniors. Lucho Tantos, que también estaba haciendo sus primeros pasos como profesional más allá de tener un par de temporadas sobre los hombros, también se refirió a aquella campaña en el Turco. El base promedió 1,9 puntos, 2,5 rebotes y 0,9 asistencias en 14,9 minutos (36 partidos jugados).
"En lo personal esa temporada con Argentino fue maravillosa, fue ascenso y campeonato. Fue lindo, porque fue de local, en una cancha de Argentino que explotaba. Imaginate que explotó durante toda la temporada y en la final... sinceramente eso hay que vivirlo porque es muy difícil de explicar lo que fue. Es más, lo cuento ahora y se me pone la piel de pollo con el simple hecho de recordarlo. Teníamos un equipo bárbaro, donde hoy en día la mayoría son jugadores de elite. Un grupo maravilloso en el cual jugáramos 2, 10 o 30 minutos nadie decía nada y todos tirábamos para el mismo lado. Afuera de la cancha también se armó un grupo muy lindo, conformado por chicos jóvenes y mayores que iban a la par nuestra. Fue muy lindo".
El sexto mayor confirmado fue el alero Pablo Martínez, conocido de la casa por haber nacido en la institución pero que volvía al club tras su paso por San Martín de Junín en Liga B. Otro que llegó fue Martín Pasquinelli, que llegaba tras su paso por Española de Charata y Firmat FC, donde incluso estuvo a punto de renovar con el club santafesino hasta que a último momento decidió mudarse a Junín para vestir los colores de Argentino. El equipo se completó con el arribo de Sylbrin Robinson como ficha extranjera, otro jugador más con pasado por Alma Juniors, más allá de también registrar pasos previos por Belgrano de San Nicolás y Lanús.
El equipo se completó con otros juveniles además de Scala, recordando que también estuvieron Maxi Asán, Emanuel D'Angelo, Joaquín Gamazzo, Ammiel Márquez y Seba Bongiorni.
Previo al arranque del calendario, el Turco participó de la Copa Argentina donde compartió grupo con los marplatenses Peñarol y Quilmes además de otro juninense y clásico como Ciclista. No fue un buen comienzo para el equipo de Cottonaro, que ganó solo uno de los seis partidos que disputó por este certamen (75-68 a Ciclista en el Fortín, con 20 puntos de Scala más 13 de González, 12 de Safar y 11 de Martínez) y no pudo avanzar más. Desde ahí, hubo dos semanas para preparse para la campaña regular.
"El equipo siempre se mostró con muchísimos ánimos y ganas de crecer como equipo. Recuerdo que el primer partido que jugamos fue por Copa Argentina, que se hacía en ese momento, y contra Ciclista. Nos tocó jugar en Las Morochas, y sinceramente fue muy lindo volver a ver la cancha llena, con todo lo que la gente de Argentino da. Aparte ese partido también lo ganamos", cuenta Santi Scala sobre lo que fue una de las primeras pruebas de regreso al barrio, ganando el clásico en casa.
Gran año para el Panda Scala en aquella 2009/10, dando un salto de calidad pleno (foto: Básquet Junín Ya)
Puliendo detalles y buscando mejorías dentro del sistema del equipo, llegaría entonces el primer partido de la temporada, con Argentino protagonizando el juego inaugural de aquella 2009/10. En dicha ocasión visitó a Ciudad de Bragado, logrando un estreno donde a pesar de pelearla terminó cayendo por 87-82 frente al equipo que en aquel entonces era comandado por un histórico de Argentino: Adrián Capelli. Pasquinelli y Safar lideraron el goleo del Azul (18 y 14 unidades respectivamente), pero no alcanzó para festejar en ese final cerrado.
El primer triunfo llegó en la segunda jornada, en Junín e imponiéndose ante Firmat FC por 75-63. Scala (19 puntos), Safar (14) y Martínez (13) lideraron el goleo del equipo de Cottonaro, ya rotando bastante el quinteto inicial pero siempre con la misma filosofía de jugar en un escenario de no muchos puntos pero siendo firmes en el fondo. La tercera jornada, nuevamente fuera de casa, sería con derrota en Monte Hermoso ante El Nacional (72-61), pero entonces se dio el primer golpe en la ruta luego de vencer a Independiente de Neuquén por la mínima y en un partidazo (63-62). El balance empezó a ser más positivo para los juninenses en la Zona Sur.
Mientras que en la quinta fecha Argentino quedó libre, en la sexta jornada volvería a salir a la ruta y eso le daría la hasta ese entonces derrota más abultada dentro de la temporada: 82-67 contra Independiente de Tandil en el Duggan Martignoni. Sin embargo, en el regreso a Junín volvió a mostrarse firme después de vencer a Ciclista en un clásico con bajo goleo por 59-41. Otro duelo de visitante con caída frente a Firmat por un ajustado 76-73 complicaba un poco los planes del equipo por entrar al TNA 1, ya que en aquel entonces se posicionaba cuarto detrás de un líder muy fuerte como Ciudad de Bragado y otros equipos que venían más aceitados como El Nacional e Independiente de Neuquén. Pero claro, faltaba un tramo largo por recorrer.
Argentino volvió al Fortín, a su casa, donde tan cómodo se sintió durante todo el año, y encadenó un doblete de victorias: 78-64 a El Nacional y luego 76-68 contra Independiente de Neuquén, en dos paradas clave para tomar un envión en la tabla. La undécima jornada la tuvo nuevamente libre, para entonces cosechar dos puntos más ante Independiente de Tandil, en un partido que se le dio ganado de antemano ya que el Rojo tandilense se presentó en Junín con menos jugadores de lo que estipula el reglamento. Ante no completar esto la visita de turno, el juego se le dio por ganado a Argentino.
Lo siguiente en el calendario fue el clásico de la ciudad, en una nueva entrega de estos emocionantes juegos aunque en esa oportunidad fue de visitante en el Chuni Merlo. Argentino perdió ese partido ante Ciclista por 83-77, en lo que fue el estreno de Kevin Francis como nuevo extranjero tras el corte de Sybril Robinson. De local en el Fortín se cerró la primera fase, y allí fue donde el Turco se aseguró un lugar en el TNA 1 después de derrotar a Ciudad de Bragado por 87-80. Asi, entró como cuarto clasificado con un récord de 7 victorias en 12 presentaciones.
"Empezamos el TNA de una forma un tanto irregular, hasta hubo algunas dudas sobre el equipo. Por suerte y siempre poniendo al equipo ante todo, empezamos a mejorar y funcionar. Afuera de la cancha eramos muy unidos y disfrutábamos cada viaje gracias a la buena onda y predisposición de cada integrante, ya sea de los jugadores, cuerpo técnico y también de los dirigentes", analiza el Panda Scala sobre el entendimiento que tuvo todo Argentino desde el primer momento, siendo un aspecto fundamental para que a la larga todo termine funcionando.
A su vez, Santi González también valoró el importantísimo rol que tuvo Cottonaro para el ensamblado del equipo: "La gran virtud de Cotto fue poder comandar y llevar un grupo desde la parte humana. Fue un grupo que la pasó muy bien durante todo el año, tanto dentro como fuera de la cancha. Cada uno se puso al servicio del equipo y en eso le doy un gran crédito a José que pudo crear un ambiente dentro del cual cada uno se pudo sentir a gusto con lo que hacía. Como decía, eramos un equipo muy largo de muchos jugadores, en aquel TNA se jugaba con 8 fichas mayores y cualquiera de nosotros podíamos estar en cualquier quinteto titular del equipo que fuese de ese momento del TNA. La pasamos muy pero muy bien, fue un año muy lindo. José nos pudo liderar tanto desde lo deportivo como desde lo humano esa mixtura que logró con todos los jugadores participantes, haciéndonos sentir a gusto... creo que esa fue su gran virtud".
Safar, de los puntos más altos que tuvo el Turco en la temporada (foto: Básquet Junín Ya)
¿Cómo se conformó el TNA 1? San Martín de Marcos Juarez, San Martín de Corrientes y 9 de Julio de Río Tercero por el Norte, mientras que del Sur se metieron Ciudad de Bragado, Ciclista, El Nacional y el ya mencionado Argentino. Al TNA 2 quedaron relegados Belgrano San Nicolás, Firmat FC, Oberá TC, Alma Juniors, Italiana de Charata e Independiente de Tandil. Acá cabe destacar que Independiente de Neuquén se retiró de la competición.
La segunda fase, ya en el TNA 1, Argentino arrancó sumando una importante victoria fuera de casa tras imponerse ante San Martín de Marcos Juarez por 61-55. Y luego, para seguir sumando, volvería a ganar derrotando de local a El Nacional por 87-69. El equipo de Cottonaro iba a mostrarse cada vez más afianzado, por la firmeza con la que empezó a acomodarse en el campeonato. Si bien tuvo la tercera jornada libre, volvió a ganar nuevamente en el cuarto partido de la fase al vencer en su estadio a San Martín de Corrientes por 65-59. En la quinta, derrotó otra vez ante su gente en Junín a Ciudad de Bragado por 90-82. Hasta allí, y sumando el cierre de la primera fase, los azules llegaron a encadenar 5 victorias consecutivas para posicionarse como líderes de la tabla.
El equipo perdió el invicto de esta segunda fase en Río Tercero, visitando a 9 de Julio para caer por 90-80, en una jornada donde el Patriota también trepó a lo más alto para compartir la cima de la zona junto al Turco. Sin embargo, la recuperación para Argentino fue rápida, ya que le ganó el clásico a Ciclista de local por 74-63 y con la caída de Nueve pasó a quedar nuevamente como único puntero. Una dura caída en Monte Hermoso ante El Nacional por 84-69 pondría un poco en juego la punta una vez más, no obstante después de una fecha libre el Turco volvió a sumar y con tres victorias determinantes se acomodó casi por definitivo: 62-54 a San Martín de Corrientes en Junín, gran 74-73 de visitante en Bragado contra Ciudad, y un sólido 88-71 a 9 de Julio de local en el Fortín.
Más allá de perder el clásico ante Ciclista de visitante por un ajustado 70-64 en la anteúltima jornada (en el verdirrojo debutó Hernán Laginestra como entrenador), todo el camino de Argentino quedaría allanado para llevarse el 1 de la tabla, venciendo en la última fecha de la regular a San Martín de Marcos Juarez por un claro 81-68. Los de Cottonaro se quedaron con el primer puesto del TNA 1 con un registro de 9 triunfos en 12 presentaciones, escoltados por 9 de Julio de Río Tercero, San Martín de Corrientes y El Nacional. Esos cuatro equipos se metieron directamente en cuartos de final, donde terminaría encontrando su mejor versión de la temporada, en esa parte tan clave y fundamental para la que todos se preparan desde el primer día.
El rival en cuartos fue Belgrano de San Nicolás, que venía de ganarle a Oberá TC en la reclasificación por 3 a 1. Aquel equipo conducido por Ángel Cachari tendría jugadores reconocidos dentro de la categoría, como un muy joven Gregorio Eseverri que con el paso de las temporadas se terminaría convirtiendo en uno los históricos del ascenso, Javier Ledesma, Facundo Brizuela, Juan Manuel Gandoy, Mariano García, Sergio Ravina, Sebastián Pardal, Pablo Jaworsky y Lisandro Villa.
La acción comenzó en el Fortín, donde el Turco fue contundente en el primer episodio de la serie y se llevó el primer partido por 88-58. Aquella noche, sumando al gran juego de Selem Safar (goleador y figura con 22 unidades), el local tuvo otros tres jugadores en doble dígito de puntuación como Santiago Scala (11), Pablo Espinoza (10) y Martín Pasquinelli (12). En el segundo encuentro, Argentino volvió a sumar un triunfo, por 82-74 y puso la llave 2 a 0 arriba match point, otra vez con una noche brillante de Safar (28 puntos) y varios actores importantes en el goleo (Javier Ceci con 10, Espinoza con 10 y Kevin Francis sumando 15).
En San Nicolás, Argentino terminaría de cerrar su serie después de imponerse por 85-71 en el Fortunato Bonelli. Esta vez Francis fue el máximo anotador del juego con 20, pero nuevamente fue escoltado por Santi González (18), Safar (14) y Ceci (14). Sellando el 3 a 0 definitivo, el equipo de Cottonaro se clasificó a las semifinales del torneo. Como apartado, después de esa serie y preparándose para meterse en la siguiente ronda, Argentino hizo un movimiento dentro de sus filas y ante la lesión de Martín Pasquinelli incorporó a Mariano García, que venía de jugar justamente en Belgrano.
"Fuimos invictos de local, logramos salir primeros en el TNA1 y eso hizo que tengamos la localía en todos los playoffs. Nos tocó belgrano de San Nicolás en cuartos y lo pudimos ganar 3-0 poniéndonos fuertes, y te diría que ya como candidatos a esa altura del año. Algo fue impensado porque supuestamente se había armado un equipo para competir, pero nosotros ya nos habíamos metido en semifinales y demostrando un buen básquet", reflexiona Santi Scala. El Turco ya se encaminaba cada vez más rumbo a algo épico.
Contra El Nacional de Monte Hermoso, Argentino tendría una serie clave para encaminarse al título. Si bien ya estábamos en instancias de semis, los síntomas que fue mostrando ese cruce de playoffs fueron determinantes. Los montehermoseños venían de también barrer a San Martín de Marcos Juarez en la fase anterior (3 a 0), y aquel cuadro conducido por Mauricio Santángelo estuvo compuesto por grandes jugadores como Lucas Pérez, Alexis Elsener, Mario Sepúlveda, Ezequiel Dentis, el extranjero Francis Nwankwo, Nicolás Paletta, Jervaughn Scales y Bruno Gelsi.
La historia comenzó en Junín donde Argentino se impuso por 75-64, de la mano de un gran aporte de Javi Ceci (19 puntos) más otros actores en alto rendimiento como Francis (12), Espinoza (11) y González (10). El segundo encuentro volvió a pertenecer al Turco, que ganó una vez más tras un importante 68-59, con Safar y Espinoza como los máximos anotadores del juego (15 y 14 unidades respectivamente). Los juninenses habían quedado nuevamente a una victoria de pasar otra ronda de playoffs.
Con la serie trasladándose a Monte Hermoso, El Nacional consiguió imponerse por 74-62 en el Polideportivo Municipal y descontó en la serie (Pablo Martínez anotó 16 unidades en el Turco). El cuarto partido también fue para el dueño de casa, ya que el equipo del balneario ganó por 77-72 (Safar 19 puntos, Espinoza 18) para empatar 2 a 2 las semifinales y obligar un quinto juego definitivo, que se iba a resolver en un principio de regreso a Junín.
Sin embargo, incidentes en Junín hicieron que el partido deba suspenderse, donde incluso se cambió la localía. Una prueba de fuego muy grande para Argentino, que iba a salir de su imbatible Fortín para trasladarse al estadio de Obras, donde ejercería condición de anfitrión para definir una durísima llave ante El Nacional. Y más allá de no estar en Junín ante su gente, los de Cottonaro sacaron adelante un partido muy reñido hasta el final, festejando por 81-77 tras dos libres de Ceci y clasificándose a la final del campeonato para buscar el ascenso. Francis, con 24 unidades, fue la figura de aquel encuentro, escoltado por Safar (16), García (14) y Espinoza (11).
La serie contra El Nacional fue vibrante (foto: Diario La Verdad).
Aquella serie contra El Nacional quedó en la memoria de todos. Si bien ya era una instancia por demás crucial, ese cruce adquirió un peso mayor aún por cómo se fueron dando los partidos, peleadísimos de principio a fin, y con este dato que mencionábamos sobre definir el quinto punto en cancha de Obras, sin poder hacerlo en el Fortín que tan bien le sentó durante toda la temporada. Para Santi González fue una muestra de carácter y el último empujón que necesitaba el Turco para luego terminar coronándose.
"Me sentí campeón cuando tuvimos un altercado con la gente de Monte Hermoso y en el quinto juego nos sacan de la cancha, hubo un disturbio en las afueras cuando el equipo llegaba a entrenar para el quinto partido y la Asociación de Clubes dispone que ese quinto juego se tenía que jugar en Buenos Aires, en cancha de Obras y con el estadio vacío, a puertas cerradas. Ahí me di cuenta que este equipo iba a ser campeón, porque creo que ante esa adversidad de haber sacado a Argentino de su fortaleza, que toda el TNA sabía lo que era, fue un momento donde el equipo mostró un temperamento verdaderamente de un equipo campeón. Si bien después llegó San Martín de Corrientes que fue durísimo, creo que ese partido a mí me hizo dar cuenta que íbamos a ser campeones".
Tanto Tantos como Scala también rememoran lo que fue ese emotivo cruce ante El Nacional. Sabiendo que el estar en una situación límite como definir un quinto juego de semifinales fuera de casa, sin dudas para los dos bases del equipo la sensación de firmeza que tenía el grupo en ese momento fue determinante para no dejarse caer y sacar adelante un partidazo en el estadio rockero de Núñez.
Por un lado, Lucho Tantos detalló: "Lo que más recuerdo sacando la final, los festejos y eso, fue la semifinal con El Nacional de Monte Hermoso. Teníamos el quinto juego de local y hubo algunos problemas cuando llegaba El Nacional a la cancha y nos sacaron de nuestro estadio. Nos mandaron a jugar a Obras a puertas cerradas, sin público. Eso fue todo un desafío, pero estábamos tan bien como equipo y grupo que lo sacamos adelante, y ganamos esa serie que fue palo a palo hasta el final en cinco juegos. Fue algo muy lindo, y recuerdo que ese quinto partido fue punto a punto hasta lo último".
"Las semifinales fueron contra El Nacional de Monte Hermoso. Venía la serie 2 a 2 y después de algunos pequeños disturbios de parte de un grupo chico de hinchas nuestros, nos suspenden la cancha y nos hacen jugar el Juego 5 de semifinales en la cancha de Obras, a puertas cerradas. Toda esa situación nos unió más aún, nos habían sacado de nuestra cancha con todo lo que eso significaba. Vamos a jugar a Obras y en un final cerradísimo ganamos", cuenta por su parte Scala.
Llegó entonces la gran final por el título y en consecuencia el primer boleto rumbo a la A. El sistema de competición dictaba que el segundo ascenso en esta temporada se definiría entre el perdedor de la final y el ganador del cruce de perdedores en semifinales (El Nacional, que perdió ante Argentino, y Ciudad de Bragado, que caería contra el otro finalista del certamen, San Martín de Corrientes). Pero no era momento de especular con la posibilidad de perder la serie por la gloria máxima de quedarse con el campeonato, por lo que había que centrarse en la gran final ante San Martín.
El Rojinegro venía de dejar en el camino a Ciudad de Bragado por un apasionante 3 a 1, teniendo en cuenta que los correntinos estaban dirigidos en aquel entonces por Daniel Frola. En aquel conjunto santo había nombres fuertes como Juan Pablo Sartorelli, Mariano Ceruti, Leandro Portillo, Lucas Martina, Luciano González, Lucas Gornatti, Víctor Cajal y Fabián Ramírez Barrios. Gran equipo, que antes de vencer a Ciudad en semis también había superado a Ciclista de Junín en cuartos de final, por lo que la serie ya se palpitaba muy emotiva.
Al ser Argentino el 1 de toda la fase regular, la ventaja de localía le permitió al equipo de Cottonaro arrancar las finales nuevamente en casa. El primer juego quedó en manos del Azul por 74-69, haciendo valer su condición de anfitrión y con una constante de tener cuatro jugadores en doble dígito de puntuación: Martínez (17), Scala (13), Ceci (13) y García (11). Y más allá de ser muchísimo más reñido, el segundo encuentro también fue para Argentino, que por la mínima de 78-77 volvió a festejar para quedar en las puertas del título, destacando el importante trabajo de Ceci aquella noche (23 unidades).
Scala en acción de ataque en la serie ante San Martín de Corrientes.
Con la posibilidad de coronarse en Corrientes, la serie se trasladó al estadio del Rojinegro. Sin embargo, San Martín demostró credenciales de ser uno de los mejores equipos del torneo y puso la casa en orden: victoria por 84-73 en el tercer partido para descontar (Safar 25 puntos en Argentino), y nuevo triunfo por 79-73 en el cuarto choque (Safar 18). Con el panorama abierto y otra vez obligado a definir todo en un quinto duelo, la serie regresó a Junín para encontrar finalmente a su consagrado.
Argentino tendría aquella noche del 16 de mayo su día más importante, no solo de la temporada sino que entraría como una de las fechas más relevantes de su historia. Y es que, respetando todo lo que había conseguido ese año dentro de su fortaleza, el Turco terminaría quebrando la serie luego de imponerse por 65-59 ante San Martín en aquel quinto partido, adueñándose del título por un global de 3 a 2 en la serie final y alzándose como el gran campeón invicto en condición de local (primera vez que sucedía dentro de la historia del TNA). Safar volvería a brillar, al igual que en todo el año, anotando 28 unidades en aquel juego decisivo, siendo escoltado por Santi Scala (11).
"Definimos el Juego 5 en Las Morochas, a cancha llena desde dos horas antes de jugar. Tremenda cómo estaba la gente. Ahí logramos no solo el ascenso sino también el campeonato, hasta ahora el más grande en la historia del club, y terminando también invictos de local. Dar la vuelta en mi cancha, en esa cancha donde jugaba ya desde los 8 años, con mi familia, amigos y toda la gente, son cosas increíbles que uno teniendo 19 años no cae cuando lo vive. Pero justamente este año, después de pasar diez años de aquel logro, empecé a darme cuenta de todo lo vivido y lo que fue, y sin dudas que con el paso del tiempo tiene muchísimo más valor todavía. Soy un agradecido a mis compañeros, cuerpo técnico y dirigencia primero que todo por ayudarme en todo lo que necesitaba, y hacerme crecer como persona, y después porque me hicieron cumplir el sueño de jugar Liga Nacional con mi club", explica Scala, tratando de explicar lo que fue un sueño cumplido para un pibe del barrio.
Espinoza, de brillante temporada para coronarse como el MVP de aquella 09/10.
"Había llegado al club en el 2003 y quería ganar algo con Argentino, y por suerte se dio ese año. Además que se dieron un par de cosas importantes desde lo personal, porque me tocó salir MVP de la temporada, habíamos salido campeones invictos de local, nos llevamos un quinto partido muy duro contra Monte Hermoso en cancha de Obras porque en realidad teníamos que jugar en nuestra cancha pero hubo problemas con la llegada del colectivo de El Nacional... teníamos varias emociones juntas por las cuales nosotros queríamos ganar y por suerte se nos dio. Ese quinto partido creo que nos ayudó mucho para después salir campeones. Fue una experiencia maravillosa Argentino, para mí es mi segunda casa", recuerda en tanto Espinoza, donde subrayamos el dato de haber salido MVP de la temporada.
Lucho Tantos valora lo que fue ese año, que más allá de haber sido el primer título de su gran carrera también tiene el destaque que menciona al subrayar el constante acompañamiento de todo el club, no solo desde la unión de los jugadores integrantes de aquel plantel sino que además sumando al cuerpo técnico y una dirigencia que siempre estuvo al servicio de todos.
"Tengo el mejor de los recuerdos de ese torneo, y obviamente que así también tengo el mejor recuerdo de mis compañeros, cuerpo técnico, hinchas y la dirigencia que desde el primer minuto estuvieron en todo, nos apoyaron en todo y nunca nos faltó nada, al contrario. Para mí Argentino siempre fue un club ejemplar y un modelo a seguir por muchos. Tengo el mejor de los recuerdos de ese campeonato, que fue el primero dentro de mi carrera, así que por eso también valió muchísimo en lo personal", dice el armador oriundo de Quilmes.
Anécdotas hay millones, y entre ellas tanto Santi González como Espinoza van soltando algunas situaciones que se les vienen a la memoria. El pivote tiene el vívido recuerdo del imponente marco del Fortín, con el apoyo de todo la gente y hasta incluso por momentos poniéndose en la otra vereda e imaginarse lo que era para los rivales de Argentino jugar en Junín en ese entonces, desde el fervor de la hinchada y lo magnífica que se mostró desde siempre.
"Me acuerdo que el vestuario de visitante estaba justo abajo de la tribuna del lado nuestro, a nosotros nos retumbaba todo ahí abajo así que no me quiero ni imaginar lo que era el vestuario visitante. A mí me da la sensación de que si yo me ponía del lado visitante decía 'acá no ganamos ni en pedo' (risas). Vos lo sentías desde el lado local, pero en un momento me ponía a pensar en el lado visitante y si yo hubiese estado en alguno de los equipos contra los que jugamos, sobre todo en los playoffs que es cuando más euforia se vive, pensaría que no había chances de ganar. Eso es lo que generamos para con la gente y lo que la gente generó para con nosotros, esa relación que se entabló a lo largo de todo el año".
Argentino en pleno festejo.
Por su parte, Pablo Espinoza también refleja en sus palabras la gran unión que tuvo el grupo, donde todos conocían claramente sus roles dentro de la cancha pero también fuera del parquet se mostró en todo momento como un equipo unido. Sobre todo en los viajes de visitante, donde arriba del micro se armaban diversos juegos para pasar las horas de ruta. Un equipo que se divertía tanto dentro como fuera de la cancha.
"Fue increíble. Al principio fue medio complicado porque arrancamos sin ganar de visitante, y por suerte de golpe el equipo hizo un clic, se puso firme y ganamos todos los partidos de local. Así también fue que terminamos invictos de local. El grupo lo disfrutó mucho, salir campeones fue increíble para todos. Fue un año muy lindo, tanto para mí como para todos los chicos del equipo. Se armó un grupo como pocas veces puede armarse donde estábamos todo el día juntos. Antes no se usaba tanto el teléfono, así que los viajes eran charlas y charlas, juegos de póker, de mesa, muchos mates... fue maravilloso. Aparte los dirigentes nos acompañaron a todos lados esa temporada, mismo los hinchas que siempre nos acompañaron y seguieron en cualquier cancha a la que fuimos".
El ascenso con título incluido terminó siendo el broche de oro a una temporada de ensueño para Cottonaro y sus dirigidos, en un Fortín de las Morochas que estuvo repleto y que pudo festejar ese anhelo tan ansiado junto a todo el equipo, en casa y en un regreso a la Liga Nacional que quedará grabado dentro de la historia grande de la institución juninense. Temporada inolvidable para un equipo que si bien tuvo una primera fase un tanto irregular mientras se iba acomodando, con el paso del TNA 1 y después sumergiéndose en unos durísimos playoffs, consiguió exhibir un nivel de excelencia para grabar su nombre en lo más alto de la temporada 2009/10.