Informes Especiales · 18 de Octubre de 2020
#LadoB: Fran Alloatti, la ingeniería y el básquet
El pivote de Unión de Santa Fe se recibió hace poco tiempo de Ingeniero en Sistemas, carrera que cursó en los últimos años y a la cual le ha dado prioridad mientras también se seguía desarrollando como jugador de básquet.
Por Lucas Leiva
El estudio y el deporte son dos caminos que tranquilamente pueden ir juntos de la mano. La importancia de la formación académica, de lo que significa nutrirse de conocimientos, de la obtención de valores que permite, también es un camino de desarrollo personal, lo que nos permite abrirnos hacia un futuro y nos da herramientas para el mismo. Y a veces no solamente se trata de un futuro, sino que puede también abarcar un presente con proyectos a raíz de vocaciones y/o pasiones que podemos volcarla desde lo profesional.
El caso de Francisco Alloatti es todo un ejemplo de cómo un deportista profesional necesita ir más allá, que no debe quedarse quieto o conformarse con algo, que debe avanzar y buscar desafíos constantemente. Y es que, independientemente de la penosa situación que se vivió durante los últimos meses a raíz de la pandemia por el Covid-19, el jugador de Unión de Santa Fe logro un muy esperado y anhelado objetivo por el cual se esforzó en estos años: poder egresar a nivel universitario.
El interno santafesino de 28 años (nació el 29 de junio de 1992) se recibió recientemente con el título de Ingeniero en Sistemas, carrera que cursó en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Santa Fe. Francisco arrancó a cursar de forma presencial allá por el año 2014, y en un lapso de cuatro años terminó de rendir todas las materias de dicha profesión. En estos últimos dos años le quedó la asignatura pendiente de la tesis para poder felizmente completar la carrera, y eso se dio el pasado mes de julio.
A través de todos estos años, la vida de Alloatti ha tenido que adaptarse a ciertos cambios y prioridades. Formado en el Tatengue, club que lo vio nacer deportivamente, tras sus estudios secundarios tomó la opción de irse algunos años a Italia para desarrollarse basquetbolísticamente. En un momento decidió ponerle un freno a este periodo lejos de su tierra y volvió a su hogar, para reencontrarse con su familia, afectos y comenzar su formación académica.
A partir de ese entonces el básquet pasó a tener un rol más secundario, el estudio pasó a ser prioridad y recibirse era un objetivo ya muy claro. Obviamente su amor por la naranja se mantuvo latente, y aunque siguió a jugando a nivel local no sería hasta el 2018 donde aceptaría una propuesta de su club, de Unión, para ser parte del plantel de la Liga Argentina de Básquet. Todo encajó a la perfección, porque para ese entones ya estaba terminando de cursar sus estudios y meterse de lleno nuevamente y a nivel profesional dentro del básquet pasó a ser un escenario ideal.
En el medio, horas de estudio para rendir cada parcial, cada final, para conseguir ese título tan ansiado. En el medio el básquet asociativo y con amigos. En el medio incluso trabajar en una empresa para sostenerse. El sacrificio terminó rindiendo frutos, esas largas horas de estudio, esa proyección como profesional pero sin dejar de lado nunca su pasión por el básquet. También contó con mucho tiempo de trabajo en estos últimos dos años donde incluimos su presencia en la categoría con el plantel de Unión, sumando horas de entrenamiento más giras con el equipo, y hasta mantenerse en un trabajo de horario reducido para poder maniobrar el día a día y poder llegar con mucho esfuerzo a todo. Mientras tanto, en cada huequito, armar su proyecto, la tesis para finalmente recibirse.
Detrás de la historia de Fran Alloatti hay mucho más que un título, mucho más que un deporte y esta posibilidad tan viable que nos muestra de hacer una doble carrera. Es un relato de sacrificio, de esfuerzo, de ponerse una meta y darle prioridad para alcanzarla. Un ejemplo, que se mantiene al día de hoy donde ya se lo puede llamar ingeniero, mientras trabaja para una empresa donde aboca todos sus conocimientos en sistemas y a la espera de reanudación del básquet para poder jugar también la próxima temporada de la Liga Argentina.
- Podemos decir que como una de las anécdotas de este año es haberte recibido, después de tanto sacrificio detrás y lo difícil que puede hacerse incluso en estos tiempos que vivimos.
. Puedo decir que este 2020 no me lo olvido nunca más, porque entre la cuarentena y el haberme recibido ya tengo un par de cosas para recordarlo (risas). Aparte del básquet lo que tengo es un laburo part-time que me permite justamente seguir jugando. En esta cuarentena al principio como que todo medio que me tambaleó, no sabía bien qué hacer por toda la situación que nos tocó y toca vivir. Encima todavía estaba sin poder haberme recibido, tenía esa parte colgada y la verdad es que vi todas pálidas en ese momento. Parecía que todo estaba mal, pero de a poco lo fui sacando adelante. Había días donde sentía que podía sentarme a terminar el proyecto en el que estaba trabajando para finalizar la carrera, y tratando de verle el lado positivo a todas las cosas porque estos meses era todo un vaivén psicológico de cómo podías ir atravesando ese día a día cambiante.
- Contame un poco el tema laboral, ¿tiene relación con tu formación?
. Sí. Desde que arranqué en Unión en esa primera temporada tuve el tema de la lesión pero desde ese entonces ya laburaba. Tengo un trabajo estilo home office y cada tanto voy a la empresa, que nada que ver con el básquet pero sí con mi carrera porque me encargo del área de sistemas. Afortunadamente es un laburo que puedo hacer desde mi casa, y eso me ayuda muchísimo.
- ¿Y en época de básquet cómo te manejabas con esa variedad de responsabilidades?
. Cuando necesitaba ir a la empresa me hacía una escapada. Nosotros hacíamos quizá un turno largo a la mañana así que a la siesta ya podía ir a la empresa, estar un rato, si tenía que llevar una reunión o demás. Afortunadamente el tipo de trabajo se ajusta a la parte deportiva con el básquet en Unión. Cuando pasó esto del aislamiento, con la incertidumbre que hubo desde el principio, más allá de que en informática y desarrollo el trabajo no se detuvo, de hecho quizá hasta haya un poco más porque muchas empresas salieron a digitalizarse.
- ¿Ya tenías más o menos claro que te ibas a inclinar por la ingeniería en sistemas o lo fuiste descubriendo con el paso de la carrera?
. Sí, yo ya sabía que era lo que me gustaba, más allá de que en la escuela había hecho Biología, nada que ver (risas), pero al final no iba para ese lado de las Ciencias Naturales. A mi modo de ver, si elegís estudiar algo que no te contente ni te llene, por más que después ejerciendo la profesión te llenes de guita, no tiene sentido. Por eso si tengo que recomendar que sea como me pasó a mí, no por seguir un modelo o esa caja de los llamados sueños que te puedan pintar, sino que estudié porque realmente me gusta, porque era algo que siempre me gustó además del básquet. Apenas terminado el secundario, siempre tenía eso de estar con la computadora, de darme maña, de investigar solo, de ponerme a indagar... siempre me interesó. Cuando terminé la escuela, que me había ido a Italia a jugar al básquet cuatro años, lo había dejado de lado porque me había salido esa posibilidad de seguir con el básquet. Ahí me olvidé del estudio. Regreso a Santa Fe ya con 21 años más o menos, y ese desarraigo de volver a casa. Me estaba pesando mucho irme afuera tantos meses, y fue entonces cuando me empezó a picar el bichito de estudiar algo. Me puse a averiguar en la Tecnológica algo a distancia porque no me veía estudiando algo en Italia que a lo mejor acá no me servía, tenía esa traba. Fui a la UTN, averigué algunas carreras que tengan que ver con la informática y las tecnicaturas, y mientras estaba decidiéndome me llaman de vuelta para irme a Italia. Tenía todo listo para irme, era el mismo club y estaba todo arreglado, pero una semana antes de irme terminé de definir mi cabeza, hablo con mi representante y le explico que no me quería ir, que me quería quedar en Santa Fe. Ahí hice un giro total de mis cosas, del rumbo de mi vida, lo cambié a 360°. Me quedé acá para estudiar, en el 2014 y ya con 20-21 años volviendo a vivir con mis viejos, optando más por los libros y la carrera.
- Decidiste tirarte de lleno a estudiar. ¿El básquet dónde quedó?
. El básquet quedó un poco de lado. Me puse a full con el estudio, pero mientras cursaba, también jugaba al básquet acá, a nivel local, para despuntar el vicio... porque la verdad es que siempre me encantó y no quería dejarlo por completo.
- Después aparece la chance de volver a Unión.
. Exacto. Para el 2017-18, ya terminando la carrera, se da esta posibilidad de Unión. Jugué toda mi infancia y mi carrera siempre estuvo ligada a Unión, más allá de que cuando me tocó volver y me puse a jugar a nivel asociativo lo hice en Regatas de Santa Fe porque tenía amigos y ya en Unión no seguían mis amigos de siempre. Ese año surge esto de jugar profesionalmente acá en Unión, volver al club. Me fueron motivando un montón de cosas, tenía ese laburo part time que me lo permitía hacer y era un ingreso, sumando el básquet que me permitía hacerlo en mi club viviendo y estando bien, entonces ni lo dudé. Fue cuando me metí de nuevo de lleno en el básquet, con 25 años, y ahí es donde aparezco para jugar con el equipo de Liga Argentina. Estaba en el último año de cursada, ya cuando empezamos a entrenar que fue para septiembre-octubre, terminaba de cursar y de rendir las últimas materias de la carrera.
- Ahí ya te quedó la tesis nomás.
. Claro, después ya desde el 2018 hasta ahora me había quedado el proyecto colgado. Eso ya depende más de lo que decís, del tiempo que le dediques a la tesis para presentar. Son cosas más grandes que van acompañadas de muchas horas de silla y de mucha dedicación. Así que sí, me agarró justo el momento. En los años mientras cursaba es cierto que me habían surgido algunas propuestas para jugar algún Torneo Federal, de medirme un poco a otro nivel, pero en mi cabeza estaba la idea fija de querer recibirme. Vivía con mis viejos todavía desde que volví al país, y quería decidirme por una cosa para independizarme por completo.
- Básicamente te cayó y quedó todo justo para darle prioridad y orden a cada cosa. Incluso en otro contexto todo podría haber sido diferente, fuese con el estudio o con el deporte. ¿Qué podés decirle a alguien que te escuche desde tu propia experiencia?
. Seguro que sí. En mi caso creo que si hubiese arrancado la carrera a los 17-18 años, lo habría hecho con esa cabeza de adolescente y quizá la terminaba en 15 años... la diferencia es que cuando yo realmente entré a cursar, a esos 21, lo hice totalmente enfocado en recibirme, no tenía otra idea en mente, quería que la carrera dure lo menos posible. Por eso creo que tiene existir esa parte de estar decidido a hacerlo, de ponerse el objetivo, de hacerlo siempre y cuando sea lo que te guste. Me enganché, me gustó mucho, y como te decía, el básquet me llegó en el momento justo porque estaba con la carrera casi concluida, ya no tenía que hacer clases presenciales en la facultad por lo que no me demandaba el mismo tiempo de antes. Por eso fue que justo me decidí por volver a la naranja, porque encajó perfecto a lo que podía tomar en ese momento ya terminando mi carrera. A mí se me dieron muchas cosas en el momento justo. Seguramente si lo de Unión me llegaba en la mitad de la cursada de mi carrera lo iba a pensar un poco más. Soy canterano del club, conozco mucho al club y me resultaba muy lindo volver, pero por ahí teniendo 24-25 años y la carrera por la mitad, el hecho de seguir viviendo con mis viejos... no sé qué hubiese hecho. Para mí si a uno le gusta la carrera que elije, siempre y cuando no se pierda por así decirlo ocho horas de cursada, que lo haga pero que avance. Que vaya dando pasos, aunque sea metiendo una o dos materias, que no esté en una carrera perdiendo el tiempo. Eso creo que es importante, tener en claro las prioridades. Después obviamente también podés tener la suerte de que te agarre en un momento justo. Por eso también está esa cuota de ver en qué momento te agarra, pero lo que hagas va a estar bien siempre y cuando sea lo que te nace y querés, siempre uno está a tiempo para timonear por cualquier cosa que suceda.
- Vos no viviste quizá tanto esto de armarte un bolso para viajar a una gira con el equipo y llevarte también los libros para estudiar, pero un poco de esa experiencia la pasaste, e incluso con el tema de la tesis de estos últimos años también habrá sido un tanto así. ¿Cómo te manejaste?
. Y mirá, al momento de terminar la cursada en ese último tramo me pasó lo de la lesión también. Fue en un partido contra Barrio Parque, y yo ya estaba preparándome para los últimos exámenes, metiéndole a full porque estaba teniendo muchísima participación dentro del equipo y con el trabajo también bastante cargado. Por ahí fue que el cuerpo me pasó un poco de factura por ese lado. En ese momento íbamos a entrenar a la mañana, después al trabajo, de inmediato irme volando para cursar a la facultad hasta las 8 o 9 de la noche, y capaz que si algún día nos tocaba algún un entrenamiento nocturno volver al club para ese turno... así, todo de corrido desde muy temprano. Y con las giras un poco más todavía, porque lo mío era presencial así que me ausentaba. Por suerte dentro de todo ese trajín yo ya estaba casi en mi último mes de la carrera, pero bueno, la contracara es que quizá por toda esa movida fuerte que venía haciendo pasa lo de la lesión. Fueron unos meses algo complicados y manejé las prioridades como podía, por eso me parece que también lo importante es saber adónde abocarse de lleno en cuanto a prioridades, porque quizá darle el 100% a todos esos frentes es bastante difícil de hacer.
- Vos te vas muy joven a Italia, un caso parecido al de tu hermano que también se fue muy chico de casa. ¿Cómo se manejaron en casa con todo eso y cómo fueron inculcando el tema estudio/deporte en ustedes?
. En mi caso afortunadamente siempre tuve el apoyo de toda mi familia, y como decís también tenía el ejemplo de mi hermano Ale (Alloatti). El se había ido más chico a Obras, a los 14 años, así que imaginate en ese entonces lo que era... un nene yéndose a Buenos Aires, sin Whatsapp ni nada de lo que existe ahora. Fue terrible, recuerdo los primeros días de Ale en Buenos Aires y yo en mi casa llorando, preguntándole a mis viejos dónde estaba y por qué se había ido. Quizá mi hermano se iba a un locutorio para llamar a casa y pasaba la típica de los primeros días, donde extrañás un poco, todavía no hiciste amigos... la misma situación que tuve yo cuando me tocó irme a Italia. Son momentos complicados al principio sí, estando lejos de tu familia y de tus amigos. Por eso Ale era una fuente constante de consulta, me hablaba mucho y me aconsejaba. En ese sentido mis viejos siempre fueron mucho de darnos esa libertad, siempre fueron de apoyarnos en lo que nosotros querramos hacer. Cuando yo decidí volverme de Italia me acompañaron en lo que quería, estuvieron como siempre y me dieron un lugar. Obviamente que también me marcaron que tenía que hacer algo, que avanzar en algún camino, si era el básquet, ponerme a estudiar o trabajar, que la decisión la iba a tomar yo y que ellos iban a estar independientemente de lo que elija. Ese siempre fue el mensaje desde casa, mantenerse productivo y tratar de hacer lo que uno quiere y siente. Siempre tuvimos ese respaldo en casa, así lo sentí y hasta me hacía mucho más fácil tomar decisiones. Por ese lado de diez, soy un agradecido por los padres que tengo y cómo me acompañaron siempre hasta hoy.
- Viendo un poco el panorama a futuro tal vez tengas en mente algunos proyectos. ¿Qué hay sobre eso y cómo lo vas a ir articulando para que todo encaje?
. Vamos a ir viendo cómo lo vamos acomodando. En estos meses más allá de la tesis y del trabajo part time, también he emprendido algunos proyectos personales, que justamente uno lo utilicé para la tesis del final de la carrera. En estos momentos de incertidumbre estoy trabajando para una empresa de software, se me dio una oportunidad de que por lo menos en este contexto tener algo seguro, como así también tengo hablado de que juego al básquet y que eso podría derivar a que cuando volvamos a la actividad seguir trabajando de forma part time, habría que hablarlo en mayor profundidad con la empresa llegado el momento. Mi idea es seguir en el club, jugando, logrando algo que quería mucho que era cerrar este ciclo académico... incluso antes de que empiece la cuarentena yo ya estaba por presentar el proyecto para recibirme en abril aproximadamente, cuando pasó todo esto con mi compañero que hicimos la tesis quisimos esperar, aunque al final después de ver que esto iba para largo decidimos recibirnos por Zoom. Ahora pudimos cerrar esa ventana que tenía que era recibirme, y ahora veremos cómo seguimos, obviamente dándole lugar a seguir jugando al básquet y buscando también seguir trabajando de forma part-time.