Club Ciclista Olimpico

La Banda (Santiago del Estero)

LNB · 07 de Septiembre de 2020

Olímpico · Olímpico

Lisandro Rasio, el retorno zarateño a La Liga

El ala pivote de 29 años volverá a la Liga Nacional después de 4 años. Fue dos veces MVP de la Liga Argentina y tiene seis temporadas en la elite. Olímpico de La Banda lo incorporó para la temporada 2020/21 de la Liga.

Por Lucas Leiva

Volverá a la Liga Nacional y se celebra. Dentro de la emergencia sanitaria que atraviesa el país y a la espera de la reanudación de las competiciones deportivas, sin dudas que es destacable el movimiento que se viene generando dentro del mercado en todo este tiempo, y en este sentido la oportunidad para los jugadores de ya empezar a definir su futuro laboral es importante. En este sentido, es un poco lo que vive Lisandro Rasio con su llegada a Olímpico de La Banda, anunciada hace un par de semanas y en lo que será su retorno a la máxima categoría del baloncesto argentino.

El ala pivote zarateño regresará a La Liga recordando que su último paso fue allá por la temporada 2016/17, en la que defendió los colores de Atenas de Córdoba. Luego de ello pasó a jugar en Salta Basket, para la Liga Argentina, año en donde se coronó como el MVP del campeonato y también ganó junto a su equipo el Súper 4 (donde además fue el MVP del nombrado mini certamen). Tras ello emigró al exterior, a otras ligas de Sudamérica, pasando por Venezuela, Bolivia y Chile. Pero su historia es mucho más profunda.

Rasio, de 1,98 metros y 29 años (nació el 30 de diciembre de 1990), comenzó a jugar a los 4 años en Independiente de Zárate y desde entonces no se detuvo más. Esos primeros pasos que también incluyó una estadía en Sportivo Escobar, se terminaron proyectando a su salto a nivel profesional cuando llegó a la Liga B. Ya con el mismo Sportivo Escobar jugó dicho escalón (hoy Torneo Federal), debutando a los 17 años, para luego trasladarse a Ciudad de Bragado, donde logró el ascenso a la Liga Argentina (en aquel entonces denominado TNA) en 2009.

Desde ahí comenzó a reafirmar sus grandes condiciones. Tras una gran campaña con Bragado en la segunda categoría (promedió 9,1 puntos y 6,0 rebotes con 19 años recién cumplidos), dio el salto a la Liga para jugar en Sionista, en la 2010/11, haciendo su estreno en el máximo escalón y como una de las fichas juveniles del cuadro paranaense. Allí jugó tanto Liga Nacional como así también Liga de las Américas. Disputó una media de 7,5 minutos en la elite, y entonces decidió pasar nuevamente a la Liga Argentina para sumar minutos y seguir proyectándose.

Termina llegando a Unión Progresista de Villa Ángela, equipo del cual tenía referencias debido a que su hermano Francisco había estado allí la temporada anterior. Jugada perfecta, porque Lisandro no solo terminó teniendo gran participación y minutos, sino que además fue clave dentro del equipo, logrando el título y ascenso a la Liga Nacional, y como por si fuera poco, también siendo nombrado como el MVP de aquella temporada 2011/12. Promedió 16,7 puntos y 9,5 rebotes, catapultándose como el jugador más valorado del certamen (primer MVP dentro de la categoría, el segundo, como dijimos previamente, llegaría después con Salta Basket).

Ese gran año lo disparó nuevamente a la Liga, ya un poco más firme y llegando a un equipo que marcó una época como el Peñarol Tricampeón. Los marplatenses ya venían de los tres últimos títulos de la LNB, y aquella 2012/13 fue la última de Sergio Hernández como entrenador. Aquel equipo alcanzó semifinales de la Liga, además de jugar Liga de las Américas, y Rasio que llegó para ser el recambio del histórico Leo Gutiérrez tuvo un buen periodo en dicha campaña: jugó un promedio de 13,6 minutos, contabilizando 3,8 puntos y 3,8 rebotes.

De ahí saltó a Bahía Basket, donde estuvo dos temporadas hasta el 2015 y en el medio vivió una experiencia interesante al participar de un campus de agentes libres en Brooklyn, algo que se gestionó mediante el contacto de Pepe Sánchez con la NBA y en el cual estuvo junto al cordobés Diego Gerbaudo. Buen periodo en Bahía (la 2013/14, la primera en el equipo, firmó su mejor temporada hasta ahora en Liga desde los números, con registros de 15,2 puntos y 8,7 rebotes). Luego se mudó a Ferro Carril Oeste en la 15/16, y al año siguiente pasó a Atenas de Córdoba (16/17).

Tras pasar por el Griego volvió a la Liga Argentina, con el mencionado gran año desde lo personal donde fue MVP en Salta (17,9 puntos, 11,0 rebotes y 2,7 asistencias en 43 partidos). Pasaría por otras ligas del continente desde entonces, recalando en el ya nombrado fichaje con Olímpico que se dio durante las últimas semanas. Este regreso a La Banda, ya con casi 30 años, lo encontrará en un momento de plenitud importante, donde además se reencontrará con Leo Gutiérrez, aunque en esta oportunidad ya no será como compañero sino vinculándose como entrenador-jugador. Esa tutela que tuvo con Leo, ahora la recibirá teniendo al cordobés como técnico.

MVP, título y ascenso con Unión Progresista de Villa Ángela en la 2011/12.

Desde su Zárate natal, donde se entrena en su casa, junto a su familia, a la espera de la reanudación de la Liga y los entrenamientos, junto con la apertura de los clubes, Rasio se refirió a lo que significa este regreso a la elite del baloncesto argentino, además de hacer un repaso por lo que fueron estos años de maduración y desarrollo. La imagen de aquel pibe que arrancó a picar una pelota en Independiente de Zárate hasta la formación y consolidación que ha tenido año tras año, destacándose por su contracción al trabajo y el sacrificio para mantenerse en alto rendimiento.

- ¿Cómo venís llevando al momento de hoy la situación de aislamiento y cómo venís amoldando eso a tu preparación deportiva?
. Acá ya está un poco más relajado el tema de la cuarentena, pero los clubes y gimnasios siguen cerrados, así que estoy ahí... como normal. Hubo momentos donde estaba medio cansado de todo esto pero ahora me acostumbré, para mal, porque no me gusta estar así, pero la voy llevando entrenando en casa, haciendo lo que puedo. Estoy tomando unas clases de dribbling con un coach que es bueno, y así, las cosas que puedo hacer las hago. Pero obviamente que se extraña mucho la normalidad, ir a la cancha que hace 5 meses que no piso una... es un montón, nunca había estado tanto tiempo sin ir a la cancha. Me ha pasado de pasar por todos esos estadíos, de estar nervioso, del bajón, de la ansiedad... pero ahora ya más normal, más tranquilo. En el medio también pasaba esto de tener la ansiedad de saber dónde iba a jugar, y ese tema de no saber dónde ir o qué hacer, es complicado. En mi caso ya estoy un poco acostumbrado a eso, pero bueno, ya sé que normalmente en estas fechas o un poco antes, cuando estoy así sin arreglar, se pone medio tenso el tema hasta que siempre algo termina saliendo... pero era esa incertidumbre en el medio de no saber.

- Con la noticia de que vas a jugar en Olímpico la próxima temporada, te estará pasando por un lado esa tranquilidad por ya asegurarte equipo pero también esas ganas de comenzar a jugar.
. (Risas) Sí, ahora está la ansiedad de arrancar ya lo antes posible... esas ganas bárbaras de ir a entrenar y jugar. Pero bueno, es como decís, ya tener trabajo en este momento que se torna un poco complicado hasta que vuelva todo a la normalidad es muy valorable. Por eso estoy contento, porque ya tengo equipo y voy a volver a jugar en La Liga que era lo que quería. Arrancamos todos desde todo, y en ese sentido creo que va a ser un torneo muy parejo.

En Salta Basket consiguió su segundo MVP, tras una brillante y dominante campaña en lo personal.

- Hace unos días hablamos de esa temporada del ascenso con el MVP en Unión Progresista. Eras muy joven y vos venías de debutar en la Liga en ese entonces. ¿Qué recuerdos tenés de ese tiempo?
. Exacto, venía de jugar la temporada anterior en Sionista. No jugaba mucho, pero era juvenil y tenía 19-20 años. No nos había ido muy bien, teníamos una mezcla de veteranos con un par de jóvenes y no nos había bien ese año. Terminamos jugando playoffs por el descenso, que nos salvamos a lo último, y a nivel personal eso también fue duro porque estábamos comprometidos con el tema de salvarnos y eso también hacía que no jugase mucho. En ese entonces mi idea no era ir a la A, no tenía deseos de ir a la Liga, pero charlándolo con mi agente de ese momento parecía que era lo más indicado. En esa etapa venía creciendo mucho como jugador estando en el TNA y antes en el Federal, y por supuesto que tenía mucha más participación ahí.

- Venías de Bragado vos.
. Claro. Y me acuerdo que no quería ir a sumar minutos en Liga tan de golpe porque muchos jugadores de mi camada con los que estábamos en la selección habían ido a equipos de Liga y no jugaban mucho, y eso después pasó factura cuando fuimos a jugar el Panamericano y el Mundial. En el caso mío, que venía de jugar mucho, tuve una evolución bastante buena por suerte. Entonces apareció lo de Sionista, tomé ese año como una experiencia y al otro año aposté por volver al TNA a ver cómo me iba. Ahí apareció la posibilidad de irme a Progresista, donde conocía porque tenía referencias de mi hermano que había estado el año anterior. Incluso el año que mi hermano jugó ahí intentó llevarme al equipo pero no se dio, y después al otro año, esa temporada del ascenso, me tocó ir. Fue una temporada buenísima, los resultados hablan por sí solos y terminó siendo un año muy bueno desde lo grupal, y en lo individual también me sentí muy cómodo.

- ¿Algún recuerdo particular de un partido de ese año? Uno no puede no pensar en el juego contra Italiana, casi arrancando la temporada.
. Sin dudas ese fue partido es un lindo recuerdo, el de los 28 rebotes. En ese momento me estaba acomodando y estaba en una crisis con algunos temitas, que te juro que los veía a los del otro equipo y creía que eran los responsables del quilombo que tenía (risas). De eso no me olvido más, encima ese día había jugado con unas zapatillas T-Mac de Adidas, que tenía como un pedazo de parquét en la suela y pesaban mil kilos (risas). Me acuerdo que me patinaba a lo loco, y me voy a acordar siempre por esto que te decía y porque ese partido fue televisado. Después, toda la temporada en sí, fue muy buena también.

- Gran temporada, y hasta viniendo un poco por atrás porque no estaban dentro de los pronósticos y terminaron sacando adelante un año brillante.
. Fue un año muy bueno. La gente de ahí nos quería mucho. Es una ciudad tranquila, una ciudad chica quizá pero pensá que en ese momento había dos equipos en el TNA dentro de Villa Ángela, así que era todo una revolución. Ibas a alguna tienda o lo que fuese y siempre te encontrabas o con el hincha de Progre o con el de Alvear. En ese entonces el básquet se vivía de una manera impresionante en la ciudad, y nosotros la pasamos increíble. Si bien nadie nos daba como candidatos, cuando arrancó el torneo tuvimos un inicio buenísimo y conformamos un grupo muy bueno. Salíamos a la cancha y sentíamos que no podíamos perder. Recuerdo que fuimos a jugar un partido contra Oberá de visitante, dentro de ese arranque de 6-0 que tuvimos, y Oberá nos había sacado como 20 puntos cerrando el tercer cuarto... ahí pensé que la racha se nos cortaba, que el inicio no era tan bueno como creíamos hasta ese entonces, pero lo remontamos y lo terminamos ganando. Presionamos, ajustamos la diferencia metiendo un par de goles, y a partir de ahí nos fuimos consolidando con seguidillas muy buenas. Cambiamos el extranjero que fue algo medio extraño porque habíamos arrancado con Charles Bailey e íbamos primeros, pero se decidió el cambio y ahí fue cuando llegó Greg (Dilligard) que también era un crack, sobre todo en defensa que nos daba la vida y como persona fue súper positivo para el grupo. Se acopló rapidísimo, y desde ahí tuvimos una temporada muy buena perdiendo de local solamente contra Unión de Sunchales, y después ya no perdimos más en casa. De visitante también lo hicimos muy bien, y después ya en los playoffs me acuerdo que todos comentaban que la Norte era más débil que la Sur, y que cuando nos cruzáramos con alguno de la Sur se nos iba a acabar la mentira (risas). Cuestión que cuando nos cruzamos contra los del Sur nos terminó yendo súper bien, hicimos 3-1 a Monte y 3-0 a Argentino. Nosotros habíamos asegurado el 1 en la fase regular y teniendo la localía que teníamos particularmente nosotros fue súper importante, porque sabíamos que en el caso de Argentino por ejemplo nos tenía que ganar un partido en cancha nuestra, no tenía otra, y eso ya iba a ser difícil para ellos. Recuerdo que los dos primeros partidos en cancha nuestra los ganamos, medio ajustados pero ganándolos bien igual, y después en cancha de ellos lo terminamos de cerrar. Ese día terminamos de condecorar el ascenso y una temporada que fue diez puntos en todo sentido.

En su año en Ferro, enfrentando a Leo Gutiérrez.

- Ese año bárbaro te termina llevando a un Peñarol de lujo, el de esa era dorada que ganaba todo.
. De ahí a Peñarol, sí. En esa época Peñarol tenía eso de contratar casi siempre a los MVPs del TNA, como pasó en su momento con (Selem) Safar, había ido yo, después también llevaron a Lucho Massarelli... como que ellos siempre tenían ese ojo viendo en el TNA. Me fue muy bien, y ahí fue cuando tuve la opción de renovar en Progresista para jugar Liga, pero entre Peñarol y Progresista elegí irme a ese Peñarol que decís del súper equipo. Tal vez en Progresista hubiese jugado mucho más, pero era el Peñarol que iba a jugar Liga de las Américas, Sudamericana, con (Facu) Campazzo, Leo Gutiérrez, (Martín) Leiva, (Marcos) Mata, Oveja Hernández, Safar... había mucho en la mesa como oferta, y no lo dudé para nada, ni un momento. Recuerdo que después de Progresista me fui a jugar el Metro a Uruguay y desde ahí ya tenía todo arreglado para irme a Peñarol.

- Y eso te siguió dando continuidad para seguir creciendo en los otros equipos manteniéndote dentro de la Liga.
. Sí, porque de ahí me fui a Bahía por dos temporadas, con opción a una tercera que después no terminé tomando.

- Ahí ya te habías asentado muchísimo más en cuanto a los minutos que jugabas, con 23 años casi.
. Puede ser, porque el año que estuve en Peñarol tal vez no tenía tantos minutos porque era el recambio de Leo. De ahí me había salido una oferta bastante buena en San Martín de Corrientes, que estaba en el TNA. Ellos estaban buscando ascender de nuevo, la oferta era muy buena y el equipo iba a ser bueno, de hecho terminó siendo así, pero yo no sentía que era bueno para mí porque iba a ser el único jugador que iba a pasar de ese grandísimo Peñarol al TNA directo, sin escala. Sentía que iba a dar un paso atrás en ese sentido. Entonces un día entrenando me junto con Mateo Gaynor en Zárate, porque él es de Areco pero venía a entrenar acá, y me comentó que iba a jugar en Bahía, que el proyecto estaba armando un equipo joven y que si tiraban mi nombre me conocían. Juan Espil me había visto en esos playoffs que habíamos jugado contra Monte estando en Progresista y le había parecido interesante mi juego, incluso ese día a Juan le habían hecho un homenaje. Así fue, le tiraron mi nombre, se terminó cerrando, y me fui dos años a Bahía teniendo muchísimos minutos. La primera temporada nos había ido muy bien pero no nos alcanzó para meternos en playoffs, eramos un equipo muy joven y tanto Diego Gerbaudo como yo eramos los más grandes con 23 años más o menos. Al segundo año tuvimos un equipo con jugadores de más experiencia, con más trayectoria en la categoría, y clasificamos a playoffs pero perdimos esa serie contra Peñarol en quinto partido en Mar del Plata. Después tenía un tercer año como opción que al final no lo tomé, y me fui a Ferro. En ese tiempo tuve un paso también por Defensor Sporting de Uruguay y después volví a la Liga con Atenas.

- Retrocedo a algo que me parece interesante para resaltar en el medio de esa etapa en Bahía. ¿Ahí después del primer año es donde se da lo de Brooklyn?
. Claro, cuando terminamos la primera temporada en Bahía fue. Tuvimos la opción de irnos con Dieguito Gerbaudo a un training camp en Brooklyn, de la mano de Pepe (Sánchez) por todos los contactos que tiene en la NBA, por lo que significa Pepe, y también me parece en esa época estaba trabajando como comentarista de los Lakers. Se nos dio la posibilidad de ir a ese campus, nos invitaron y fuimos. Fue una experiencia muy linda, estuvimos cuatro días entrenando con todas las facilidades de Brooklyn, con otros jugadores muy buenos, algunos NBA y otros ex NBA. Fue increíble eso. Me acuerdo una vez que estaba en el vestuario cambiándome las zapatillas en el locker y me saluda alguien... cuando levanto la cabeza para mirar quién era veo a Paul Pierce... no lo podía creer. Cada locker tenía un nombre, y yo le miraba su locker porque tenía como 30 cajas de zapatillas y calzaba lo mismo que yo, 15 (risas). Al final nos pusimos a charlar un rato, hablamos un poco, le pedí que nos sacáramos una foto pero no me dio para manguearle un par de zapatillas (risas).

- ¿Pensaste un poco esto de pasar de Independiente de Zárate a un campus NBA?
. Eso es loco. Llevo la bandera de Zárate y de Independiente a todas partes, ya sea acá en Argentina o cuando me toca irme a jugar afuera siempre digo de dónde soy y de dónde salí. Quieras o no estás representando a la ciudad y al club donde comenzaste a jugar. Ojalá pronto tenga la posibilidad de que el club me pueda abrir las puertas para poder ir a practicar un poco sabiendo que ahora voy a tener otro desafío lindo como lo va a ser Olímpico, así puedo ir a moverme y seguir preparándome. Voy a ser el único zarateño en la Liga Nacional, eso no es poca cosa.

La foto con Paul Pierce, cuando estuvo en el campus NBA de Brooklyn.

- ¿Sabés que en Liga Argentina creo que no hay un caso de otro jugador que haya ganado dos veces el MVP?
. Creo que no, puede que sea el único por ahora. Seguro que en los últimos años no porque yo siempre fui de seguir mucho el TNA, incluso también con mi hermano jugando ahí, y de ese momento hasta hoy no. No recuerdo.

- A vos igual Salta te agarra en un momento de plenitud brillante.
. Sí, tal cual. Ese año en Salta me agarra con otra experiencia, mucho más maduro, más grande de edad, con mucho más recorrido y después de varios años de estar jugando Liga. Tuvimos una temporada muy buena con Salta. Nos habíamos armado con otras intenciones obviamente, a diferencia de Progresista donde habíamos armado un gran equipo pero no teníamos esa obligación de salir campeones desde el primer día. Por supuesto que el objetivo estaba, incluso se lo dije hablando con el Pepo Avalle, con quien había jugado en Bragado, uno de los primeros días en Villa Ángela y más por deseo que por otra cosa. Pero Salta fue diferente, porque ya en el primer llamado que tuve con los dirigentes y con Leo Hiriart la idea era tratar de ascender. Charlando con Diego Gerbaudo que ya había estado ahí, y viendo incluso cómo se iba a armar ese plantel lleno de ambición y aspiraciones de ganar algo, se entendía que íbamos a ir por todo. Después no se nos terminó de dar, pero tuvimos esa posibilidad de ganar el Súper 4 que a su vez después le dio la chance a Salta de jugar la Liga Sudamericana. En playoffs nos gana bien Hindú con un equipo más largo que el nuestro, sabiendo que nosotros veníamos bastante cortos en la rotación porque arrancamos la serie con la lesión del Gordo (Scott Cutley). Individualmente me sentí muy cómodo, tanto dentro del plantel como en la ciudad también. Viendo videos me doy cuenta que mi juego cambió muchísimo de aquel que tenía en Progresista al de esta etapa más reciente con Salta... otro tipo de jugador, totalmente diferente aunque con la misma esencia.

- ¿Te pasó algo en particular con pasar a jugar Liga Argentina después de la continuidad que ya venías teniendo consolidándote en Liga? ¿Fue una búsqueda de tomar impulso de nuevo? Porque vos venías de Atenas la temporada anterior a Salta.
. La temporada anterior en Atenas, sí, donde había tenido una media buena de casi 20-25 minutos por partido. Pero también es cierto que a nivel grupal, el equipo fue irregular. Terminé jugando más al final del año, cuando llegó el Turco (Osvaldo Arduh), que me empezó a dar mucha más participación. Con el Turco tuvimos un juego más dinámico, para correr un poco más, y ahí fue donde tuve mayor participación. Termino esa temporada con Atenas y me llega un lindo desafío como Salta, que yo no lo consideré tanto bajar sino ir a buscar un objetivo fuerte y ambicioso. Era una buena propuesta tanto deportiva como económica, en una ciudad hermosa. Teníamos un estadio NBA para poder jugar bien, todo, y las condiciones estaban dadas para irme al equipo con esos grandes objetivos por pelear. Busqué el desafío, pero no se nos terminó dando. Fue un buen año, la pasé muy bien y tengo mis lindos recuerdos de esa temporada.

- Esa dupla con Cutley en el juego interior era de las más sólidas que recuerdo de ese año.
. Sí, con el Gordo hicimos una muy buena dupla desde el inicio. Él ya tenía muchísima experiencia en la categoría, un jugador muy piola que juega mucho para el equipo y que Leo ya conocía. Tuvimos la mala suerte de que llegó muy tocado a los playoffs, por una lesión que había tenido antes, y eso lo complicó... ya en esos playoffs no era el Scott que todos conocíamos. Luego viene ese partido en cancha de Hindú donde Scott se resbala y tiene un esguince de rodilla, en el primer juego, y eso nos terminó matando.

Leo Gutiérrez, que compartió equipo y lo enfrentó varias veces, ahora será su entrenador.

- La última. A los 21 te fuiste a Peñarol como recambio detrás de Leo, con él como referente de ese equipo hiper ganador; y ahora con 30 en plenitud deportiva te vas a mudar a Olímpico con Leo como DT. Un mentor tuyo en ambas ocasiones y una de esas vueltas del deporte.
. Sin dudas, son las cosas que tiene el básquet. En su entonces me tocó jugar la parte final de la carrera de Leo, y ahora tener la posibilidad de que él me dirija es algo muy lindo. Más en un lugar como La Banda donde las condiciones están muy bien dadas para poder trabajar tranquilo, y en una gran institución como lo es Olímpico que está muy bien. Todos sabemos lo que representa el nombre de Leo Gutiérrez en el básquet, y sin dudas es un orgullo. Ahora lo voy a vivir desde otro punto, no lo conozco tanto cómo es como entrenador pero sé de su mentalidad ganadora, de haber compartido ese día a día, y seguramente todo eso que hacía como jugador lo va a poder transmitir para que podamos tener un muy lindo año. En esa época en Peñarol compartíamos mucho en el día a día, trataba de ver mucho de él y de su juego, y aportar de mi parte para todo el equipo. Obviamente yo no era un tirador, así que tenía que aportar desde otra parte, pero el tema de la energía y todo eso nunca faltaba porque ese era mi rol dentro del equipo... defensas, buscar rebotes, todo ese trabajo sucio. Mi ética de trabajo siempre la he sostenido a cada lugar donde voy, me gusta mucho entrenar, tanto la parte física como la de en cancha, eso está visto y también creo que por eso Leo es que confió en llevarme más allá del desarrollo y los resultados que he tenido jugando, en cómo laburo en ese día a día. Estoy muy contento por la oportunidad que se me da, y ojalá podamos desarrollar bien la temporada esperando tener ese buen año.